En la sala La Fragua, ubicada en Rivadavia 4127, se presentó un programa que reunió dos fragmentos de obras que, desde perspectivas diferentes, indagan en la lucha interna y en la necesidad de autodescubrimiento como camino hacia la verdadera liberación femenina.
La compañía Unión Semilla ofreció Conociendo mi sentir (Fragmento), un recorrido hacia nuestras emociones más profundas: reconocernos desde aquello que agobia, tortura y no permite ser, hasta aquello que conmueve, alivia y habilita el fluir. Un trabajo logrado, con un adecuado desarrollo espacial y un nivel técnico e interpretativo que permitió transmitir los matices y climas propuestos por la coreógrafa. El elenco estuvo integrado por Glinka Nicole, Mattos Martina, Alba Florencia Carolina, Mohr Bustamante Denise Betsabe, Segura Milagros Oriana, Hipólito Florencia Analia, Ruiz Daniela Soledad, Sequeira Candela Mailen y Vera Jessica.
La iluminación fue de Mauro M. Dann, la asistencia de dirección de Jessica A. Vera y la fotografía de Leandro Godoy.

Por su parte, el grupo Habiternus, conformado por Jimena Zahn, Brenda Sanchez, Nicole Ventura, Alana Fanlo y Malena Martín —esta última también como directora— presentó Quiero ser una guerrera (Fragmento). Según palabras de su directora, se trata de una pieza que aborda temas universales como el desengaño, el desamor, el exceso y la explotación. La figura de la guerrera, siempre vigilante, se inclina hacia quienes llevan el corazón herido y el espíritu exhausto por el peso de la vida. Una obra que recuerda la fragilidad y la fortaleza del ser humano, y su capacidad de sanar, transformarse y elevarse.
Se trata de un trabajo más teatral que danzado, donde el gesto nace de la palabra, sin un desarrollo coreográfico; posiblemente, con cuerpos más entrenados puedan alcanzarse movimientos más propiamente danzados.
La música original es de Vonfrix y Jeremías Martful, el diseño de luces de José Binetti, la asistencia de dirección de Lara Cambursano y Keyla Vasini, el diseño gráfico de Dante Pignataro, y la dirección general y producción de Malena Martín.
Un espectáculo protagonizado por jóvenes entusiastas que comienzan a recorrer el camino de la danza, acompañado por un público numeroso que supo reconocer su trabajo con cálidos aplausos.






