Aprender de los Fracasos

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Vincent Paterson, el día de la lectura de su libro en el Boston Court Pasadena. Foto: Martin Jago

Vincent Paterson es un galardonado director y coreógrafo reconocido internacionalmente, cuya carrera abarca casi todos los géneros de la industria del entretenimiento: cine, teatro, Broadway, giras de conciertos, ópera, videos musicales, televisión y comerciales. Este año saldrá a la luz su primer libro autobiográfico, que incluye reflexiones sobre su trabajo junto a figuras como Michael Jackson y Madona. Balletin Dance asistió a la presentación

Desde hace 19 años se celebra en California (Estados Unidos) el Directors Lab West, un laboratorio de creación e intercambio, destinado a coreógrafos y directores de todo el mundo, que durante ocho días se encuentran para asistir a una variedad de paneles, simposios, workshops y espacios de creación, además de compartir y ver teatro. Este año la cita fue entre el 19 y 26 de mayo, con actividades repartidas entre Pasadena, Los Angeles, North Hollywood y Culver City. Vincent Paterson fue invitado para el cierre del evento.

Con una carrera prolífera y asombrosa, su nombre adquirió popularidad a través de varios trabajos realizados junto a Madona y los 15 años que compartió laboralmente con Michael Jackson, pero la lista de producciones y personalidades en su haber profesional es más extensa e incluye éxitos no menos relevantes que aquellos junto a los reyes del pop; entre los que cuenta el inolvidable film de Lars Von Trier Bailarina en la Oscuridad. El artista, ya era un profesional reconocido cuando envió su primera solicitud de participación al Comité Directivo del Laboratorio, que confundido, lo instó a disertar como invitado. Paterson aceptó sólo a condición de ser admitido también como participante y es a partir de ese vínculo, que eligió éste contexto para hacer una presentación y primera lectura de su próximo libro que se titulará Icons & Intinct (Iconos e Instinto). El mismo saldrá a la venta en el mes de octubre y además de su edición original en inglés será traducido al español, francés y japonés, sólo para empezar.

“Soy una persona a la que le gusta mucho compartir, entonces cada vez que me tocaba salir de viaje por trabajo, escribía largos e-mails acerca de todo; ¡Tengo material como para ocho libros!. Cuando mostré ésta recopilación, una amiga me dijo: esto es genial, pero seguramente debes tener experiencias que no salieron tan bien como esperabas. Ciertamente, la gente ve mi currículum y dice: ¡wow, todo te ha ido perfecto! Eso no es verdad. Como artistas pasamos por todo tipo de experiencias, buenas y malas, pero de todas se aprende algo”.

Precisamente, el capítulo elegido por Paterson para compartir con el grupo de 45 directores, en una de las salas del Boston Court Pasadena, relata su experiencia en tres situaciones de fracaso: una como bailarín, otra como director y otra como coreógrafo, nada menos que junto a Shirley MacLaine, Diana Ross y Harold Prince, respectivamente.

El flamante escritor dio muestras de gran histrionismo cautivando a la totalidad de la audiencia que rió y se sorprendió en cada punto del relato.

Paterson rememoró también atrapantes anécdotas entre las cuales destacó su experiencia en Argentina con bailarines locales para el rodaje de Evita de Alan Parker y respondió todo tipo de preguntas relacionadas con el quehacer diario de directores y coreógrafos, así como de la dinámica del trabajo de colaboración entre ambos. También señaló la necesidad de proteger y respetar esta profesión y el rol fundamental que juega en su país la Stage Directors and Choreographers Society (SDC), organización sin equivalente exacto en nuestro país, que representa los derechos de directores y coreógrafos: “No soy dueño de ninguna de las piezas que he creado para las figuras más reconocidas en tantos años, y en general a los directores les cuesta reconocer el valor del trabajo coreográfico; muchos no tienen ni idea de lo que un buen coreógrafo puede hacer por sus obras”.

El encuentro resultó tan conmovedor para los oyentes como para el mismo Paterson, quien entre lágrimas reconoció que los artistas a veces no alcanzan a dimensionar lo inspirador que puede resultar para otros el trabajo y el ejemplo personal.

Si para algo son fundamentales este tipo de reuniones, es para caer en la cuenta de que pese a las enormes diferencias en estilo o dimensión de las producciones, hay algo que hermana a los artistas de todo el mundo: las luchas y conflictos pueden ser asincrónicas, pero son para todos las mismas. Al final, nuestro trabajo es siempre una cuestión acerca del amor, la comunicación, el apoyo y la colaboración.

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Gustavo Friedenberg es técnico en Medios de comunicación, Licenciado en Composición Coreográfica y Magister en Crítica y difusión de las artes, además de actor bailarín y director. Formado en Argentina y el extranjero, ha recorrido varios países trabajando para diferentes compañías y brindando asesorías, a la par que desarrollando sus propios proyectos (Japón, EEUU, Europa, Sudamérica y el Caribe). Como bailarín se ha dedicado profesionalmente al flamenco, desempeñándose también como docente de técnica y composición.