Otra vuelta del Son, al baile de salón

0
248
Otra vuelta del Son, al baile de salón. Ph: gentileza prensa.

100 años, un siglo, es suficiente para considerar trascendental, a un género musical danzario, aún en evolución. Ese es el son, al cual el ciclo gratuito El cine que canta y baila, rinde homenaje con el reestreno del documental Rumberos; el viernes 1 de noviembre, a las 18 hs, en la sala El Cairo (Santa Fe 1120), de la ciudad de Rosario, Santa Fe. El evento continúa el sábado 2, con la masterclass Claves y polirritmias y el taller intensivo Échale salsita, de 16 a 19 horas, en la Academia Negra Tabaco y Ron (Jujuy 2657), de dicha localidad.

Balletin Dance, en diálogo con el realizador Fernando Krichmar, disfrutó sus apasionados recuerdos, nacidos durante su estadía por cuatro años, en Cuba, donde realizó esta obra. Fue presentada en el Festival Santiago Álvarez in Memoriam, Festival Internacional de Cine de Lima, en la Muestra DOCA (Documentalistas de Argentina), en el complejo Teatral Tita Merello (Buenos Aires) y en el Festival de cine de Santa Fe, a lo largo del año 2007.

Y expresó su director: “llevaba 3 años en la Escuela Internacional de Cine Latinoamericano, donde era coordinador de la cátedra de dirección. Todo se gesta gracias al productor, Marcello Fioramonti, fanático de la percusión afrocubana, que se radica en España y decide filmar sobre esta música. Somos amigos, desde que estudiábamos en la Universidad Nacional de Rosario. La rumba es un género profano, pero creí útil buscar sus raíces, en los sistemas de creencias de Matriz africana, nucleados en las culturas Yoruba, Bantú y Carabalí, entre otras. Mi residencia, me permitió ubicar focos autóctonos, en los zonas populares, más allá de la “gran escena” y los circuitos turísticos. Aunque es habitual, que celebridades del arte y la cultura cubana alternen con referentes de los barrios. Me atrevería a decir que la rumba, entre otras expresiones musicales cubanas, constituye un auténtico foco de arte de resistencia, como de resiliencia. Cualquier herramienta, objeto, una lata, un palo, una botella vacía, puede convertirse en un instrumento de percusión, generador de una danza colectiva vibrante. Ese es el espíritu, que quisimos captar en el documental.”

Como genuino arte popular, en sus inicios fue rechazado, pero con el nacimiento del cine sonoro, desde la década de 1920, a través del cine hollywoodense, el son se expande por el mundo, como un complejo genérico músico-danzario, que, en paralelo, inundará los más selectos salones y teatros, mediante su variante de guaracha-son. El Sexteto Habanero, primera agrupación sonera fundada con el nacimiento de esta década, aparece en el filme “Hell Harbor” (1929). El trío Matamoros, fundado en 1925, y precursor del bolero-son fue el formato modélico de los famosos tríos mexicanos, cultores del bolero. En la década de 1940 y hasta finales de los 50s, ya en manos de la industria del entretenimiento, en todo el Caribe, Latinoamérica, Estados Unidos y Europa, el son mezclado con la conga, el mambo y el chachachá dará origen a un subgénero llamado “cine de rumberas”, donde primaba el espectáculo pintoresco, de sus mixturadas coreografías.

Mediante un testimonio audiovisual de valor antropológico y etnocultural, este documental muestra en modo fresco, sencillo y entretenido el ambiente de la rumba en La Habana y el de las personas que la viven con intensidad.

El cine El Cairo se suma a la actividad Claves y polirritmias, con la proyección del documental Rumberos y una charla-debate posterior con su director Fernando Krichmar y su gestor José Antonio Más, para conmemorar dos fechas. El 8 de noviembre: Día Nacional de las y los Afroargentinas/os y de la cultura Afro, fecha del deceso de María Remedios del Valle (Buenos Aires, Virreinato del Perú, 1767 ​​- Ciudad de Buenos Aires, Provincia de Buenos Aires Confederación Argentina, 1847), la capitana y Madre de la Patria. Y el 20 de noviembre: Día de la Conciencia Negra, en recuerdo al asesinato de Zumbi dos Palmares (Alagoas, Capitanía de Pernambuco, Brasil colonial 1655- Palmares, Brasil 1695) hombre liberto, esclavizado y líder cimarrón brasileño, que luchó contra la esclavitud

Alejo Carpentier (premio Cervantes de literatura y musicólogo precoz de ascendencia suiza, formado musicalmente en París y testigo exquisito del desarrollo exponencial del son, como complejo genérico musical-danzario), refrenda en su libro La música en Cuba (1946): “(…) Cuba añadió las claves, instrumento originado en La Habana, cuyos “palitos sonoros” (…) y su ritmo, ha sugerido Emilio Grenet, es el único que puede ajustarse siempre (…) constituye una especie de constante escansional. (...) Las comparsas (…) eran un ballet ambulante”.

La musicóloga brasileña Oneyda Alvarenga, en su fundacional, La Música Popular Brasileña (1947), cita: La influencia de Cuba continúa viva hasta hoy. (…) muchos de nuestros actuales sambas urbanos muestran la acción de la rumba.

Luc Delannoy (musicólogo, creador del Instituto de Neuroartes), en su libro ¡Caliente! Una historia del jazz latino (2000), afirma: “(…) quien dice jazz latino dice Cuba” (…).

Santiago Auserón (musicólogo español), en su obra El ritmo perdido (2012), dedica el capítulo Panteón de la rumba, a la impronta cubana amalgamada con el Caribe musical.

La primera obra que George Gershwin compuso, bajo la influencia del afamado método Schillinger, fue Cuban Overture, inicialmente titulada Rumba. Así se estrenó en 1932, en el primer concierto de Gershwin en exclusiva, en el estadio Lewisohn de Nueva York, ante una multitud de 18.000 personas. Y cuentan que dijo: "Fue la noche más emocionante de mi vida." El manisero de Moisés Simons, junto a Échale salsita de Ignacio Piñeiro, son dos sones utilizados como leit motiv, en esta pieza sinfónica.

César Miguel Rondón (melómano y cronista venezolano), en su testimonial El libro de la salsa. Crónica de la música del Caribe urbano (1978), coloca como cita inicial un fragmento del clásico tema del son, Echale salsita (1932), del compositor cubano Ignacio Piñeiro, director del Septeto Nacional que hoy lleva su nombre. A Piñeiro, también pertenece el subtítulo que parodia el documental Rumberos. El verso original dice: “el son es lo más sublime para el alma divertir”, del tema Suavecito estrenado en la Feria internacional de Sevilla, en 1929.

Filme: Rumberos. Guión y Dirección: Fernando Krichmar. Producción Ejecutiva: Alejandra Guzzo. Guión, Montaje y Postproducción: Marcello Fioramonti. Elenco: Alfredo “Afropunta” Hernández, Mayito Rivera, Eloy Machado “El Ambia”, Lázara Menéndez, Bladimir Zamora, Pedro Fariñas, Juan Bencomo y la gente de Cayo Hueso. Género: Documental. Duración: 41’. Origen: Argentina, Cuba, España. Año: 2006. Calificación: SAM18 (para Mayores de 18 años).

Artículo anterior“La Casa de los Invisibles”
Artículo siguiente30 años de danza aérea con el regreso de 8cho
Toni Más
Toni Más (La Habana) Instructor de arte, Narrador Oral Escénico e investigador de la música popular cubana. Ha publicado los poemarios Tono Menor, Editorial Letras Cubanas (2002), premio del concurso Pinos Nuevos y Los fantasmas del circo, edición bilingüe inglés-español, Editorial Lugus Publications en Ontario, Canadá (1996). Textos suyos aparecen en diversas antologías y publicaciones periódicas en Cuba, España, México y Argentina.