Por Paula Lena
Con funciones en el Hall Alfredo Alcón el Ballet Contemporáneo del Teatro San Martin (BCTSM ) nos regala dos reposiciones imperdibles.
Los 33 bailarines del elenco oficial, divididos en dos repartos que se turnan igualitariamente, deleitan técnica y expresivamente en “Bolero” de Ana María Stekelman y “Fervor” de Josefina Gorostiza, artista argentina en ascenso.
Bolero fue estrenada en 2004 por la compañía de Tangokinesis de Stekelman y en 2014 por el Ballet CTSM. Esta obra icónica dibuja geométricamente las frases musicales minimalistas en una composición que recuerda a deportistas helénicos o danzantes de las cerámicas griegas o asirias.
Incluso el vestuario de Renata Schussheim refiere a ciertas pinturas arcaicas. Los arabescos quedan son parte del componente tanguero que construye esta obra de fusión, que también hace uso del malambo para erigir una pintura viviente. Una representación kinésica de esa composición musical de Maurice Ravel que se inspira en repeticiones y sumatorias de ceremonias místicas orientales y que la coreógrafa subraya con la percusión corporal de los intérpretes.
Stekelman combina a la perfección líneas rectas en los movimientos individuales y los desplazamientos grupales con las curvas sinuosas de los cuerpos abrazados del 2×4. La creadora, relata el impacto que tuvo en ella la coreografía de Maurice Béjart sobre el mismo Bolero. Y si ponemos atención, hay un segundo en la suya, donde rinde homenaje al belga – así como en el look de una de las bailarinas recordamos a nuestro Jorge Donn en la película de Claude Lelouch de principios de los 80.
Nada queda librado al azar en la colaboración de coreógrafa y vestuarista. Todo el trabajado amalgama la femineidad de las bailarinas contemporáneas con los movimientos masculinos del malambo y las sinuosidades arrabaleras. Aquí los roles tradicionales de género se rompen sólo una vez.
Destaque para los bailarines cuyas expresiones neutrales se mantienen durante toda la destreza que requiere transitar fluidamente entre estos tres lenguajes.
Hay herencia en este programa. Si hoy, coreógrafas cómo Josefina Gosrostiza crea para la compañía dirigida por Andrea Chinetti y Diego Poblete una obra que es pura fusión, es porque hace dos décadas Ana María Stekelman creó obras como Bolero.
Si los bailarines actuales pueden viajar comodísimamente entre las técnicas clásica y contemporánea, el flamenco, el swing, el lindy hop swinguero, el jazz, el samba brasileño, el rock and roll, el voguing, el disco y mucho más – sin pestañear – es porque hubo figuras que sembraron la semilla de la fusión en estos ámbitos oficiales, décadas atrás.
Fervor se estrenó en el 2020, se hicieron dos funciones, y por la cuarentena por pandemia de COVID, quedo congelada. Vuelve ahora a la programación del Ballet en este espacio que parece pensado para la obra, por la proximidad con el público y todo lo que eso posibilita para el desarrollo de la propuesta. Y es que Fervor, provoca.
Provoca moverse junto a los bailarines. Provoca porque los interpretes se acercan y dialogan con el público como si se estuvieran (y algunos lo hacen) “pavoneándose” en la noche de un club queer de los tardíos 80s. Como la misma Gorostiza dice: “es una manada”. Y cómo en toda manada, caminan juntos pero cada cual tiene un rol, cada cual tiene un lugar de acuerdo a su habilidad y a sus atributos. Los momentos coreográficos grupales son de una potencia contagiosa. En los solos cada persona exuda su personalidad en un torbellino kinésico y expresivo. Otra vez el elenco se destaca por la limpieza y diversidad técnica. La inteligencia de Gorostiza en utilizar los recursos de cada intérprete y darles preponderancia remite a algo ancestral. Donde las danzas grupales tienen movimientos al unísono en líneas o círculos abiertos y de a uno o dos, los integrantes de la tribu van saliendo a hacer gala de sus habilidades y a jugar con su gente.
Eventualmente se forman pequeños grupos que se diferencian de otros por el tipo de movimiento y pertenencia. Esta dinámica también sobrevive en la ciudad, en las llamadas “danzas urbanas” históricamente desde los clubes del Harlem de principio del siglo XX. Luego en las fiestas disco de los años ’70 y después en las intervenciones de los club kids y muchos ámbitos del under. Josefina le da diez vueltas de tuerca a esa dinámica tribal y diseña una danza grupal llena de individualidades.
La presencia de un DJ en vivo transporta inevitablemente la energía al cielo y remonta a la movida de la danza social. El vestuario blanco negro amarillo rojo naranja, confunde por su simplicidad, pero también es una declaración: es lo que se llamaba unisex y ahora es para todes. Al igual que los movimientos, los gestos y provocaciones los temas de géneros no están predeterminados.
Este programa del Ballet, combina calidad e historia. Nos invita a reflexionar sobre los caminos de la danza en nuestra ciudad; en cómo la danza va cambiando; en cómo la danza es vista hoy y hace 20 años; en cómo los bailarines cambian, su técnica, su estética; en cómo los espacios para la danza se amplían; en cómo inevitablemente las danzas sociales (vals, minué, malambo, tango, rock and roll o break dance) terminan influenciando la danza académica. Una tercera y última vez, para quien quiera afinar el ojo: las dos obras tienen algo en común muy interesante: ¡atentos a los finales!
BOLERO
Coreografía y dirección: Ana María Stekelman
Música original: Maurice Ravel
Revisión coreográfica: Nora Robles y Pedro Calveyra
Reposición coreográfica: Elizabeth Rodríguez y Melisa Buchelli
Diseño de vestuario: Renata Schussheim
Diseño de iluminación: Alberto Lemme
FERVOR. Hacer de la danza un acto de ardor
Coreografía y dirección: Josefina Gorostiza
Diseño de música original y diseño sonoro en escena: Kchi Homeless (Facundo Montoya)
Reposición coreográfica: Elizabeth Rodríguez y Melisa Buchelli
Diseño de iluminación: Claudio Del Bianco
Los integrantes del Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín son: Constanza Agüero, Brenda Arana, Lucía Bargados, Carolina Capriati, Flavia Dilorenzo, Fiorella Federico, Paula Ferraris, Daniela López, Silvina Pérez, Eliana Picallo, Andrea Pollini, Eva Prediger, Lara Rodríguez, Ivana Santaella, Manuela Suárez Poch, Antonella Zanutto, Adriel Ballatore, Darío Calabi, Juan Camargo, Matías Coria, Matías De Cruz, Francisco De Assis, Lautaro Dolz, Rodrigo Etelechea, Darcio Gonçales, Alejo Herrera, Jonás Grassi, David Millán, Andrés Ortiz, Boris Pereyra, Emiliano Pi Álvarez, Rubén Rodríguez y Damián Saban.
Las asistentes coreográficas son Elizabeth Rodríguez y Melisa Buchelli.
Dirección de Andrea Chinetti y Diego Poblete.
Las funciones se realizarán los jueves, viernes y sábados a las 18 hs, durante el mes de agosto. A partir de septiembre las funciones se realizarán los viernes, sábados y domingos a las 18 hs, con entrada libre. Última función domingo 18 de septiembre