Con localidades prácticamente agotadas cantará el 22 de julio en el Teatro Colón. Primera figura del teatro musical en Europa, mientras protagoniza una nueva puesta de ‘El fantasma de la ópera’ comienza a presentar un álbum con canciones de Frank Wildhorn.
Padre dedicado, Gerónimo Rauch demora el inicio de la entrevista con Balletin Dance para chequear que su hijo está en buenas manos. Un asistente acompañó a Gael, de once años, hasta la puerta del Colón, por donde su abuelo paterno lo pasaría a buscar, pero al desconocer el auto sembró la duda en el artista. “Con esto no se jode, aquí están pasando cosas muy raras”, murmura Gerónimo, demostrando estar al tanto de la triste realidad argentina.
Ahora sí, una vez que su padre le da el santo y seña por teléfono, el cantante y actor argentino que conquistó Londres y Madrid se presta a la charla. Cálido y afable, se acomoda en un sillón dispuesto en el Salón Dorado con aparente serenidad aunque confiesa que “recién hoy al entrar acá” tomó consciencia “de lo épico de la situación. Tanto me preguntan si estoy nervioso que comencé a estarlo”, admite.
Es la tercera vez que cantará en nuestro máximo coliseo después de haber presentado allí el concierto ‘Songbook’ en 2017 y de participar del ciclo ‘Unicos’ en 2022. El lunes 22 de julio volverá a pisar ese escenario dispuesto a cautivar con un programa que reúne parte de un show que tituló ‘Las canciones de mi vida’, que ofreció el año pasado en el Avenida, y un puñado de temas nuevos que forman parte de ‘Chapter One’, un nuevo álbum que está próximo a editarse.
“Lo del Avenida (los dos conciertos a sala llena) fue algo increíble. Por eso, cuando terminamos nos juntamos los tres productores y nos preguntamos “¿y ahora qué?” Y yo les dije “el Colón el año que viene”. Lo tiré sin pensarlo demasiado, lo solté al universo. Y a esos tres soñadores se sumó un cuarto, Diego Kolankowsky, que es quien realmente nos abrió las puertas de esta casa porque se ocupó de toda la gestión”, explica.
DERROTERO
Rauch lleva diecisiete años radicado en Europa. Viajó para protagonizar ‘Jesucristo Superstar’ y fue hilvanando grandes títulos del teatro musical que lo mantuvieron viajando entre Londres y Madrid: ‘Los miserables’, ‘El fantasma de la ópera’, ‘Chicago’, ‘Sunset Boulevard’. En Buenos Aires ya había actuado en un rol menor en la puesta de ‘Los miserables’ del año 2000, y en ‘Grease’, cubriendo el personaje de Doody.
Aunque nunca estelarizó una obra con partitura del estadounidense Frank Wildhorn, ‘Chapter One’ está compuesto enteramente por temas de su autoría. Se trata del tercer disco solista de Gerónimo, sucesor de ‘Here, There and Everywhere’ (2016) y ‘Porque yo te amo’ (2018). Tendrá sendas versiones en español y en inglés. Hace pocos días se develó el primer single en castellano, ‘Un nuevo amanecer’.
-¿Cómo llegó a Wildhorn?
-A través de Instagram. Le escribí cuando anunciaron que grabarían el disco de ‘Bonnie & Clyde’ con el elenco de Inglaterra. Le puse “por qué no lo grabamos en español”. Gracias a Dios, Frank tiene un asistente llamado Nick que le prestó atención a mi comentario, me investigó un poco y me contactó por privado. “¿Eso que escribiste es real?”, me dijo. “No sé si un álbum solo de ‘Bonnie & Clyde’, pero con todo gusto haría uno con las canciones de Frank”. A las dos semanas Frank me quiso conocer, él en Hawai y yo en Madrid, y descubrí a un tipo de una generosidad increíble. Me entregó su catálogo, casi trescientas canciones, y me dio la libertad absoluta para hacer mis versiones. Jamás hizo una observación negativa de nada. Hace unos días estuve con él en Londres, ya somos amigos.
-Ha dicho que a pesar de tener el sello de Wildhorn, es un álbum “muy al estilo Gerónimo Rauch”. ¿Cómo es eso?
-Son canciones muy épicas pero que tienen grabada mi impronta. Escuchás ‘Un nuevo amanecer’ y es Gerónimo, no es Frank ni ‘The Man Who Loves’ (la obra a la que pertenece). Por eso la elegí como bandera, para mí es un himno, si llegase a oídos populares sería una canción de cancha.
Seis de los temas de ‘Chapter One’ sonarán en el Colón interpretados por un orquesta de 24 atriles al mando de Tomás Mayer Wolf, y junto a canciones ineludibles del repertorio del artista como ‘Bring Him Home’ (‘Los miserables’), ‘Music of the Night’ (‘El fantasma de la ópera’), ‘Maria’ (‘West Side Story’), ‘Roxanne’ (‘Moulin Rouge’). “Haremos también un homenaje a Ennio Morricone, algo de Fito (Páez) y de Pedro Aznar”, anticipa.
-Ha dicho que empieza a pensar en dejar de hacer musicales. ¿La producción de espectáculos podría ser su futuro?
-Lo dije, básicamente, porque ya no quedan personajes que me mantengan en el lugar en que estoy. Pero sí tengo discos para seguir mi recorrido. Y, por otra parte, siento que a mis 46 años entré en una etapa en la que necesito empezar a devolver. Primero lo hice con la docencia, comencé a dar clases y a compartir mi conocimiento. Y ahora tengo el interés de generar proyectos donde no necesariamente sea yo el protagonista. Estoy leyendo muchas obras, vengo de estar en Londres viendo espectáculos. Entré en una etapa de querer generar para que otros también cumplan sus sueños.
-¿Hay un personaje que le haya quedado pendiente y sienta que no va a llegar?
-Hay uno que ya lo estoy empezando a soltar. ‘Jekyll & Hyde’ es el musical que me quedó pendiente de la lista que uno arma imaginariamente a los 18 o 20 años, cuando empieza a estudiar. Yo había anotado ‘Los miserables’, ‘Jesucristo Superstar’, ‘El fantasma de la ópera’, ‘Jekyl & Hyde’…
-¿Y por qué habría de dejar ir ahora ese sueño?
-Porque acá ya lo hizo Juan (Rodó), en España lo hizo Raphael, y ahora vuelve en una producción que no me interesa como formato, yo no la haría como ellos la quieren hacer. Aunque tampoco me contactaron para que la hiciera, aclaro.
-Al menos en el nuevo disco se dio el gusto de cantar temas de ‘Jekyll & Hyde’.
-Sí, grabé dos: ‘This is the Moment’ y ‘Dangerous Game’, un dúo que en español hago con Pasión Vega, una artista maravillosa, de una sensibilidad impresionante. Y hay también una canción de ‘Lancelot’; está ‘Sarah’, de ‘The Civil War’; ‘Where Do Broken Hearts Go’, que cantaba Whitney Houston. Y ‘Un nuevo amanecer’ (‘Change the World’), que es un tema precioso de un musical que no conoce nadie, ‘The Man Who Loves’, que Wildhorn estrenó en Hamburgo y al que no le fue muy bien pero tiene unas canciones que alucinan. Tengo el gusto de ofrecer también el estreno mundial de un tema del musical ‘Cyrano de Bergerac’, hasta ahora inédito. En español son primicia casi todos. Incluso grabé una canción llamada ‘Hurricane’ (‘Huracán’), que pertenece a un musical basado en el manga japonés ‘Death Note’.
EL FANTASMA
Después del concierto en Buenos Aires, Rauch retomará el rol protagónico de ‘El fantasma de la ópera’, primero para una temporada breve en Bilbao (a partir del 14 de agosto), y luego nuevamente en Madrid, donde lo viene representando desde octubre pasado. Lo entusiasma sobremanera que se trata de una versión diferente de la que había hecho en Londres, ahora a las órdenes de Federico Bellone. “Es otra dirección de escena, más visceral, más real. No se trata tanto de un monstruo, de una especie de mago, sino de un hombre que no sabe lo que es el amor, la compasión, que no distingue el bien del mal. Gusta mucho esta nueva versión porque no deja de tener la belleza y la fantástica partitura de la obra original, pero por momentos se convierte en algo muy real”.
-¿Cómo está viviendo estos días en Buenos Aires?
-Con gran alegría. Tengo muchas ganas de reencontrarme con el público para mostrarle las nuevas canciones, y a la vez siento muchísimo miedo porque todavía no las tengo tan metidas en el cuerpo como el resto. Por suerte, ensayo casi todos los días con la orquesta y para la presentación va a estar todo aceitado y hermoso.