Käpita Caperucita Röja

0
33
Natalia Salgado se aventura esta vez a un espectáculo para toda la familia. Ph: gentileza prensa. Ph: gentileza prensa.

“Käpita Röja” demostró que el teatro familiar puede ser territorio de encuentro intercultural, donde la tradición espiritual hindú dialoga con los cuentos occidentales.

Por generaciones el cuento de Caperucita Roja advirtió a las niñas de los peligros del bosque. ¿O del patriarcado? Ideologías a parte, la niña que decide desafiar la recomendación materna, tomando otro camino y sufre las consecuencias, dista mucho de la protagonista de la obra de Natalia Salgado.

La tradición espiritual hindú dialoga con los cuentos occidentales. Ph: gentileza prensa.

Referente argentina de la cultura artística de India en Buenos Aires, Salgado se aventura esta vez a un espectáculo para toda la familia. Las funciones se llevaron a cabo a finales de agosto y principios de septiembre en el Galpón de Guevara, a sala llena.

En un juego de palabras entre el Käpita (nombre deun gesto indio o mudra) y el Caperucita Roja en español, la puesta cuenta con proyecciones, música en vivo, máscaras tradicionales y cuentos narrados y bailados. Las danzas tradicionales de la India, aquí, se aprecian a través de una relectura, al servicio de contar un cuento, mostrar un sentimiento, o establecer una relación entre personajes. Con la misma técnica apurada que siempre nos regalan las bailarinas de Güngur Fine Arts, acompañamos el viaje de Käpita, una joven bailarina hindú.

La protagonista, muy distinta a la figura rebelde de la tradición europea, emprende un viaje de autoconocimiento.

Muy a tono con las enseñanzas espirituales hindúes, y bajo consejo, y al encuentro de sus mayores. Esta aventura comienza con la búsqueda de un movimiento de danza que no se logra durante la práctica.  En el camino hacia la casa de su abuelo bailarín, Röja se encuentra con dioses y diosas, animales danzantes, pero principalmente con su propia esencia, transformando esta, en una jornada mística. Poniendo así, de manifiesto la indisoluble relación de las danzas de India con sus creencias espirituales.

Käpita Röja es un espectáculo infanto – juvenil de una cultura muy diferente a la nuestra. Ph: gentileza prensa.

En la más reciente producción de Natalia, está lejana tierra y sus costumbres percibidas como exóticas por nosotros, se nos hacen cercanas. No solo por el entrelazado con el famoso cuento de la niña, el lobo y su abuelita. El cuento narrado, en sintonía con las imágenes proyectadas, los cuidados y bellos trajes, contribuyen de forma contundente. Pero, también se destacan los diseños de los personajes en sus movimientos, gestualidad  e interpretación. Si bien algunos mudras alejan al espectador, justamente por falta de conocimiento de ese lenguaje; el conjunto de toda la puesta, estética impecable, el mensaje profundo de cada escena, y la música tradicional, sostienen su atención por completo.

Käpita Röja es un espectáculo infanto – juvenil de una cultura muy diferente a la nuestra con un ritmo muy diferente al de una gran ciudad latino americana actual, que empieza con una ofrenda a un dios que no conocemos. Sin embargo, la sala llena de niños y niñas (y los adultos que los acompañaban) se mantuvo en silencio y concentración. Eso es mucho decir en una era de pantallas y ritmos alucinantes. Esperamos la segunda temporada.