Herman Cornejo, bailarín principal del American Ballet Theatre durante 20 años, anunció su regreso a la Argentina desde su residencia en Nueva York con una obra excepcional nacida de una indagación coreográfica sobre Caaporá, un ballet argentino escrito a principios del siglo XX y ofrecido nada menos que a Vaslav Nijinsky a propósito de su visita a Buenos Aires y Montevideo con Les Ballet Russes. A pesar de su aceptación a realizar la producción, nunca se realizó por quedar él internado en Europa con un diagnóstico de esquizofrenia.
Anima Animal, así se denomina la creación, se estrenará el 2 de diciembre en el Teatro del Bicentenario de la Provincia de San Juan y luego se realizarán dos funciones el 3 y 4 del mismo mes. La obra indaga sobre la leyenda guaraní del mítico Pájaro Urutaú. Será la primera producción propia de Cornejo y llegará de la mano coreográfica de Anabella Tuliano y Grupo Cadabra, y contará con música original trabajada en una colaboración sin precedentes entre la compositora clásica argentina Noelia Escalzo y Uji, DJ y compositor electroacústico.
El proyecto, resultado de dos años de investigación y desarrollo, indaga en la idea germinal de la obra Caaporá, escrita en 1915 por los intelectuales argentinos Alfredo González Garaño y Ricardo Güiraldes, y presentada a Nijinsky en su última visita a Uruguay, antes de que abandonara definitivamente los escenarios.
El espectáculo producido por Cornejo y que también lo tiene como protagonista es una evocación a Nijinsky, un referente de la danza mundial y que marcó un antes y un después tanto en la incursión de los varones en el arte de la danza a principios del siglo XX, como fue precursor en instalar una forma de interpretación dancística más genuina y verosímil en el escenario, también al tomar temáticas audaces y poco frecuentes para la época. Parte de la inspiración de Cornejo para desarrollar esta obra viene de su conexión con Nijinsky.
“En 2021 recibí una beca del Centro del Ballet y las Artes de la Universidad de Nueva York por mi propuesta Re-imaginando Nijinsky. Mi objetivo era hacer una investigación sobre la obra de ballet llamada Caaporá, que retoma una leyenda guaraní sobre el origen mítico del pájaro Urutaú́, que en su momento fue un proyecto coreográfico propuesto a Vaslav Nijinsky. Como parte de mi beca, hice, por un lado, una investigación sobre las distintas aristas de la leyenda del urutaú. Revisé las creencias indígenas de la zona de Argentina y Paraguay -especialmente las guaraníes- y su cosmovisión, las circunstancias históricas y culturales de concepción de un ballet que se planteó́ como ‘indígena’ y las conexiones con el modernismo de Les Ballet Russes y Nijinsky. Por otra parte, esto me ayudó a pensar una nueva coreografía y, en consecuencia, una obra completa de danza, que abordé junto a la coreógrafa argentina Anabella Tuliano. Durante mi lectura sobre las diferentes tribus indígenas, encontré una similitud en las creencias espirituales y el cuidado y el respeto por la naturaleza. También, descubrí que una fuerza maligna, a la cual todos se enfrentaban, siempre estaba presente. En este proceso, me crucé con esta frase: ‘Profundiza en el pasado para crear tu futuro’. De tal manera, el bagaje que construí a partir de la investigación me sirvió de trampolín para reinventar una historia para un nuevo ballet. Sentí la necesidad de crear una pieza donde no solo los bailarines pudieran ‘hablar’ con movimiento, también quería que ‘la Tierra’ tuviera una voz, que fluyera a través de la música y la hiciera constantemente presente. La cultura guaraní me inspiró a pensar las dificultades del momento presente desde una nueva lente, más mística, y la necesidad imperiosa de repensar la relación entre los seres humanos y de los humanos con la naturaleza”, dijo Cornejo a Balletin Dance.