Ximena Tamara Pinto, la artista argentina integrante histórica del Grupo Cadabra que colaboró con Herman Cornejo en ANIMA ANIMAL, integra la selección de élite de una residencia que convierte a Castellón en epicentro de la danza contemporánea
Hay momentos en los que los números hablan por sí solos, pero en el caso de NODUS 2025, las cifras revelan algo mucho más profundo que un simple crecimiento estadístico. La residencia artística de danza contemporánea que se desarrollará del 14 al 21 de julio en Cinctorres, Tírig y Villamalur ha recibido 206 solicitudes de 39 países – un incremento del 281% respecto a la edición anterior – pero detrás de cada una de esas candidaturas late la búsqueda de un espacio donde la creación pueda florecer sin fronteras.

La Argentina en el corazón de Europa
Entre los cinco artistas seleccionados tras un riguroso proceso de selección, destaca la presencia de Ximena Tamara Pinto, cuya trayectoria la posiciona como una de las voces más interesantes del panorama interdisciplinar argentino. Su colaboración con Herman Cornejo en “ANIMA ANIMAL” – presentada en Nueva York y Miami – no solo confirma su nivel artístico, sino que proyecta la creación nacional en circuitos internacionales de primer nivel.
El perfil de Pinto encarna la esencia de lo que NODUS busca: artistas que trascienden las fronteras disciplinarias. Su experiencia en danza aérea, teatro físico y creación coreográfica le otorga ese “enfoque escénico único y potente” que la organización valora, pero también representa la capacidad de diálogo que caracteriza a los creadores argentinos cuando se insertan en contextos internacionales.
Un laboratorio de diversidad creativa
La selección de NODUS 2025 funciona como un mapamundi de la creación contemporánea. Junto a Pinto, convergerán Shay Bu (Reino Unido), formada en la London Contemporary Dance School y con colaboraciones en compañías como FUBUNATION; Yumio Chanoki (Francia/Japón), intérprete que participó en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos París 2024 y ha trabajado con figuras como Hofesh Shechter y Damien Jalet; Melissa Figuereido (Brasil/Alemania), con más de una década de carrera profesional en Europa y América Latina; y Jimmy Páez (Colombia/Alemania-España), performer con base en Berlín y Barcelona.
Esta constelación de nacionalidades y enfoques estéticos no es casual: representa la comprensión de que la danza contemporánea se nutre de la diversidad, de los cruces culturales, de la capacidad de encontrar lenguajes comunes en la diferencia.
Territorio como dramaturgia
Lo que distingue a NODUS de otras residencias no es solo la calidad de sus participantes, sino su capacidad para convertir el territorio en elemento dramúrgico. Que artistas de la talla de Pinto – acostumbrada a los escenarios de Nueva York y Miami – trabajen en la intimidad de pueblos como Cinctorres, Tírig y Villamalur no es solo una decisión curatorial: es una apuesta por la democratización del arte de vanguardia.
La residencia, impulsada por el área de cultura de la Fundación Caixa Castelló y la Diputación de Castelló, con el apoyo de la delegación de Castellón del Institut Valencià de Cultura, funciona como “motor de cohesión territorial”, llevando espectáculos de vanguardia a entornos rurales que se transforman en escenarios de excepción.

El futuro se construye en presente
Las muestras finales – 12 de julio en Cinctorres, 13 en Tírig y 14 en Villamalur – no serán solo la culminación de una semana de trabajo intensivo. Serán la demostración de que el futuro de la danza contemporánea se construye en el presente, en el encuentro entre artistas que vienen de mundos diferentes pero comparten la misma pasión por la búsqueda expresiva.
Para Ximena Tamara Pinto, NODUS 2025 representa una oportunidad única de confrontar su trabajo con el de creadores de otras latitudes, de nutrir su investigación artística con nuevas perspectivas, de confirmar que la danza argentina tiene mucho que aportar al diálogo internacional.
Para los espectadores de las comarcas de Els Ports, l’Alt Maestrat y la Serra d’Espadà, será la oportunidad de asistir a algo excepcional: el momento en que la creación se hace visible, en que el trabajo silencioso de los artistas se transforma en experiencia compartida.
NODUS 2025 no es solo una residencia más: es la confirmación de que la danza contemporánea puede ser motor de transformación social, puente entre culturas, territorio de encuentro donde lo local y lo internacional se funden en una búsqueda común.