La 17º edición de la Bienal de la Danza de Lyon (Francia) se llevará a cabo del 14 al 30 de septiembre y está destinada a un público amplio y diverso. La directora artística de la bienal relató a Balletin Dance cuál es el hilo conductor de la programación de este año, quiénes son los artistas que intervendrán y en qué contexto se inscribe la creación de obras actuales que fueron seleccionadas

El programa del festival cuenta con 37 espectáculos -de los cuales 23 son nuevas creaciones o estrenos-, pero también habrá lugar a conferencias, debates, talleres de danza gratuitos y una gran exposición sobre la historia de la danza titulada Corps Rebelles (Cuerpos Rebeldes) que será presentada en el Musée des Confluences hasta el 5 de marzo de 2017.

Como el año anterior, el encuentro pone el foco en el diálogo entre la danza “culta” y la danza “popular”. Si durante mucho tiempo esta última fue marginada y considerada como ilegítima a nivel estético y artístico, hoy en día la realidad es otra y un gran número de creaciones contemporáneas hacen referencia a las danzas tradicionales, las danzas urbanas o el cabaret, sobrepasando la simple citación o transposición para dar lugar a nuevas poéticas y universos sensibles.

Dominique Hervieu, directora artística de la Bienal de la Danza de Lyon, señaló que el gran desafío del festival consiste en sorprender a un amplio público: “Hay que transmitirle a los espectadores el placer de ser curiosos y de descubrir”. En efecto, la dimensión del placer está muy presente en esta nueva edición, tanto para el público como para los creadores que reivindican la noción de placer estético del movimiento en sus obras. Una idea que en los últimos años pareciera haber sido dejado de lado por los artistas, dando lugar a obras puramente conceptuales. A propósito de esto, Dominique explicó: “Luego del necesario período de reflexión crítica sobre la historia de la danza en los años 2000, los autores recobraron una forma de glotonería, de libertad, de relación al juego, al recitado, a la emoción… La insignia de esta bienal es el encuentro entre el placer y el sentido”. Y agregó: “Pienso que este período de los últimos cinco años devolvió a los coreógrafos la escritura coreográfica y la búsqueda de un movimiento que nos hace bien. ¡Más que el concepto, es el hombre quien baila y se encuentra en el centro de las obras!”.

Este año varios coreógrafos fueron invitados por primera vez y otros, a los que la bienal se mantiene fiel como Israel Galván, Alain Platel y Jan Fabre, estarán de regreso. La programación cuenta con muchas sorpresas: El Grupo Acrobático de Tanger estrenará Halka, su primera pieza firmada como autor y que hace referencia a los orígenes de la acrobacia marroquí. El musical Volver de Jean Claude Gallotta y Olivia Ruiz que evocará la cuestión de la pertenencia a dos culturas. La reciente versión neo-clásica de La Bella y la Bestia por el Malandain Ballet Biarritz. La última creación de Christian Rizzo, Le Síndrome Ian, que asocia el clubbing con la figura mítica de Joy Division. Rules of the Game de Jonah Bokaer en la que el coreógrafo americano de la abstracción colabora con el famoso cantante pop Pharell Williams; entre otras. También habrá una batalla de estilos entre cuatro equipos: Dos de ellos, Saxonz y Pockemon Crew, reúnen a bailarines de hip-hop, mientras que los otros dos equipos son compuestos por bailarines de danza contemporánea y neoclásica (uno cuenta con ex-integrantes de la Compañía de William Forsythe, y el otro con bailarines del Ballet de Angelin Preljocaj). La idea de este espectáculo inédito en Francia consiste en mezclar a los bailarines con el deseo de que se produzca, poco a poco, una combinación de estilos.

El broche de oro del festival será el gran desfile coreográfico, que desde su creación en 1996, se convirtió en uno de los emblemas de la aglomeración y que es el más grande de Europa. El mismo cuenta con la participación de cinco mil bailarines amateurs que desfilan en las calles de la ciudad. Sin embargo este año, a causa de los últimos episodios terroristas que han golpeado al país, Dominique Hervieu no pudo asegurar que éste vaya a llevarse a cabo en el espacio público, como lo es habitualmente, ya que la decisión está fuera de sus manos. No obstante precisó que “se decida lo que se decida, con mis amigos coreógrafos haremos todo lo posible para que el Desfile viva, ¡aunque sea con otro formato!”. De una u otra manera, algo es seguro, esta nueva edición de la bienal promete.

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