El Ser Joven

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Una nueva generación en Castadiva Foto . Miguel Santillán

La compañía de danza Castadiva, a cargo de Mónica Fracchia, llevó a escena una nueva generación de bailarines que ejecutaron coreografías y secuencias de movimiento con su sello característico combinado con elementos, estilos y tendencias diversas de la técnica contemporánea

 

Nuevos intérpretes, jóvenes cuyos estilos difieren entre sí, fue la propuesta de Castadiva para su 20º aniversario. Mónica Fracchia tiene la capacidad de hacer interactuar el lenguaje de movimiento de cada bailarín con su personal técnica, usada a favor de creaciones como, en este caso, Juventud. Según palabras de la coreógrafa: “los nuevos bailarines son mi fuente de inspiración. Siempre influyen, hago obras específicamente para los artistas que tengo. En este momento son intérpretes muy jóvenes. El material se relaciona con ellos”.

La obra Juventud transita por diferentes estados y emociones que son vividos por cualquier persona en su vida. Alegría desenfrenada, amores imposibles, despedidas, entre otras situaciones rescatadas e inspiradas por los mismos jóvenes de este grupo, pero que también son parte de la historia de vida de Fracchia.

Tal es el caso de una escena en la cual las bailarinas caminaban a paso lento por el escenario con una actitud perdida. Luego un dúo explicitaba una relación violenta, uno de los bailarines manipulaba físicamente a su compañera quien por instantes parecía atraída por este agresor. Fracchia comentó al respecto: “Soy una hija de la dictadura. Y en esta pieza hay un dúo que me recuerda a las desapariciones de la dictadura, pero en este, ella termina enamorándose de su represor”.

Momentos de encuentro y desencuentro poetizados mediante el movimiento. Estructuras grupales que por lo general se repitieron a lo largo de la puesta, dándole fuerza y, nuevamente, vitalidad a la música del compositor Philip Glass. La partitura del compositor minimalista fue utilizada como hilo conductor entre las escenas etéreas, de coreografías al unísono y ambientes grises, en contraste con momentos de vivos colores y gestualidades abiertas, para enfatizar el ser joven utilizando otros lenguajes de movimiento y música popular de diferentes épocas.

Se destacaron los trabajos del iluminador Fernando Muñoz y del DJ Agustín Rosse, quien remezcló el material sonoro exclusivamente para Juventud.

Fue notable la cantidad de bailarines en escena, con buen manejo técnico y una gran escucha grupal, manteniendo, a su vez, su singularidad cada vez que la necesitaban.

Juventud pareció ser al inicio una muestra desordenada de coreografías, cuyas escenas fueron cobrando sentido a medida que la obra avanzaba, alimentando la visual, con un cuidadoso tratamiento estético del movimiento. El final, llamó al descontrol, con la puesta en escena de una rave para reunir a todos los bailarines que demostraron sus capacidades y destrezas. Entre la euforia y el caos, este grupo de jóvenes vivió al límite en el escenario.

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Egreso en como periodista en el año 2013 de la Universidad Católica de Santiago del Estero. Trabajo en la revista empresarial Panorama jujeño del año 2012 al 2014. Colaboró en revistas culturales como Circo Cromático, Danza Europa y Américas y Giro Cartelera. Desde 2014 escribe en la revista Balletin Dance. En 2015 colabora como asistente de prensa para el grupo Una Constante. Recibe su formación como bailarín de estudios como Nuevo estudio Danza y FACE.