Julio Escudero y cómo crear la sensación de ver bailar

0
117
Julio Escudero, diseñador de experiencias. Ph: gentileza prensa.

Las nuevas tecnologías digitales abren un abanico inmenso de posibilidades para el futuro. En el ámbito de la danza, el argentino Julio Escudero acaba de publicar un paper científico, como parte de su doctorado, en el que propone transformar la experiencia del espectador a través de un software innovador: no solo mirar la danza, sino también sentirla en su propia piel.

¿Qué siente una persona en su cuerpo cuando ve bailar a otra?

Julio Escudero es un diseñador de experiencias, como él mismo lo explica a Balletin Dance desde Inglaterra, donde se encuentra en la fase final de su doctorado sobre cómo “hacer del movimiento algo táctil”.

¿Pero a qué se refiere exactamente?

La idea es diseñar (o crear) esas sensaciones que se sienten en el cuerpo, cuando vemos bailar a otro. “Esta investigación es parte de una serie de exploraciones en cómo transformar movimiento en experiencias no visuales, que forman parte de mis estudios doctorales en Coventry University (Inglaterra) y Deakin University (Australia)”, explica el exbailarín.

Recorrido

En conversación telefónica con Julio Escudero, logramos comprender un poco más, qué significa esto exactamente. Para ello repasamos las diferentes instancias de vida que lo llevaron hasta este presente inmerso en la tecnología digital.

Este doctorado llegó justo a tiempo, señala el exbailarín. “Fue un llamado doctoral que me vino justo a tiempo: un año después de que terminé mi maestría y estaba buscando hacer un doctorado. Apliqué con alguien con el que siempre quise trabajar, que es mi director de estudios y que es Scott deLahunta.

¿Por qué querías trabajar con él?

Él es uno de los fundadores de Motion Bank. Trabajó con William Forsythe en el video de Tecnologías de la improvisación. Él viene trabajando con danza y tecnologías digitales desde principios de los noventa. Entonces cuando yo estaba buscando a alguien para hacer la maestría, me dije: ‘de todo el mundo, con quién me gustaría trabajar’. Entonces le pedí una entrevista, para ver si podía ser mi supervisor para un doctorado. Justo en ese momento estas dos universidades hicieron un llamado en el que buscaban investigadores para hacer un doctorado con Scott deLahunta como director principal. Apliqué y me tomaron. Ya ahora estoy en el último año. Tuve mucha suerte, estoy muy contento”.

Aquí, un rápido recorrido para comprender cómo un bailarín nacido en Río Cuarto (Córdoba, Argentina) llega a interesarse en estos asuntos.

¿Cómo llegaste hasta aquí?

“Hice el Taller de Danza del Teatro San Martín. Trabajé con Maximiliano Guerra en el Ballet del Mercosur, fui bailarín del Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín. Después de trabajar en algunos proyectos privados y hacer mis propias coreografías me fui a Europa. En Europa trabajé con María Rovira, en España. Nos fuimos de gira por Argentina en algún momento. Después me fui a Alemania, donde trabajé en Staatstheater Darmstadt, un teatro de ópera. De ahí fui a Austria a otro teatro de ópera (Landestheater Linz – Musiktheater) donde terminé haciendo roles de bailarín solista o principal”. Bromea, en relación a que si bien en este tipo de compañía no existen las jerarquías de un ballet clásico, él llegó a ser “el que está en el medio del escenario haciendo cosas, (ríe al respecto), al que le ponen el cenital”. 

“Llegué a lugares donde siempre había querido llegar como bailarín. Alcancé todos mis goals personales. Y en un momento quise dejar de bailar, el cuerpo me estaba pidiendo una pausa. En Austria estudié la carrera de grado de diseño de moda y tecnología, se llama Fashion And Technology. Hice la carrera de grado y el master. Quería aprender a hacer ropa, pero claro, la carrera era mucho más. No solo aprendí a hacer ropa, sino que me abrieron la cabeza, la mente, para tener acceso a estos modos distintos de pensar. Que no es la ropa que se usa ahora, sino cómo quiero que la gente se vista dentro de 50 años, por ejemplo.

Mientras estudiaba fashion, empecé a trabajar como diseñador de vestuarios y diseñador de escenografía. Como la carrera relaciona mucho las nuevas tecnologías para el diseño de modas, inmediatamente empecé un proceso de investigación de cómo utilizar el cuerpo en movimiento como herramienta o puente para el diseño. Generalmente para la moda se usa el maniquí, que es un muñeco, que tiene unas medidas ridículas y que no se mueve. Entonces empecé a ver, siempre desde una mirada artística, cómo incorporar el cuerpo en movimiento como fuente principal para el diseño de modas, y de objetos que después vuelven al cuerpo. Porque en la moda hacés ropa que después vuelve al cuerpo. Empecé a hacer una especie de arquitecturas o de objetos que sirven, que están influenciados, por este cuerpo que se mueve y que lo informan.

A partir de esa búsqueda, allí mismo en Austria, “me contrataron como investigador, en un proyecto de diseño de moda y robótica, donde empecé a trabajar con capturas de movimiento en un nivel más avanzado. Para transformar el movimiento humano en el movimiento del robot para influenciar procesos en el diseño de moda”.

Después entré a este doctorado, cuyo tema estaba definido, ellos buscaban investigadores que quisieran trabajar en ese tema. El doctorado se llama Hacer del movimiento algo táctil. Es muy utópico, muy abierto en realidad, y está dentro de investigaciones prácticas y artísticas”. 

El doctorado se llama Hacer del movimiento algo táctil. Ph: gentileza prensa.

Retomemos la investigación ¿de qué se trata exactamente?

“Para esto hay una tecnología que se llama Teslasuite, es un enterito, como si fuera de neopren, que a través de impulsos eléctricos, busca reproducir o imitar diferentes sensaciones que existen en la realidad. Por ejemplo, te pones este mameluco, y podes decir que sentís lluvia, o sentís viento, o sentís que alguien te toca, o que alguien te abraza”. 

Existen otras investigaciones que se están realizando a partir de este traje, más vinculadas al mundo de los videojuegos. “sentir un disparo, o sentir que te cortan, sentir que te pegan una patada en la espalda. Unas cosas que yo me pregunto, ‘semejante tecnología por qué no se usa para otro tipo de sensaciones’. Entonces con mi conocimiento de análisis de movimiento y de tecnología, empecé a diseñar distintas experiencias. Investigando las distintas posibilidades que existen para transformar el movimiento en una experiencia que es no visual, pero que es táctil, a través de esta tecnología, de esta ropa, de esta Teslasuit.

¿Cómo es este traje?

Es un pantalón y una chaqueta. No sentís en las manos, en los pies ni en la cabeza. Sentís más o menos en casi todo el cuerpo. Obviamente como se trabaja con electroestimulación cutánea (te dan impulsos eléctricos), en el pecho no hay sensores, porque está muy cerca del corazón”.

¿Qué significa diseñar experiencias? ¿Es ser un programador?

“Son las dos cosas. Por un lado yo programo y defino a través del software cómo va a funcionar el traje. Pero donde para mi es más importante la investigación, es en la parte mía como diseñador: cómo decido que se sienta la danza. Si alguien baila y yo no lo veo pero lo siento en el cuerpo, cómo debe ser esa sensación. Cuáles son las reglas que me invento, o que diseño, para esa transformación del movimiento a algo táctil. Porque todavía no hay reglas escritas, no hay un modo en el cómo tiene que ser esa transferencia, esa trasmediación del movimiento.

Mi investigación es un poco buscar qué existe dentro de la investigación que ya está hecha, investigar dentro de lo sensorial, dentro de qué es lo que pasa con el órgano de la piel, con la electroestimulación cutánea, y a la vez, yo como diseñador, y como bailarín, propongo diferentes métodos, para hacer esa transferencia”.

¿Cómo son las sesiones para probarlo?

“Recién vengo de Australia donde estuve preparando durante un año y medio unas experiencias que quería probar con diferentes personas. Tuve 10 participantes que vinieron a vivir estas experiencias, y a darme las devoluciones. Que les pareció”.

¿Eran bailarines?

“Si. Busqué bailarines profesionales, coreógrafos y deportistas. Necesitaba gente que fuera experta en el uso del cuerpo, más que nada para que ellos puedan hablar y decirme qué es lo que sienten. Porque al usar el traje, empezás a sentir unas sensaciones que son rarísimas y necesito gente que tenga un conocimiento de su cuerpo y una autopercepción de ellos mismos muy avanzada. 

Una de esas experiencias, que fue la que publiqué en el paper “Haptic Scores: Non-Visual Ways of Experiencing Choreography”, era que los participantes que tienen puesto el traje miraban a alguien bailando (que soy yo, pero transformado en un avatar), mientras iban sintiendo diferentes sensaciones en el cuerpo.

Cada participante pasó por 6 experiencias, y poco a poco les fui retirando el elemento visual, hasta dejarlos al final solo con una experiencia táctil.

La investigación es justamente eso: ver si mis métodos para transferir danza a algo no visual, funcionan o no”.

Teslasuite, es un enterito, como si fuera de neopren, que a través de impulsos eléctricos, busca reproducir o imitar diferentes sensaciones que existen en la realidad. Ph: gentileza prensa.

Parece de ciencia ficción. ¿Qué más se puede lograr hacer sentir con ese traje?

“Las posibilidades de este traje son maravillosas y están igualmente en un estado muy muy verde. Por ejemplo, lo que te permite este traje también, es sentir objetos digitales, te podes poner anteojos de realidad virtual (RV) y ver que está nevando y a la vez sentirlo, porque impactan las partículas digitales de nieve en tu cuerpo”

¿Podría sentir quien se ponga el traje que está bailando?

“Podría lograrse, pero mi investigación va por otro lado. El traje también te permite mover un cuerpo, porque a través de electroestimulación se pueden contraer los músculos, que es algo que yo no estoy explorando. Por contraer los músculos, puedo hacer que la persona doble los brazos, que mueva los brazos, o encoja las piernas, es casi como ser un titiritero. A mi me parece un poco peligroso éticamente ir a ese lugar. También como una cuestión ética de qué tipo de tecnologías se están generando o se están creando y para qué”.

Hay investigación clínica, para rehabilitación también. “El traje tiene incorporado el Motion Tracking Mockup, que te permite hacer capturas de movimiento”.

Experiencias sensoriales

Para esta etapa de la investigación, Escudero ha creado experiencias cortas, alguna de apenas unos segundos y otras de hasta 3 minutos. “Son sensaciones. donde pregunto ¿qué te parece esta sensación? ¿te gusta? ¿es muy intensa, o no?

Estoy a cargo de diseñar cómo la danza se siente. Y cómo yo siento. Cómo yo percibo algo es diferente a cómo lo sentís o lo percibís vos, por ejemplo. Uno de estos resultados muy evidentes de la investigación, es que es muy difícil generalizar una sensación, ya sea por la tolerancia al frío, la tolerancia al calor, la cantidad de pelos que tengas en las piernas, cuánto has sudado, hay un montón de factores que afectan el cómo sentimos la sensación que estoy proponiendo. Esa es también una parte de la investigación”.

Hay un potencial, en este tipo de tecnologías, para crear nuevos procesos artísticos “¿Se puede generar una experiencia que no es visual y que es sólo táctil? ¿Puede ser que en el futuro podamos ir a un museo y nos ponemos el traje, simplemente para sentir? ¿Ir a vivir una experiencia artística a través de algo táctil y tecnológico? por ejemplo”.

Escudero ha creado experiencias cortas, alguna de apenas unos segundos y otras de hasta 3 minutos. Ph: gentileza prensa.

Otras exploraciones

¿Qué otras líneas de investigación se están realizando con esta misma tecnología?

“Hay gente que está tratando de reproducir sensaciones que existen (justamente para la parte de videojuegos), por ejemplo quiero que realmente sientas un pájaro que se te apoya en el hombro, y las patitas, cuánto pesa, realmente tratando de reproducir partes de la realidad dentro del mundo digital. 

Para mi es casi completamente lo opuesto. Para mi es decir, tenemos una tecnología que nos permite sentir cosas que nunca existieron en la realidad. ¿Qué mundo de sensaciones se pueden abrir sólo porque esta tecnología existe? Esos lugares donde ponen el cuerpo en lugar desconocido. Estoy tratando de crear lazos, o puentes, junto con la danza, para ver si hay algo ahí, que pueda conectarse y expandirse un poco, esa sensación o el mundo de la danza, dentro de algo táctil”.

Es como hacer físico un sueño. Algo así.

“Por eso me gusta mantenerlo abierto y siempre con una mente artística y creativa. Sin caer en la facilidad de ese hoyo de parámetros estandarizados. Estoy buscando otra cosa, como algo un poco más general. Yo pienso el hecho de poder percibir la danza de una forma diferente para el público en general, pero a la vez puede ser pensado para gente que tiene problemas de visión, que puede acercarse a la danza desde otro lado”.

¿Cómo continuarás? 

“Estoy empezando a escribir la tesis. Analizando toda la información y toda la data que recolecté durante mi tiempo en Australia, tratando de encontrarle sentido a todo y ver cómo es el resultado final. Cuál es mi contribución al mundo del conocimiento, que es lo que tengo que hacer en un doctorado, crear conocimiento.

Acá en Inglaterra estoy en el Center of Dance Research (en el Centro de Investigación de Danza), y en Australia estoy como parte del Motion Lab, un laboratorio de movimiento y tecnología. Mi doctorado está enmarcado dentro de las prácticas de danza y tecnologías digitales, pero a la vez incorporo y me posiciono yo, no solo como bailarín, sino también como diseñador de experiencias”.

¿Y después?

“Yo estaba muy contento y feliz antes de que me saliera el doctorado, viviendo en Austria. Tenía mi propio estudio de diseño, donde hacía muchísimo, pero muchísimo, diseño de vestuario y escenografía. Estaría muy contento de volver a la vida que tuve. Pero también me gustaría ver qué puerta me abre el mundo de la Academia, el universitario. Si aparece algo dentro de investigación o alguna posición en alguna universidad lo pensaría.

Cuando pienso en el futuro, tengo que pensar en lugares donde haya mucho dinero para cultura y arte, porque sino estas cosas rarísimas que estoy haciendo, no las puedo hacer. Cada uno de estos trajes son carísimos, literalmente carísimos. Tener un lugar donde pueda hacer movimiento también es caro, necesito un laboratorio que ya esté todo equipado. Entonces necesito moverme en lugares donde haya dinero para estas cosas, donde haya interés de promover, de ayudas económicas, para que este tipo de investigación suceda. 

Yo vengo haciendo esto desde hace 10 años, y no siempre tuve acceso a estas infraestructuras. Empecé con una cámara de fotos, ni siquiera tenía un móvil que tuviera una buena cámara y yo estaba tratando de hacer capturas de movimiento y metiéndolas en la computadora con algunos softwares gratuitos para probar cosas. Pero ahora que ya tuve el gustito de tener esta infraestructura digo, ah, lo voy a estirar un poco más”.

Mi doctorado está enmarcado dentro de las prácticas de danza y tecnologías digitales. Ph: gentileza prensa.

¿Podrías compartir un consejo para un joven bailarín?

“Yo dando consejos soy terrible”.

No es para que te lo tomes tan a pecho

“Ni tampoco para que lo sigan. Creo que… para mi hay que vencer los miedos. Porque uno muchas veces dice: ‘si tuviera la oportunidad’, o ‘vos porque te pudiste ir’, o ‘vos porque porque porque’. Pero en realidad hay muchas cosas que uno tiene que vencer para poder hacer, para poder moverse, para poder seguir moviéndose en la vida, buscando lo que uno tiene ganas de hacer. 

Para mi es importante esto de vencer los miedos. Yo tuve que vencer el miedo de dejar a mi país, tuve que vencer el miedo de que me vaya mal, tuve que vencer el miedo de la expectativa, de arruinar las expectativas que otros tienen de mi. Y creo que el viaje, más allá de profesional, es siempre personal. Y si uno vence los miedos y encuentra algo que lo saca de la cama a la una de la mañana, que uno se despierta y quiere empezar a hacerlo, es lo mejor.

Pero no es necesario, no es que hay que irse, o hay que… No. Creo que está todo más cerca, como en pensar uno ¿qué tengo muchas, muchas, ganas de hacer? ¿Por qué no lo hago?, y si hay un miedo ahí entre medio, sacar ese miedo.