Con profunda consternación, el mundo de la danza amaneció hoy con la triste noticia de la muerte del fotógrafo Máximo Parpagnoli.

Máximo Parpagnoli ha sido sin dudas, uno de los más grandes fotógrafos de artes escénicas de nuestro país, desde el corazón mismo del Teatro Colón de Buenos Aires durante 40 años, pero también en miles de espectáculos independientes. Encargado del archivo documental de nuestro primer coliseo, lo dotó de miles de obras, de todos los rincones del increíble edificio, ensayos, conversatorios, conciertos, óperas y ballets.
En Balletin Dance estuvimos estrechamente vinculados con él, no solo por haber publicado tantas de sus imágenes, sino también por haber compartido infinidad de funciones: nosotros desde la platea y él, al fondo de la sala, junto a los otros fotógrafos especializados en danza.
Debo ser autorreferencial para poder explicar la magnitud de la tristeza que nos embarga hoy. Para celebrar nuestro 20º aniversario, en 2014, organizamos una exposición de fotografías de danza que reunió a Alicia Sanguinetti, Antonio Fresco, Guillermo Genitti, Máximo Parpagnoli y Carlos Villamayor. Fueron meses de reuniones que nos permitieron conocernos aún más: los mejores fotógrafos de danza del país, cada uno con un sello propio, grandes profesionales y, al mismo tiempo, personas admirables: solidarios, fraternos, geniales.
Durante años soñamos con concretar un libro de fotografías que diera testimonio —como ningún otro— de la danza argentina de los últimos cincuenta años. Nos reunimos muchas veces y luego ellos continuaron con sus encuentros. Acompaña este texto la última “juntada”, en marzo de este año.

Parpagnoli fue también un ferviente defensor de la jerarquía, el prestigio y la tradición del Teatro Colón, así como de los derechos laborales de sus trabajadores, tantas veces vulnerados en el último lustro. En su rol de delegado sindical, no dudó en enfrentarse a tantas agresiones, en ocasiones delirantes, que hicieron peligrar a la propia institución.
Son muy pocos los artistas de su tiempo que no pasaron por su lente: desde todas las grandes figuras de la lírica académica que brillaron en el Teatro Colón, de múltiples nacionalidades, de los diferentes elencos nacionales de estas décadas y también de los más jóvenes debutantes del espectáculo independiente. Además de sus obras de estudio y de los encargos especiales para distintas producciones, Parpagnoli desarrolló varios proyectos de interés personal. Realizó varias exposiciones individuales y colectivas, mientras que en los últimos años, llevó adelante conferencias y talleres de fotografía de artes escénicas en todo el país.
Por su trabajo fue reconocido en el 32º Concurso Mensual de Foto Revista (06/2020) e incluido dentro de los 100 mejores fotógrafos de Argentina en el 35th Awards (premio internacional de fotografía).

Para quienes tuvimos la fortuna de conocerlo, Máximo deja un vacío imposible de llenar, pero también un legado que permanecerá para siempre entre nosotros. QEPD.
Ceremonia
La familia ha invitado a todos quienes hayan amado a Máximo Parpagnoli a participar de la ceremonia de despedida, que se realizará mañana, domingo 14 de septiembre a las 10 hs, en la Capilla del Cementerio de la Chacarita.
En este video de hace cinco años, Máximo nos cuenta cómo es su trabajo en el Teatro Colón, una de sus mayores pasiones.
Historia de vida
Nacido en San Miguel de Tucumán en 1958, inició su formación en fotografía siendo muy joven, primero con Antonio Vallejo (1969–1970) y luego en fotografía astronómica junto a Carlos Páez Márquez (1972–1974).
En 1984 ingresó al Teatro Colón como fotógrafo, cargo que obtuvo por concurso en 1988. En 2013 fue designado Supervisor de Fotografía del mismo teatro, función que desempeñó hasta su jubilación oficial. Durante más de cuatro décadas documentó con su cámara la actividad lírica y coreográfica del Colón, y sus imágenes ilustraron programas de mano, afiches, libros, publicaciones institucionales y revistas especializadas como Revista del Teatro Colón, Revista Clásica, Balletin Dance, Música Hoy, Correo Musical Argentino, Cantábile, L’Avant Scène Opera, Opera Magazine y Música Clásica BA, entre otras.
Su obra trascendió el ámbito teatral: en 1992 el Correo Argentino utilizó sus fotografías de tango y fileteado en una serie de sellos postales, con una tirada de más de 400.000 ejemplares. Nuevamente en 2001, seis imágenes suyas sobre tango y kabuki representaron a la Argentina en la Exposición Mundial de Filatelia en Japón. Entre 2008 y 2010 fue convocado para proveer las imágenes de emisiones postales conmemorativas, entre ellas la del Centenario del Teatro Colón (premiada en Salzburgo en 2009).
También incursionó en la fotografía de moda, colaborando con firmas como María Vázquez y Claudia Larreta, y compartió su experiencia dictando talleres y cursos de fotografía de artes escénicas en la Escuela Marcelo Gurruchaga desde 2014. En 2019, el Teatro Colón editó el libro de arte fotográfico Arnaldo [Colombaroli] y Máximo [Parpagnoli]. Fotógrafos del Teatro Colón, que reúne su mirada sobre cuatro décadas de historia de nuestro primer coliseo.

Sofía Menteguiaga. Ph. Máximo Parpagnoli
Decía Máximo de su trabajo:
Estás en ese estado de ánimo particular que produce la emoción soplando adentro tuyo como si fuera un Pampero. Las luces de la sala declinan; lo mismo hacen las voces del público. Aplausos, silencio… Se abre el telón. En el primer acorde, en el primer paso, en la primera nota, en la primera palabra… ya sabés que estás perdido.
Levantás tu cámara sintiendo que tenés el ojo, el oído, el dedo y el corazón en sintonía.
En un momento cualquiera, desde la escena, el Duende te mira directamente a los ojos y te hace un guiño.
Entonces sentís que la emoción sube desde tus pies, asciende por la espalda hasta tu cuello y con elegante firmeza te atenaza la garganta; tu piel se estremece, tus ojos se humedecen. Sostenés la emoción en su punto más alto, contenés el llanto para que tu visión no se nuble y en ése instante tomás una foto. Y tal vez, sólo tal vez, el mundo sea un mejor lugar.