Visita al Tanzarchiv de Colonia: una de las colecciones de danza más importantes, que forma parte de la Asociación de los Archivos de Danza de Alemania (VDT: Verbund Deutscher Tanzarchive) junto a los de Berlín, Leipzig y Bremen
Thomas Thorausch, vicedirector del Archivo de Danza de Colonia, no tiene dudas sobre la importancia de la institucionalización “para acrecentar el valor de la danza a la par de las otras formas de arte”. Un arte tan efímero como este, confía demasiado en la memoria del bailarín, como auténtico legado en movimiento, que termina siendo una fuente muy subjetiva para poder asegurar la fiel inmortalidad de un trabajo coreográfico. Por eso, los museos de danza contribuyen a la tarea de “objetivar” o, mejor dicho, de recoger las varias subjetividades a fin de reconstruir, preservar y guardar, con la confianza de que cualquiera y en cualquier tiempo, pueda reencontrar lo que se ha intentado olvidar.
Fundado por Kurt Peters en Hamburgo, en 1948, el Archivo se trasladó a Colonia en 1965 para obtener mayor sustento económico: sus patrocinadores continúan siendo la Caja de Ahorros y el Municipio de la ciudad. Un apoyo financiero que pareciera no ser suficiente, a pesar de tratarse de un país que invierte en la cultura. Thorausch sabe a ciencia cierta, de qué manera podría aprovechar nuevos recursos: “ampliar las salas de estudios, los lugares destinados a biblioteca o a la exposición”.
“El Archivo no puede quedarse en su forma originaria, sino que debe cambiar, abriéndose a colaboraciones actuales del campo científico y artístico”. Así fue la fundamental ayuda dada por la institución junto al ZKM Centro de Arte y Medios de Karlsruhe, para la producción de un video sobre las teorías de William Forsythe, o las exposiciones siempre bien tratadas en la propia sala de exposiciones: “consideramos nuestro museo como un escenario: cada pared, cada luz, es móvil, para permitirnos expresar más eficazmente la idea que conlleva cada exhibición”.
Flexibilidad, es una de las palabras clave para el equipo, que organiza conferencias, presentaciones de libros y películas o programas infantiles, para jóvenes y estudiantes. Sus lazos más estrechos son fundamentalmente con la Hochschule für Musik und Tanz de Colonia y con la célebre universidad Volkwang de Essen. “Ocurre alguna vez, que los estudiantes, al ver una obra, tienen inspiraciones definitivamente diferentes: hay quienes reconocen la historia, pero también, quienes observando unas máscaras de escenario de Mary Wigman de nuestra colección, consiguen una idea para el desarrollo de una coreografía”.
Además de los objetos de escena de la Wigman, el Archivo, aunque se concentre en la danza alemana y en particular en la Danza Expresionista y la Danza Teatro, posee objetos remanentes del año 200 a.C. hasta nuestros días. Entre sus destacados se cuentan las máscaras originales y toda la documentación relativa a La Mesa Verde de Kurt Jooss, como vestuarios y cantidad de partituras coreográficas suyas. Hasta el día de hoy el Archivo ayuda y documenta todas las reposiciones para garantizar el respeto a la creación original.
El establecimiento dirigido por Frank-Manuel Peter, se ocupa también de los coreógrafos vivos y activos, como el argentino Daniel Goldín, quien siendo director de la compañía de danza de Münster, decidió archivar su trabajo. “En ese caso hemos creado un sistema de clasificación, de manera de facilitar el trabajo del creador en caso de futuras reposiciones. Para este fin nos hemos adaptado a sus exigencias. Necesitamos abrirnos al visitante y a sus necesidades sin imponer un método en particular”.
Quizás aún no se ha logrado una flexibilidad total y es en ese rumbo en el que se trabajará prontamente: “un lugar donde las nuevas ideas sobre la danza, cuerpo, espacio y tiempo se fundan superponiéndose y confrontando las ideas históricas, las ideologías y los ideales”.