Durante más de 30 años de trayectoria como docente, bailarina, coreógrafa y directora de grupos de tango danza, Olga Besio se destacó por crear una metodología de enseñanza personalísima, que fue altamente conocida por sus clases para los más pequeños, bajo el título de Tango con Niños donde se formaron sus propios hijos Ariadna y Federico Naveira (ambos continuaron toda su vida dedicada al tango danza, y son hoy reconocidos internacionalmente).
Había nacido en Buenos Aires donde comenzó a bailar desde pequeña, se formó en Bellas Artes y Filosofía. Se especializó en tango de salón y dictaba clases a adultos por todo el mundo. Participó como miembro del jurado y docente en festivales y congresos internacionales. Entre sus alumnos se puede mencionar a Sally Potter y Robert Duvall.
Sus coreografías se presentaron en cantidad de teatros de Buenos Aires y se recuerdan sus exhibiciones en las milongas porteñas, con Gustavo Naveira (luego con otros bailarines).
Tenía marcada una agenda sin descanso para los próximos meses. Llegó a Roma el 19 de octubre y pronto su hija Ariadna Naveira anunció en sus redes sociales, que había tenido que cancelar compromisos laborales contraídos ese fin de semana, pues “motivos familiares requirieron nuestra presencia en Roma”, su mamá “la maestra Olga Besio, está pasando por un momento difícil de salud, pero se encuentra afortunadamente acompañada por sus hijos”.
Lamentablemente el 30 de octubre informaba a sus seguidores, que “En el día de hoy falleció mamá Olga. Sin palabras para describir este momento de tristeza infinita, para nosotros y para el mundo, queremos agradecer a todos por la cercanía y el amor recibido durante todos estos días. Gracias papá por estar al lado nuestro, como siempre lo has hecho, en cualquier situación de la vida. Gracias Fede por tu fortaleza y cuidado. Gracias Fer por tu incansable soporte. Hoy, una estrella más nos cuida desde arriba”.
Las redes sociales se llenaron de mensajes de cariño en todos los idiomas, de alumnos, ex-alumnos y compañeros de tantos años de trabajo. Su partida deja un vacío imposible de llenar, pero también un legado de conocimiento, amistad y amor por el tango que seguirá vivo en cada uno de sus alumnos y colegas. Su dedicación y pasión continúan resonando en aquellos que tuvieron el privilegio de compartir su camino.
Mañana, sábado 2 de noviembre, a las 12 del mediodía, se llevará a cabo una misa en su homenaje, en la iglesia Santa Maria Ausiliatrice de Roma (Piazza di Santa Maria Ausiliatrice 54), abierta a todos.