Lengua punzante en Planta Inclán

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María Kuhmichel. Ph Lucas Minhondo.

Memorias y fantasías que conjugan biografías y ficción sobre un fondo de música popular de los 80s. El unipersonal Colosa Lengua Punzante es una obra coreográfica “que elastiza las nociones de hombre, drag, mujer”, dicen su creadoras. En su set de filmación imaginario Colosa narra su vida como una leyenda, un mito, una obra.

La segunda obra del grupo Proyecto Colosa se presentó en la Planta de Investigación y Creación Transversal. El unipersonal interpretado por María Kuhmichel, sobre una coreografía creada por la bailarina junto a Carolina Villa y Michel Capeletti.

El conjunto lleva tres años generando espacios de creación en el contexto de la danza contemporánea cuenta con el apoyo de PRODANZA y del Fondo Metropolitano de las Artes.

La pieza, que seguirá en escena hasta fin de junio en Inclan 2661, CABA, pivotea sobre contrastes: luz y sombra, masculino – femenino. El virtuosismo de la intérprete abre las puertas a su mundo íntimo: comienza delicada como una pluma blanca que pasea por la oscuridad.

“Todo un poco es un montón. Porque soy un montón ¿Un montón de qué? (…) Mis curvas son un montón, si”, dice y se vuelve alegre, sensual y emotiva.

María Kuhmichel, en su set de filmación imaginario. Ph: CH

Ésa frase cacofónica asiste al relato de la obra, que a su vez, efectivamente es un montón. Kuhmichel junta las manos sobre su pecho y las expande lejos, entrega una parte de ella. Se planta en medio de la escena, ejecuta un battement en segunda posición, lo cierra y cae mientras se escucha el registro de un sollozo. Ésta secuencia se reitera y el trabajo biográfico se vuelve universal ¿Cuántas veces necesitamos encontrarnos con el piso para levantarnos?”.

Michel Capeletti, co-creador de la pieza sostuvo en diálogo con Balletin Dance que “algo lindo del proceso es entrar en contacto con estas materialidades, con las historias de vida. Esta forma de moverse, además, como acto político. Lo personal deviene en algo público y compartido con una exposición muy fuerte e intensa. Un desvelarse explícitamente y más allá del cuerpo”.

Kuhmichel habla en voz baja y toda la sala sigue el hilo de una conversación muda. El

cuadro se compone por sus gestos durante el soliloquio, expresa con todo su cuerpo, pero hay un plano detalle que prevalece: una boca con los labios por demás pintados de rojo.

Las voces acompañan y generan ésta imagen tan específica: “Es lindo cuando alguien te gusta un montón. Mi boca roja con la boca de (…) Is a lot.”.

Una particularidad es la narrativa del espectáculo. El texto fue realizado por la intérprete y dramaturga, Lola Banfi.

“Hay tres voces en off además de la mía (Magali Del Hoyo, Carolina Villa y Lola Banfi). Intenté no ser hegemónica en el audio, darle voz a otras personas (…) A partir de mi experiencia, uso la danza contemporánea para transmitir emociones”, explicó Kuhmichel.

La intérprete tiene una contextura pequeña, el cuerpo de una bailarina, pero al actuar se multiplica y abarca todo el espacio. “Trabajo mucho en que mi atención sea íntegra, pienso cómo manejarme en el espacio, las luces y la música. Busco vibrar hacia el espectador e irradiar energía para toda la platea. Me encanta trabajar en ese estado”.

La peiza pivotea sobre contrastes: luz y sombra, masculino – femenino. Ph: CH

Y vuelve a la obra: “Quiero ser la chica más hermosa del mundo bajo la lluvia púrpura Could you be The most beautiful girl in the world?. Purple rain, purple rain”..

Las voces registradas refieren a canciones de Prince, ícono musical fundamental de la vida de la bailarina: “Nos aventuramos a trabajar a partir de todo el universo musical que me acompañó en el crecimiento”.

Entra y sale de su biografía, adentro y afuera del escenario. “Mi mamá pensó que yo era varón todo el embarazo y me llamó Ramiro. Con el tiempo tuve la sensación o el deseo de convertirme en lo que quiera: puedo ser un hipopótamo gigante de pechos negros – creaciones que son parte del texto- o una cerda alada”.

Para la artista Prince es también una alegoría de aquella disolución de oposiciones clásicas de los femenino y lo masculino.

Cabe recordar que durante un conflicto contractual con el sello que editaba sus discos, Prince cambió su nombre por un símbolo impronunciable que conjugaba el signo femenino y masculino. Esta referencia es la analogía que recupera Kuhmichel en la pieza. “Nací mujer siendo nueve meses varón” reitera el off. “Cada obra me acerca a algo personal. Busco la forma de hacer lo que corresponde, pero también entrar en la emocionalidad, en aquello que me mueve o libera”, sostuvo.

Esa liberación se hace explícita con los cambios de vestuario en escena. “Tun tun tun. La leona- gato enseñó el amor a hombres y mujeres. Tun tun tun más rápido. Diferentes formas de amor, mi chiquito, el machito. Podría convertirme. Leona con cabeza de gato, águila con cuerpo de serpiente nací”, reverbera en la sala.

El cuadro pasa a ser la habitación de una nena de ocho años que necesita encerrarse por lo menos una hora diaria para bailar y crear. Así transcurren los años con ésta misma constancia. Se transforma en una bailaora de flamenco sufrido. De un pesar que surge de las entrañas hasta el final de las líneas. Kuhmichel se calza una peluca que la acompaña para sacar toda su feminidad a flor de piel.

Mito, una escena con nuevo protagonista. Ph: CH

Mito, una escena con nuevo protagonista: el ventilador con luces led púrpuras ¡Es una niña! Nació mujer y el imaginario nos la describe con el pelo largo volando en el viento. Baila su género como danza el masculino. Entristece, se alegra y se va a lo oscuro hasta el final.

“Los códigos se atraviesan por la piel, hay algo de magia en lo que hacemos. Las palabras bordean una posible definición, pero siempre quedan cortas” concluye Michel Capeletti.

Más información en este enlace: https://plantainclan.com/colosa-lengua-punzante/

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Periodista recibida de TEA. Actualmente curso en UNDAV con el fin de ampliar mis conocimientos en periodismo. Con formación en danza jazz y clásica desde temprana edad, me considero una apasionada del género. Realicé notas en diversos medios digitales, como Bikini Burka (Madrid, España), plataformas con perspectivas medioambientales y colaboré en redacciones para temáticas de sociedad.