En el Teatro Regio, del Complejo Teatral de Buenos Aires, se presentó Yo bailo, creación de Damián Malvacio construida a partir del movimiento genuino de personas de la tercera edad. Concebir un espectáculo con veintidós intérpretes —casi todos mayores de 60 años, muchos de ellos sin experiencia previa en la danza y debutando en un escenario— supone un desafío singular, más aún cuando el punto de partida es la propia gestualidad, con sus limitaciones y su verdad.
Malvacio, fiel al lenguaje y posibilidad de cada cuerpo, compone una obra que nos interpela y nos desplaza de las convenciones: desmitifica la idea de que la danza pertenece solo a los bailarines profesionales y confirma que el acto de bailar puede nacer de la mínima articulación de brazos o torso. Yo bailo invita a mirar desde el corazón, sin prejuicios.

El proceso exige, claro, motivar, desinhibir, fortalecer la autoestima y desmontar preconceptos para que cada intérprete pueda ofrecer lo mejor de sí y hacerse visible ante los espectadores. La puesta en escena asume aquí un rol central: los textos de Julieta Ciocci, Damián Malvacio y Fernando Cava, proyectados al fondo del escenario, dialogan con el diseño espacial construido por los propios intérpretes al caminar, subrayando y enmarcando los solos que atraviesan la obra.
La iluminación de Gabriel Barroso se vuelve un elemento protagónico, modelando los climas afectivos del espectáculo.
Los intérpretes —Marta Alarcón, Beatriz Altmark, Myriam Azerrad, Marcela Báez, Ana María Bustelo, Ricardo Castro, María Antonieta Dellaere, Osvaldo Gutiérrez, Moira Hughes, Margarita Laporta, Silvia León, Mónica Alejandra Ormeño, Claudia Podroznik, Emma Noemí Rainieri, Esmeria Richart, Susana Sampayo, Diana Santini, Amelia Isabel Vale González, Vicenta Varela, Marcela Vertanian, Lidia Vázquez y Silvina Viaggio— transmiten alegría, presencia y un profundo vínculo con su interioridad y con el grupo. Su entrega genera un efecto contagioso que culmina en un hecho inusual para un espectáculo de danza: el público de pie, bailando, celebrando ese permiso colectivo para moverse.

Yo bailo logra desinhibir no solo a quienes están en escena, sino también a quienes observan. Un logro compartido por Malvacio y su equipo: Martín Bosa en diseño sonoro, Malena Chami en la asistencia coreográfica, Mariana Vera en el diseño de vestuario y Flor Raquel García en la producción.







