In Shared Spaces se presentó el pasado sábado 23 de septiembre, de manera conjunta en la sala El excéntrico de La 18, de Villa Crespo y, a su vez, en el Teatro Spielboden Dornbirn, en Austria, como segunda parte de la Tango Tanz Trilogy.
La propuesta es protagonizada por Liliana Tasso y Verónica Litvak (Argentina), y Claudia Grava (Austria). Según la sinopsis, “hace foco en el cuerpo, el género, su relación con el ritmo desde una perspectiva de-construccionista contemporánea y el atravesamiento tecnológico”.
En este sentido, sus autoras hablaron sobre la necesidad de buscar una pequeña porción del tango que se refiere al universo femenino. Además, desde un inicio apuntaron a retomar detalles que pueden perderse por la grandilocuencia de la disciplina. “Reconstruimos esos puntos específicos para encontrarle un nuevo sentido (…) es una visión que implica el recorte de esa realidad y conlleva a la propuesta”, enfatizó Tasso.
Cabe destacar la labor de los músicos Yenisey Rodríguez, que tocó el violonchelo a distancia, y Daniel Vacs, quien tuvo a cargo el bandoneón y piano. La conexión con las intérpretes generó un diálogo artístico y creó el ambiente deseado. El trabajo de Vacs (en lo referido a la escena presencial) jugó un rol fundamental durante el desarrollo de la obra. Incluso, la respiración de su instrumento de viento fue protagónico en ocasiones.
El compositor hizo hincapié en la modalidad de conectarse en la lejanía. “El delay es lo más gracioso. Tratamos de tomarnos con humor las dificultades de conectividad y tiempos. La realidad que vivimos desde acá, está desfasada unos segundos, por tanto, hay un proceso técnico para coordinar. La práctica hace que en cada presentación, parezca que estamos en el mismo lugar”, sentenció.
Las artistas se habían encontrado en distintos momentos de su carrera y, con esta creación en tres partes, tuvieron la posibilidad de actuar juntas. “Empezamos el proceso creativo en forma virtual con una primera pieza, que ahora es un video de danza: Interrom. La segunda edición se generó a través de una videollamada colectiva y el último abordaje será con intérpretes de Austria y Argentina en un mismo país”, explicó Litvak.
Este trabajo, donde la presencia escénica supera a lo coreográfico en varios momentos, es multiespacial y en red. El armado de las pantallas crean una especie de cubismo y se pueden transitar distintas perspectivas de ambos contextos. En calidad interpretativa, hay una constante que apunta a la sensualidad específica: las bailarinas se acercan a la cámara y, en un primer plano, se levantan el pelo para mostrar la nuca.
La expresividad está presente en todo momento, hasta en aquello que no termina de ocurrir. Hay algo inconcluso en lo que se baila y sólo se hace un gesto que puede apuntar a diversos significados. Estas cuestiones se retomaron al finalizar la jornada, donde se abrió un espacio de preguntas al público.
Con respecto a la composición danzable, Tasso y Litvak, que además son coreógrafas y directoras artísticas, mencionaron que está relacionada con las costumbres arrabaleras. Según ellas, “en una milonga, la mujer está eternamente sentada hasta que alguien la viene a sacar a bailar y con eso trabajamos. Rompemos, salimos de los clichés o los retomamos”.
La creación conlleva una infraestructura original, con imágenes bien logradas y genera interrogantes. Entre ellos, la necesidad de repensar el tango. Es relevante tener en cuenta que, al igual que los quiebres sociales, dentro de la danza se modificaron los roles de género y la cosificación de la mujer. Aunque la presentación esté más apuntada a reírse de los clichés antiguos, vale recordar que este arte va mucho más allá que el maquillaje y vestuario.
Asistencia de dirección: Luz Lasalle / Dirección de arte: Natalia Krieger / Streaming: Federico Videla (Argentina) y Sarah Mistura (Austria) / Iluminación: Federico Videla.