Lago y Disney. Celebrar 40 años de democracia y reflexionar acerca del mal. Esa es la impronta que quiso aportarle a la temporada 2023 del Teatro Colón su director general y artístico, Jorge Telerman.
La programación del máximo templo lírico de los argentinos arranco este mes, pero fuera de su casa, en el predio de exhibiciones conocido como La Rural en el barrio de Palermo de la ciudad de Buenos Aires.
La programación se inició con Resurrección, una creación de Romeo Castellucci sobre la Sinfonía N°2 de Gustav Mahler, que fue estrenada en 2022 en el Festival de Aix en Provence, Francia. Esta externalización es una apuesta a conquistar otros espacios con excelencia cultural. Resurrección se presenta al público como el homenaje del Colón en el aniversario de la recuperación de la democracia luego de siete años de dictadura cívico-militar.
El eje vertebrador es una reflexión ética sobre el autoritarismo y lo que es capaz de hacer la humanidad sin rumbo civilizatorio. Por eso, las autoridades han programado obras que tratan, abierta o sutilmente, los dilemas morales que plantea el autoritarismo.
En ese sentido el Lago de Los Cisnes con el que se abre la temporada de ballet en abril propone asomarse a la dualidad claridad/oscuridad, bien/mal, en la figura Odette/Odile.
La versión que subirá a escena del 11 al 23 con una coreografía del director del Ballet Estable, Mario Gallizzi. Será ocasión de volver a encontrarnos con Marianela Núñez, la argentina que es primera figura del Royal Ballet de Londres, en el rol de Odette/Odile. Su partenaire será el multipremiado Kimin Kim del Teatro Mariinsky (ex Kirov) de San Petersburgo.
“La versión de Mario Galizzi, elaborada a partir del ballet de 1895 de Marius Petipa y Lev Ivanov con música de Piotr Ilich Tchaikovsky, concentra los cuatro actos del original en dos partes divididas por un único intervalo, una síntesis que persigue evitar la dispersión del hilo narrativo y conducir la acción sin dilaciones hacia los momentos de mayor tensión dramática” señalan desde el Teatro Colón.
En torno al recurso a la cultura para animar debates profundamente humanos, los programadores incluyeron obras de Kurt Weill y Bertold Brecht (dos grandes anti-fascistas), el oratorio La Humanidad y Lucifer, de Scarlatti, y la ópera Fausto, de Charles Gounod (escenas de ballet y un poderoso coro) emblema universal de los pactos con el Malo.
El programa de ballet del Colón se completa con Caravaggio, Suite en Blanc/Windgames, La Fierecilla Domada y cierra con La Bayadera.
Caravaggio (de 2008), del coreógrafo italiano Mauro Bigonzetti y el músico Bruno Moretti es un ballet contemporáneo basado en una selección de piezas del compositor Claudio Monteverdi. La fuente de inspiración es efectivamente el pintor Michelangelo Merisi da Caravaggio (1571-1610), en cómo el mundo interior evoluciona artísticamente en un estilo pictórico. Subirá a escena entre el 28 de mayo y el 6 de junio y contará con la presencia del primer bailarín invitado Roberto Bolle.
En agosto habrá un programa doble: Suite en Blanc (1943), de Serge Lifar con música de Édouard Lalo, se verá junto a Windgames, de Patrick de Bana (ex bailarín principal en el Béjart Ballet Lausanne y la Compañía Nacional de Danza de España dirigida por Nacho Duato) y el primer bailarín invitado de la Opera de Viena, Davide Dato, con música de Piotr I. Tchaikovsky.
Octubre es el mes de La Fierecilla Domada en versión de John Cranko y música de Domenico Scarlatti. Este ballet-comedia inspirado en la obra homónima de William Shakespeare fue estrenado en 1969 por el Stuttgart Ballet, cuando Cranko era su director.
El programa de ballet del Colón cerrará en diciembre con La Bayadera en versión de Rudolf Nureyev con música de Ludwig Minkus y los bailarines invitados para la ocasión serán Natalia Osipova (Royal Ballet de Londres) y Daniel Camargo (American Ballet Theatre).
La programación completa aquí: https://teatrocolon.org.ar/es/temporada