El Cascanueces para chicos: cuando la tradición clásica encuentra nuevos lenguajes

0
7
Nina Zaera, Nicolas Boroni, Yanina Toneatto, Victoria BarnFather y Emanuel Abruzzo con el elenco 2025. Ph: Antonio Fresco.

El Centro Cultural Konex se prepara para recibir una nueva edición de El Cascanueces para chicos, el espectáculo que durante años ha funcionado como puerta de entrada al ballet para miles de niños porteños. Esta vez, el coreógrafo Emanuel Abruzzo asume el desafío de renovar un clásico que debe mantener su esencia mientras incorpora elementos contemporáneos capaces de cautivar a las nuevas generaciones.

La coreografía como puente generacional

Abruzzo enfrenta el desafío de crear una versión que dialogue con la tradición del ballet clásico sin renunciar a la experimentación. Su propuesta combina ballet con danzas tradicionales y estilos variados, una decisión que refleje una comprensión amplia de lo que puede ser la danza en el siglo XXI. Esta hibridación no es casual: responde a la necesidad de construir un lenguaje que resulte familiar tanto para padres como para hijos.

“Justamente pensando en las nuevas generaciones es que surgieron las adaptaciones que fuimos haciendo”, explica el coreógrafo. “Si yo fuese una criatura yendo a ver un espectáculo de ballet por primera vez, ¿qué me gustaría encontrar sobre el escenario? Y ahí con ese pensamiento como motor, fuimos armando junto con el equipo creativo cada elemento que se desarrolla en escena”.

“Vals de los Copos de Nieve”. Ph: Antonio Fresco.

Esta edición incorpora el “Vals de las flores” como nuevo elemento coreográfico, mientras que el “Vals de los Copos de Nieve” contará con un elenco de diez bailarinas. La incorporación de efectos de sonido en vivo (foley) a cargo de Facundo Gutiérrez, junto a la música de Tchaikovsky —con arreglos de Juan Andrenacci y Adolfo Schmidt— evidencia una búsqueda por enriquecer la experiencia sensorial sin traicionar la partitura original.

Un proceso creativo que nace de la inmersión musical

El método de trabajo de Abruzzo revela una aproximación orgánica a la creación coreográfica: “La creación comienza con horas y horas de escuchar la música en loop, hasta el punto que sueño con las melodías, y en algún momento empiezan a aparecer combinaciones rítmicas que traduzco al lenguaje en el que esté trabajando”. Este proceso, aprendido en Jacob’s Pillow, se completa con una pregunta fundamental: “¿me gustaría a mí bailar esto que estoy diseñando? Si la respuesta es sí; continúo, y si no; lo sigo intentando”.

El Buenos Aires Ballet Juvenil como protagonista

Bajo la dirección de Federico Fernández, Primer Bailarín del Teatro Colón, y la codirección de Nina Zaera, el Buenos Aires Ballet Juvenil se posiciona como el núcleo artístico de la propuesta. “El elenco está totalmente conformado por jóvenes bailarines, algunos de los cuales fueron contratados del Ballet Estable del Teatro Colón o del Teatro Argentino de La Plata o del Ballet de Tucumán”, detalla Abruzzo.

La decisión de trabajar exclusivamente con bailarines jóvenes —sin figuras invitadas esta temporada— responde a una estrategia precisa: “intentamos darle más destaque al elenco de bailarines que conforman el Buenos Aires Ballet Juvenil; de esa manera ellos son las figuras de cada función”. Entre los intérpretes que regresan se encuentran Paloma Ramírez, Ismael Israelian, Noelia Díaz, Pablo Ripari, María Pía Álvarez y Emma Sánchez, junto a los actores Victoria Barnfather y Nicolás Boroni en el papel de Drosselmeyer.

Nicolás Boroni en el papel de Drosselmeyer. Ph: Antonio Fresco.

Esta elección no es menor: trabajar con bailarines jóvenes aporta una frescura que conecta naturalmente con el público infantil, mientras que la dirección de Fernández garantiza el rigor técnico necesario para sostener la calidad artística.

Tecnología al servicio de la narrativa

La puesta incorpora proyecciones, animaciones y técnicas de mapping que se integran con la actuación de los bailarines. Esta decisión tecnológica podría parecer un recurso fácil para captar la atención infantil, pero en manos de Abruzzo se convierte en herramienta dramática. El mapping no compite con la danza sino que la potencia, creando ambientes que amplifican la capacidad narrativa del ballet.

Una misión social que trasciende lo artístico

La iniciativa de la Fundación Konex y la Asociación Arte y Cultura de ofrecer entradas gratuitas a organizaciones sociales y educativas convierte cada función en un acto de democratización cultural. Esta política no es meramente inclusiva: es transformadora. Permitir que niños de diferentes sectores sociales accedan al ballet en el Konex genera audiencias que de otro modo no tendrían contacto con la danza clásica.

Esta estrategia construye público futuro mientras cumple una función social inmediata. Los centros culturales barriales, ONGs e instituciones educativas se convierten en mediadores culturales, extendiendo el alcance del espectáculo más allá de los circuitos tradicionales del ballet.

“Vamos al Ballet” se ha consolidado como una institución dentro de la oferta cultural porteña. Ph: Antonio Fresco.

El ciclo “Vamos al Ballet” y su legado

En su 35° edición, el ciclo “Vamos al Ballet” se ha consolidado como una institución dentro de la oferta cultural porteña. Su permanencia en el tiempo demuestra que existe una demanda sostenida por propuestas que acerquen los clásicos del arte escénico al público infantil. El formato dominical matutino responde a las dinámicas familiares contemporáneas, facilitando el acceso sin competir con otras actividades.

El desafío de adaptar sin simplificar

La adaptación de Juan Lavanga enfrenta el desafío permanente de estos proyectos: cómo mantener la complejidad narrativa y musical de Tchaikovsky en un formato accesible para niños. El Cascanueces, con su estructura de sueño navideño y su galería de personajes fantásticos, ofrece un material naturalmente cinematográfico que facilita esta transposición.

12 únicas funciones los domingos de junio, julio y agosto a las 11 hs en el Centro Cultural Konex, Sarmiento 3131, CABA.
Entradas disponibles en: www.cckonex.org

Trabajar con bailarines jóvenes aporta una frescura que conecta naturalmente con el público infantil. Ph: Antonio Fresco.

Ficha técnica:

  • Idea, guion y adaptación: Juan Lavanga
  • Coreografía: Emanuel Abruzzo
  • Dirección Buenos Aires Ballet Juvenil: Federico Fernández
  • Codirección: Nina Zaera
  • Asistencia: Yanina Toneatto
  • Música: P.I. Tchaikovsky con arreglos de Juan Andrenacci y Adolfo Schmidt

La propuesta de Abruzzo confirma que la renovación de los clásicos no pasa por abandonar la tradición sino por encontrar nuevas formas de hacerla presente. El reconocimiento obtenido —desde el Premio Luisa Vehil hasta el Premio Atina por coreografía, producción, escenografía y visuales, y la reciente nominación a los Premios Teatros del Mundo— avalan una propuesta que ha sabido evolucionar sin perder su esencia.

El Cascanueces con coreografía de Emanuel Abruzzo. Ph: Antonio Fresco.

En un contexto donde el público infantil tiene acceso a estímulos visuales y sonoros cada vez más sofisticados, El Cascanueces para chicos se posiciona como una experiencia que compite en términos de calidad técnica sin renunciar a la profundidad artística que caracteriza al ballet clásico. Como invita el propio Abruzzo: “vengan a disfrutar de una función con muchas sorpresas y mucho talento”.