Para las nuevas generaciones, Manuel Vallejos era un reconocido profesor en varias instituciones prestigiosas de nuestro país. Para quienes tenemos mayor edad, Vallejos fue integrante del Modern Jazz Ballet, en el apogeo de la compañía dirigida por Noemí Coelho y Rodolfo Olguín en la ciudad de Buenos Aires, los precursores del Modern Jazz en nuestro país. Ese elenco estaba integrado por talentosos bailarines y marcó a la danza argentina de manera única.
Había nacido en la provincia de El Chaco y se enorgullecía por eso, no había sido fácil para él dedicarse a la danza en aquellas épocas. Pero nada lo detuvo y viajó por el mundo para perfeccionarse e impregnarse de diferentes técnicas para desarrollar su pasión: el jazz. En Francia incursionó con Peter Gross, en Estados Unidos con Jennifer Müller, en Brasil con Rosemarie Calheiros y Breno Mascarenhas.
En su faceta de intérprete integró el desaparecido Ballet Provincial del Chaco, Universitario (UNNE) y como se mencionó anteriormente, el Modern Jazz Ballet con el que acompañaron a Julio Bocca en su despedida de los escenarios.
Presentó una serie de espectáculos en Capital federal y Gran Buenos Aires, bajo la propuesta de Estela Erman, para su obra ‘El Adagio de los Tiempos’. Un interesante proyecto que finalizó en Francia donde compartió el escenario con bailarines de ese país y de Alemania. En ese viaje, se perfeccionó en pedagogía con Stephane Locci, Pascal Couillaud (París) y Claudie Jacqueline (Saint Germain en Laye).
También ya en su rol docente, visitó el Broadway Dance Center y el Step Studio de Nueva York, asistió al Workshop ‘Jazzart 97’ en la Western Kentucky University donde conoció a los prestigiosos profesores Matt y Martín Mattox y Billy Siegenfeld. Mientras que en 1998 participó del ‘Boulder Jazz Dance Workshop’, en la Boulder Colorado University.
En la Argentina fue docente titular de técnica de Danza Jazz en la Licenciatura en Composición Coreográfica de la Universidad Nacional de las Artes, integró el staff docente de la Fundación Julio Bocca, del estudio de Mónica Souto y del Instituto de Danza Gurquel-Lederer.
En abril de 2014 el Consejo Argentino de la Danza le otorgó el Diploma de Honor por su labor docente en la danza.
Las redes sociales hoy se llenaron de sentidos mensajes, de varias generaciones de alumnos que fueron formados en sus clases. En todos dejó una marca que trascendía la sala de ensayo. Sin dudas el mundo de la danza lo extrañará, pero a través de sus estudiantes directos sus enseñanzas se irradiarán en cientos de nuevas generaciones.
Compartimos la foto que a él más le gustaba, la usó durante muchos años en las publicidades que hacía en Balletin Dance, para difundir sus clases.