La temporada 2025-2026 del Teatro alla Scala de Milán marcará el inicio de una nueva etapa para el Ballet de la casa, con la primera programación diseñada íntegramente por su nuevo director, Frédéric Olivieri. El ciclo combinará grandes títulos del repertorio clásico con destacados creadores contemporáneos y nombres fundamentales de la danza del siglo XX.
El telón se levantará con La Bella Durmiente, en la célebre versión de Rudolf Nureyev, seguida por otras producciones históricas del repertorio como Don Quijote, también de Nureyev, y Giselle, según la lectura de Yvette Chauviré.

En marzo, el teatro recibirá un nuevo programa triple que reunirá por primera vez en Milán tres obras de alto impacto contemporáneo. Wayne McGregor regresará con Chroma (2006), una de sus piezas más representativas. Lo acompañarán Dov’è la luna, creación de Jean-Christophe Maillot de tono íntimo y reflexivo, y Minus 16, del israelí Ohad Naharin, quien hará su debut en La Scala con su lenguaje característico de energía desbordante y ruptura formal.

Ya en 2026, el escenario del Piermarini recibirá Alice’s Adventures in Wonderland de Christopher Wheeldon, un “clásico moderno” de gran despliegue escénico que se estrenará por primera vez en esta sala. Aunque el coreógrafo británico ya se había presentado en el Teatro degli Arcimboldi, esta será su primera colaboración con el Ballet de La Scala.

Otro momento destacado será una velada dedicada por completo a Stravinsky, con Apolo, de George Balanchine, y el esperado debut en el repertorio de la compañía de La consagración de la primavera, en la icónica versión de Pina Bausch. La coreógrafa alemana solo había pisado La Scala en 1983 con su compañía Tanztheater Wuppertal, por lo que esta reposición representa un hito en la historia de la institución.

Como broche de oro, la temporada incluirá una nueva edición de la Gala Fracci, homenaje a la legendaria artista milanesa, que tras cuatro ediciones exitosas regresa en formato extendido con dos funciones programadas.

La propuesta de Olivieri marca una clara voluntad de diálogo entre la tradición y la escena internacional contemporánea, consolidando el compromiso de La Scala con la excelencia artística y la diversidad estética.