La reciente concesión del Premio Nacional de Danza de España a Joaquín de Luz (New York City Ballet) y a la coreógrafa Sol Picó, en las modalidades de interpretación y creación coreográfica respectivamente, evidencia la abismal distancia entre la danza en territorio nacional y la desarrollada por los españoles en el extranjero

 

A nivel internacional, se calculan varios centenares de bailarines y coreógrafos triunfando en los escenarios de medio mundo. Este 2016 subraya el éxito de la diáspora de intérpretes españoles a través del reconocimiento que confieren los premios recibidos. En enero, Laura Morera (Royal Ballet) obtuvo el National Dance Award, otorgado por el Círculo de Críticos británicos y el año se cierra de manera alentadora para la marca España con la nominación de tres compatriotas -Tamara Rojo, Laura Morera y Zenaida Yanowsky- a estas mismas distinciones, cuyo fallo se prevé para el 6 de febrero de 2017. Mientras tanto, Alicia Amatriain (Stuttgart Ballet) se alzó con el Premio Benois de la Danse, en el majestuoso Teatro Bolshoi de Moscú a mediados de mayo.

Las buenas noticias del éxodo de artistas españoles de la danza contrastan con la situación del arte de Terpsícore en territorio nacional. Los datos que arroja el último anuario de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) resultan de lo más desalentador. Desde 2007, la oferta de espectáculos de danza ha caído un 57%, es decir, 2744 funciones menos en la actualidad que hace una década. Esto se traduce en un descenso del 5,17% en el número de espectadores de 2014 a 2015. A nivel de recaudación, si en 2006 las representaciones de danza suponían 19,94 millones de euros, en la actualidad, la cuantía se cifra en 8,37 millones de euros.

 

Cal y arena

España cuenta con dos compañías oficiales: el Ballet Nacional de España (BNE), dirigido por Antonio Najarro, y la Compañía Nacional de Danza (CND), liderada por la ex estrella de la Ópera de París José Carlos Martínez. “Lo más importante de esta temporada ha sido continuar con la gira de Don Quijote. Fue un punto de inflexión llegar a un ballet clásico de tres actos y ha terminado de dar identidad a la CND tras cinco años de trabajo. El espectáculo Home fue seguir explorando el universo contemporáneo de los bailarines. Y el reconocimiento internacional de nuestra Carmen de Johan Inger con el Premio Benois de la Danse”, destacó Martínez, en declaraciones exclusivas para Balletin Dance.

Ballet Nacional de España, “…ver de dónde venimos y saber hacia dónde vamos”. Foto: María Alperi

“El hito más importante del BNE ha sido hacer el primer gran homenaje a la figura de un grande de la danza española de todos los tiempos: Antonio Ruiz Soler, en el 20º aniversario de su fallecimiento. Ha sido un proceso muy enriquecedor que nos da un empujón para ver de dónde venimos y saber hacia dónde vamos”, expuso Najarro, en conversación exclusiva con esta revista. El borrón en la temporada del BNE vino con una huelga de los bailarines que se tradujo en la suspensión de espectáculos y de giras internacionales. “El tema de las huelgas ha sido lo que más me ha podido entristecer, porque principalmente ha servido para poco, en un momento en el que España estaba sin gobierno y no había dónde elevar la protesta”, se lamentó. Con su contrato renovado por tres años más, saca pecho para hablar del éxito de las actividades solidarias del BNE con Down España o de la edición del libro para el público infantil Bailando un Tesoro.

Encantado con su continuidad, Martínez explicó que “el hecho de construir un proyecto poco a poco, permitió que trabajáramos como si fuéramos una compañía de formato más pequeño (siendo de 50 bailarines), lo que ha creado un clima de confianza. El bailarín que baila, es un bailarín feliz y el director que ve a sus bailarines bailando cada vez mejor, también es un director feliz”, confesó entre risas. En la nueva temporada, la CND prevé una gira internacional con Don Quijote y Carmen, un nuevo programa de William Forsythe y, sobre todo, el trabajo para la reposición de piezas en lo que será el ansiado retorno de Nacho Duato a su otrora compañía previsto para 2018. Por su parte, el BNE va a realizar algo insólito: tres temporadas en tres escenarios madrileños: el homenaje a Antonio en los Teatros del Canal (julio), Sorolla en el Teatro Real (septiembre) y una nueva creación en el Teatro de la Zarzuela (diciembre).

Por último, en 2016 España ha dicho adiós a grandes maestros de la danza como Aurora Pons, Eloy Pericet, Goyo Montero, Ion Beitia y Juan Carlos Santamaría (Premio Nacional de Danza 2008).

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Iratxe de Arantzibia
Licenciada en Derecho y en Periodismo por la Universidad del País Vasco (UPV-EHU) y Posgrado en Periodismo Digital por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Desde su infancia se interesó por el mundo de la danza, recibiendo clases de clásico, contemporáneo y jazz. Inició su trayectoria profesional en el periodismo en 1992. Ha colaborado en diversas webs y publicaciones especializadas nacionales e internacionales, y ha sido conferenciante y jurado de instituciones públicas y concursos de danza. También trabajó como responsable de comunicación en asociaciones de danza, ha coordinado y gestionado las candidaturas al Premio Nacional de Danza de Lucía Lacarra o Alicia Amatriain, y al Premio Príncipe de Asturias de las Artes de la candidatura conjunta formada por Ángel Corella, Lucía Lacarra, José Carlos Martínez y Tamara Rojo.