Con inmenso pesar ayer nos enteramos de la muerte de la profesora de ballet María Cecilia Díaz, un ícono de la enseñanza académica en San isidro.
La noticia fue divulgada por Patricia Casañas en Facebook, y pronto los mensajes de cariño se multiplicaron en las redes sociales.
Su relación con Balletin Dance desde hace ya más de 25 años, fue inigualable. Era una persona sumamente respetuosa y cariñosa; siempre se la veía acompañada por su madre que compartía el amor a la danza y al Estudio que fundó en el Gran Buenos Aires con el mismo nombre que el de su adorada maestra Olga Ferri. Siempre lo contaba, pidió autorización explícita para bautizarlo como Ballet Estudio.
Espectadora frecuente, era común encontrarla en muchas de las cuantiosas oportunidades que ofrecía la ciudad de Buenos Aires, sobre todo en materia de ballet clásico.
Incluso este año después del receso provocado por el Coronavirus, su estudio volvió a iluminarse con las clases presenciales, donde se impartían todas las disciplinas de la danza.
Su temprana partida dejará un vacío difícil de llenar.