Doble Conmemoración

San Juan apuesta al ballet, convocando a Gabriela Pucci para la gala internacional por los 455 años de la ciudad, que se realizará el próximo mes en el Teatro del Bicentenario. En diálogo con Balletin Dance, Pucci se refirió a este festejo que coincide con los 40 años desde su consagración como la primera argentina en ganar un concurso de ballet en Moscú

 

Gabriela Pucci tiene una historia tan extensa como meritoria en la danza argentina. En lo más cercano, maestra, coach de Maximiliano Guerra, preparadora de concursos, coreógrafa. A los 15 años fue contratada por el Ballet Estable del Teatro Colón, alcanzando el rango de primera bailarina. Todo su conocimiento ahora está puesto al servicio de las nuevas generaciones. Un profuso repaso por los proyectos más recientes y por los logros que la llevaron a ser la primera argentina en ganar la más famosa competencia de ballet en la actual Rusia.

 

¿Cómo será la gala por la fundación de la ciudad de San Juan el 12 de junio?

“La municipalidad de San Juan me pidió que armáramos junto con la maestra Cristina Hidalgo (de Mendoza), un programa que sea bien nuestro, fuera del ballet de repertorio. Por eso repuse unos tangos que coreografié hace un tiempo, mientras Hidalgo montará con sus alumnos el Bolero de Ravel. La idea es incluir algunos números típicos de la región, con los que estamos trabajando. Fui convocada a través de la esposa del intendente, Alejandra Cáneva, ex alumna de la maestra Hidalgo. Como San Juan todavía no tiene ballet estable, pero la idea era trabajar con bailarines de la región, hicimos una audición en la que elegimos a doce jóvenes sanjuaninos que inician así su camino a la profesionalización, que actuarán junto al resto de los artistas. Dentro de lo que es la programación del Teatro del Bicentenario, éste será el evento más importante del año, porque entre el público invitado habrá representantes diplomáticos y funcionarios de alto rango de diferentes países, por lo tanto lo pensamos como una gala. Si bien la municipalidad planificó actividades conmemorativas a lo largo de todo junio, la gala será el momento más importante. Contamos con orquesta en vivo dirigida por Emmanuel Siffert, director de la Orquesta Sinfónica de la Universidad Nacional de San Juan”.

 

El Teatro del Bicentenario -perteneciente al Ministerio de Turismo y Cultura de la esfera provincial- será sede de esta gala organizada por el municipio. Por su parte, este gran centro cultural anunció para su primera temporada oficial, 25 espectáculos de música, danza y ópera, en 65 funciones. En relación al ballet, tiene programado para los días 1, 2 y 3 de junio El Cascanueces con dirección de Lidia Segni, los días 16 y 17 de junio se mostrará Pixel, y Don Quijote para el 12 y 13 de agosto organizado por las escuelas privadas de danza de San Juan. Del 1º al 3 de septiembre será el turno de Momento y del 4 al 6 de octubre se ofrecerá Zorba, El Griego. Además el 28 de mayo tendrá lugar un espectáculo en marcado en la Bienal de Performance.

 

Distinto a la labor docente, es montar una obra ¿Cómo sopesar la técnica y el arte, cuando se avanza de la clase al escenario, al trabajar con bailarines formados por diferentes escuelas?

“En todas las épocas un bailarín se prepara técnicamente, todos así lo hicimos buscando la destreza. Y el avance de lo técnico ha sido descomunal en los últimos tiempos. Pero un paso sirve para contar una historia. Piqué arabesque está en todas las coreografías habidas y por haber. Pero depende de cómo hagas ese piqué arabesque será la historia que vas a contar. Una bailarina no pasa por el hecho de hacer los 32 rond de jambes fouettés”.

 

Con todas las dificultades que significa profesionalizarse en el ballet en nuestro país ¿cómo ve la situación?

“Es difícil, y dolorosamente para quienes estudiamos en otras épocas en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón, la escuela oficial, ya no es lo que era antes. Después de la camada de Eleonora [Cassano], Julio [Bocca] y Maximiliano [Guerra], todos se fueron chicos. El Colón ya no prepara bailarines ya hechos. Es difícil aquí. Y los que se van tan pequeños, no tienen impronta de nuestra escuela. Sin embargo en las provincias se están haciendo cosas para la danza”.

 

Este invierno, Pucci también tiene una conmemoración propia que la vincula a fuego con el ballet argentino. En julio se cumplirán 40 años de su Medalla a la Maestría Artística obtenida en el III Concurso de Ballet Agripina Vaganova en el Teatro Bolshoi de Moscú, convirtiéndola en la primera argentina en obtener un premio en esa competencia. Tras el camino abierto en ese año de 1977, la seguirían en 1985 Julio Bocca y Raquel Rossetti, también galardonados en dicho concurso.

Pucci recuerda lo duro que fue aquella época, en un país aislado del resto de Occidente, sin redes sociales ni comunicaciones posibles con la Argentina durante prácticamente un mes. A instancias de Olga Ferri y con la preparación del maestro Alexander Plissetski, para ese entonces la bailarina estaba apenas recuperada de un ya “legendario” accidente en su mano -Mauricio Wainrot fue testigo del suceso- ocurrido un par de meses antes del concurso, tras resbalar en escena durante una gira por Corrientes (los bailarines habían llegado al ensayo general mientras los empleados del teatro lustraban aplicadamente el escenario). En dicha función Pucci bailaba la variación de Giselle y otros números. Pero nadie del público se anotició, pues la bailarina no abandonó el escenario hasta el telón final. Aquí algunos de esos memorables momentos narrados por la protagonista:

“Mi mamá había vendido todo para que yo fuera a la Unión Soviética, y con todo sacrificio. Tenía todos los trajes que fui pagando de a poco, porque la gente del teatro se portó muy bien en ese sentido. Tenía diez pares de zapatillas que compré en plazos en Maserejian. Viajé sola, con ciento ochenta dólares que recolecté con la familia. Allí me encontré con los demás argentinos que se presentaban (Ricardo Novich, Leandro Regueiro, Liliana Ivanov y Claudia Etcheves). Lloraba todas las noches esperando que no estuviera mi número en la lista para seguir, el 57”.

“No entendía el idioma, no podía tomar clases hasta que afortunadamente me encontré con Karemia Moreno, entonces pude hacer clases con los cubanos, pero tenía que ensayar sola. En la primera ronda, contra todos los pronósticos por ser argentina y esperando abucheos, fue una ovación. Presenté Giselle, Don Quijote, Corsario, Carmen, Raymonda y Cisne Negro. Y seguí hasta el final. Llegué a la Argentina desnutrida, pero con la medalla”.

Y así fue como la jovencita Gabriela Pucci representó a la Argentina hace ya cuarenta años en una competencia en la que se presentaron setenta y ocho bailarines. No es un cuento de princesas, es la historia del esfuerzo de una mujer que sorteó muchas más dificultades que las aquí comentadas, pero que sin embargo conquistó al jurado integrado por Alicia Alonso, Galina Ulanova, Olga Lepeshinskala y Yuri Grigorievich.

Hablar con Gabriela Pucci es descubrir con cada palabra la misma mirada de emoción y fuerza, idéntica a la que trasmite cuando se refiere al presente. El próximo 12 de junio seguramente saldrá al escenario a saludar al público, junto a los bailarines con los que trabajó, para redescubrir cuarenta años después la felicidad que significa llegar al alma de las personas a través de la danza.