Una instalación coreográfica que expande los límites entre presencia, proyección y experiencia sensorial
El universo escénico de Proyecto Transcúbica llega a su última estación. Tras una primera obra concebida para las pantallas y una segunda versión estrenada en sala —donde la memoria corporal se desplegaba atravesada por dispositivos tecnológicos— este nuevo capítulo concluye la trilogía profundizando la pregunta que la impulsa desde el inicio: ¿cómo se transforma el cuerpo en la era post-pandémica, digital y virtual?.

Esta tercera instancia adopta la forma de una instalación coreográfica que articula danza, videomapping, música en vivo y un dispositivo visual interactivo. En escena, los cuerpos se relacionan con imágenes en tiempo real, proyecciones geométricas y texturas lumínicas que reconfiguran el espacio y proponen una experiencia inmersiva donde lo físico y lo digital ya no se distinguen con claridad.
Bajo la dirección de Marcela Chiummiento, la obra reúne a las y los intérpretes Ileana Ailín Pagano Moreira, Andrea Góngora y Eliseo Borgetto, quienes despliegan un lenguaje corporal que dialoga con la tecnología, entre desdoblamientos, eco-imágenes y presencias aumentadas.
El diseño del dispositivo interactivo y el videomapping está a cargo de Euclides Pérez Arismendi, también performer en escena; mientras que el artista plástico Facundo Pazos interviene con cámara en vivo, generando capas visuales que se superponen al movimiento.
La composición musical de Jorge Diego Vázquez se expande con la interpretación en vivo de Jessica Estigarribia, reforzando la dimensión sensorial de una pieza donde el sonido también opera como arquitectura. Completan el equipo Alma Lascano (iluminación) y Camila Scalise (fotografía).

Miércoles 10 de diciembre a las 20:00 y 20:45 hs y domingo 14 de diciembre a las 17:00 y 17:45 hs en Área 623, Pasco 625, San Cristóbal, CABA.
Entradas disponibles a través de Proyecto Transcúbica en Alternativa. Comunidad en Escena.
Acompañan Prodanza y Ministerio de Cultura GCBA.
Agradecimientos a Casa de Tita Espacio Cultural y a la yerba agroecológica Caballo Negro.






