Quienes conocimos a Enrique Honorio Destaville (1943-2016), balletómano, crítico e historiador, sabemos de su afán por aprender y conocer todo lo que existiera relacionado con el mundo de la danza y el ballet.
Particularmente a quienes fundamos Balletin Dance, nos orientó, acompañó, aconsejó desde el día 1 hasta el final. Estuvo presente desde la primera celebración de nuestros aniversarios. Fue un padre intelectual para nosotros.
Por supuesto se interesó en transmitir su saber, compartía con todos los interesados (periodistas, críticos, investigadores) pero también con las nuevas generaciones. Por ello dictó clases de Historia de la Danza a los jóvenes del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón de Buenos Aires.
Enrique fue de esas pocas personas que ya ni existen, de un tipo de erudito enciclopédico, con una memoria insondable, plagado de anécdotas y vínculos históricos, de lo que había conocido personalmente y de lo que había fagocitado con su increíble capacidad de asimilar y analizar.
Como podrá imaginarse, usted, lector, a lo largo de su vida, su biblioteca fue creciendo, en diferentes idiomas, sobre todo español y francés que él manejaba muy bien. Ahora su Biblioteca Personal se encuentra integrada al patrimonio de la Biblioteca del Teatro Colón de Buenos Aires. Y una vez finalizadas las tareas de catalogación, todos sus libros estarán disponibles para todo el público.
La donación fue realizada por su mujer, Carlota, y sus hijas Amalia, Gloria y Chantal, a quienes se agradecerá por siempre, esta nueva posibilidad de recoger la impronta de Destaville. Los signos que fue dejando en sus libros, permitirá dotar de vitalidad al ballet argentino, cuidar ese patrimonio y agregarlo a la construcción de una memoria ilustrada, cultivada, compleja, viva e indispensable.
Fue recién en diciembre del año pasado, cuando Carlota “al ver esa majestuosidad de libros comprados por Enrique para ampliar sus conocimientos constantemente”, empezó a pensar junto a sus hijas, en la posibilidad de donar todos aquellos ejemplares relacionados con el mundo de la danza al Teatro Colón.
“Se que en este siglo XXI, la era internet nos acerca información al instante sin movernos de nuestra silla, pero tocar y abrir un libro, con esas ilustraciones, de fotógrafos que son artistas, historiadores e investigadores con sólidos conocimientos, es sumergirnos en un mundo maravillosos”, explicó ella misma a Balletin Dance.
Así, ella contactó al maestro Mario Galizzi, director del Ballet Estable del Teatro Colón, y “gran amigo de Enrique, quien sorprendido y encantado con la idea, me contactó con Laura Sposaro, la secretaria de Jorge Telerman” [director del coliseo]. Poco después, muy atentamente “hizo de nexo con Alejandra Balussi, a cargo de la biblioteca del Colón”.
La bibliotecaria quedó impactada “al saber de mi deseo de donar más de 300 libros, que ya fueron retirados por personal del Teatro”.
Como bien nos recuerda Carlota, “aquellos que fueron sus alumnos en el Instituto, saben del amor que tenía por la historia en general y a la danza en particular. Amó enseñar porque decía que el conocimiento, el aprendizaje, nos da libertad, y estoy segura que es así”.
Para finalizar, en nombre suyo y de sus hijas, nos deja un deseo: “espero que puedan aprovechar estos libros tanto como él lo hizo, y agradezco al Teatro Colón y sus autoridades que hayan hecho esto posible”.