Bodas de plata de una barandilla convertida en una barra de ballet
La profesora Coral López-Castellanos ideó esta iniciativa en 1997, cuya última edición reunió a 1.500 bailarines en el paseo de La Concha de San Sebastián
Un reportaje de Eloísa Patat, corresponsal en España para el Canal 26 de Buenos Aires, le dio relevancia internacional a una singular actividad que se desarrolla en la ciudad de San Sebastián, con motivo de las celebraciones del Día Internacional de la Danza. Este año se celebró el 25º aniversario de la exhibición de barra clásica en el paseo de La Concha, situado alrededor de la playa y bahía del mismo nombre.
La idea original surgió cuando la profesora de danza Coral López-Castellanos acudió a la capital guipuzcoana para realizar el examen de oposición al Conservatorio Superior de Música de San Sebastián. «Al finalizar los exámenes, me acerqué a La Concha y me impresionó muchísimo. Había visto fotos y siempre pensé que tenía que conocer esta maravilla de playa, pero no conocía el paseo. Me agarré a la barandilla e hice algunos pliés y tendus por deformación profesional y de repente, me imaginé esa barandilla como una gran barra de ballet llena de bailarines y bailarinas», explica la profesora originaria de Cartagena, ciudad de la Región de Murcia, a 850 kilómetros de San Sebastián, capital de la provincia de Gipuzkoa.
Titulada en ballet por el Conservatorio de Arte Dramático y Danza de Murcia y formada en Madrid, Rotterdam y La Habana, López-Castellanos obtuvo la plaza de profesora de la actualmente denominada Escuela Municipal de Música y Danza de Donostia-San Sebastián a la que optaba y así recaló en la pequeña ciudad de San Sebastián en 1994, para dedicarse a la docencia. Pronto comenzó a relacionarse con el sector de la danza local y, en concreto, con la Asociación de Profesionales de Danza de Gipuzkoa (APDG), siendo vicepresidenta en la Junta Directiva de 1996 a 1999 –una década más tarde, fue presidenta de la entidad-, intervalo en el que materializó esa idea que había alumbrado años atrás.
Empleando como barra de ballet la emblemática barandilla, imagen icónica de San Sebastián, echó a andar la exhibición en 1997, con 150 alumnos y alumnas de danza. «Al principio, teníamos algún problema con los chicos porque no querían participar en la barra de La Concha, ya que, en ocasiones, estaban sus compañeros de clase del colegio, jugando al fútbol en la playa, y no querían que les vieran. Ahora parece que se está revirtiendo este problema que tenían los chicos al decir que hacían danza y quizá, poco a poco, vayamos consiguiendo que se normalice que se vea a un bailarín al mismo nivel que un deportista de élite, porque lo son, y además artistas», rememora.
Año a año, se fueron sumando participantes hasta que el pasado 30 de abril, la exhibición de barra de La Concha reunió a 1.500 bailarines y bailarinas, distribuidos en los tres turnos (infantil, nivel intermedio y adultos), en los 270 metros de barandilla alrededor de la playa homónima. En los veinticinco años de esta exhibición, el único fenómeno meteorológico que ha impedido su celebración fue una ciclogénesis explosiva en 2012. Y por motivos de sobra conocidos, la pandemia obligó a suspender las ediciones de 2020 y 2021. Además, la barra de La Concha también ha sufrido las obras del paseo marítimo, habiendo sido necesario cambiar su ubicación a la desembocadura del río Urumea, en los paseos de la República Argentina y de Ramón María Lili, los años 2009 y 2011.
Imagen icónica y copiada
Bien como profesora de la Escuela Municipal de Danza de Donostia-San Sebastián, bien como una participante más, es usual encontrarse a Coral López-Castellanos agarrada a la barra, en esta cita indispensable de los actos que organiza la Asociación de Profesionales de Danza de Gipuzkoa con motivo del Día Internacional de la Danza, programa de actividades rebautizado como Mes de la Danza en 2003. «Es muy gratificante ver que, año tras año, se van animando en más lugares a hacer la barra en la calle y que tenemos más visibilidad», comenta en alusión a la multitud de ciudades que han copiado esta iniciativa como Bilbao, Vitoria-Gasteiz, Pamplona, Gijón o Ibiza, entre otras, y a nivel internacional ha llegado a Biarritz, donde celebran la ‘megabarra’ dentro del festival Le Temps d’Aimer La Danse. «En el plano emocional, cada año me sorprenden antiguas alumnas que vienen a ver la barra que hacemos en La Concha o que se aprenden la barra en casa y la hacen con nosotros, madres que vienen a ver a sus hijas y se emocionan al pensar que ellas participaron de jóvenes… es un día de emociones y de reencuentros», añade.
Este 2023, la Asociación de Profesionales de Danza de Gipuzkoa quiso reconocer a quien le ha legado su imagen más conocida y difundida. Al finalizar la celebración del evento y durante la foto de familia con motivo de su primer cuarto de siglo, homenajearon a Coral López-Castellanos. La presencia institucional estuvo encabezada por el alcalde de San Sebastián Eneko Goia y el concejal de Cultura Jon Insausti, y también asistieron muchos profesores y profesoras de Gipuzkoa de las 26 escuelas de danza que participaron en la exhibición.
«Fue algo inesperado y que no lo pensaba ni por lo más remoto. Me convocaron para hacer una foto de grupo y me dejaron que no sabía qué decir. Fue una sorpresa muy bonita y se lo agradezco profundamente a toda la Asociación», reconoce. «Una idea puede ser muy buena, pero sin un grupo de personas generosas que se impliquen y la hagan realidad no sería absolutamente nada. Una idea necesita esfuerzo y corazón para transformarse en lo que ha llegado a ser: un icono de San Sebastián, un motivo de celebración, de reencuentros y de dar visibilidad al arduo trabajo del día a día», explica, mientras subraya la importancia de los profesores y profesoras de danza a la hora de «transmitir los valores que inculca la danza como la disciplina, el compañerismo, la aceptación del fracaso, la autonomía, la pasión, el rigor y el corazón». Y como broche de oro de la celebración, la presentación de la XXI Gala del Día Internacional de la Danza realizó un guiño a las bodas de plata de la genial idea que tuvo esta cartagenera de nacimiento y donostiarra de adopción.