In Memoriam: Miguel Ángel Tapia

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Miguel Angel Tapia y Carmen Estellez, al finalizar una Zamba

Córdoba capital, 26 de abril de 1941-Villa Carlos Paz, Córdoba, 19 de noviembre de 2021

Ayer partió Miguel Ángel Tapia, el primer Campeón Nacional de Malambo en 1966. Bailarín, maestro, coreógrafo y director reconocido en todo el país, por su cultura, sus conocimientos, su respeto, y su trabajo en las danzas folklóricas. Fue director del Ballet Oficial del Festival Nacional de Folklore de Cosquín (1973 a 1980) y recibió el Diploma de Honor otorgado por el Consejo Argentino de la Danza (CAD-UNESCO) en 2002.

En 1963 fundó el Gran Ballet Argentino en su provincia, con el que realizó 20 giras internacionales. El elenco que continúa trabajando como desde el primer día, quedará bajo la conducción de su hijo Alejandro.

Además de sus logros profesionales, ha sido respetado y querido por todas las generaciones de bailarines que integraron el elenco, y de sus colegas. Fue un hombre implicado con su patria, con la danza, con el compromiso social de su quehacer. Así se vivió en las redes sociales, donde los mensajes de cariño, admiración y agradecimiento no dejan de publicarse.

Varios organismos públicos, entidades privadas y artistas han emitido desde ayer comunicados públicos. Es que fue un referente de la danza en Córdoba, que llevó su tradición a Europa, Asia y América.

En 1992, el Festival Nacional de Folklore de Cosquín (el más importante de la Argentina en materia de folklore), le otorgó el premio Consagración. Ellos anunciaron ayer: “desde la Comisión Municipal de Folklore enviamos un afectuoso saludo a sus familiares y amigos en este momento tan difícil”. El Ballet Folklórico Nacional comunicó su deceso, elevando una plegaria para él, “como así también un profundo abrazo a su esposa Carmen, su hijo Alejandro y a cada persona que transitó su Compañía. Maestro Miguel Ángel, siga volando alto!”

A comienzos de este año, Sonia Campos compartía este homenaje en video, con el testimonio de gran cantidad de Campeones Nacionales, y agradecía especialmente a Fredy Vaca por su realización:

Dice Silvia Zerbini (exdirectora del BFN):

“Cordobés, no sólo por su origen sino cordobés en todo el sentido del término. Dueño de un humor único, sagaz, inteligente, y del sello que identifica a quienes han transitado todo el territorio de esa mediterránea provincia, aprendiendo…

“El gran maestro que nunca ostentó ese título, el cual sólo se lo diéramos quienes tuvimos la tremenda experiencia de pasar por su prestigioso elenco, se ha ido a bailar para otros paisajes…

“Hablar de Don Miguel Ángel, es hablar de vocación. No cualquiera expone sus bienes materiales por sostener un ideal y lo sostiene haciendo de ese sueño la mayor fortuna.

“Años luchando por hacer que todas las personas de cada rincón tuvieran la oportunidad de participar en sus famosos cuadros coreográficos, haciendo respetar a la danza como una manifestación seria y valorable en los espacios populares. En festivales de la talla de Cosquín y Jesús María, sus actuaciones despertaron la tremenda admiración que todos y todas le tenemos y hoy hace que mucha lágrima riegue la memoria de un grande.

“Junto a su inseparable compañera, Carmen Estellez, y a su hijo Alejandro, que ha tomado la posta de la dirección del Gran Ballet Argentino, llevaron por el mundo nuestras costumbres hechas danza.

“El cuadro Coya, el cuadro Amarillo, la Retreta del Desierto, Las Playas del 900, el Circo Criollo, entre tantos otros fueron mostrando costumbres, clases sociales y tradiciones de nuestro territorio por el mundo. Y siempre sumando, siempre desde lo colectivo, siempre insistiendo que leamos a nuestros poetas, que escuchemos a los mayores. Tal vez esta característica hizo que en tantísimas ocasiones el gran maestro bailarín ‘El Chúcaro’ y Norma Viola, lo sumaran a sus propuestas y así muchos tuvimos la oportunidad de acceder a esos maravillosos artistas de la danza argentina.

“Si recuerdo algo en particular de él, es su inmensa humildad. Él vendía libros, por todo el país, y le gustaba ir a comer a la casa de la gente, ir a las fiestas, hasta la más sencilla de la última escuelita de los perdidos pueblos de nuestra geografía. Allí descubría talentos, y los valoraba… y los hacía respetar.

“No sólo nos enseñó formas, nos inculcó cómo actuar en comunidad, cómo ganarse un lugar dentro de ella. Enseñó respeto, respetando.

“Un hasta siempre para este gran hombre de tremendos conocimientos, que supo convertirlos en sabiduría”.

Homenaje de “Pasión por el Malambo” a los campeones nacionales de Malambo de Laborde desde aquel 1966:

Agradecemos a Juan Cruz Guillén “Fierro” y a Imanol Muñoz, por su colaboración, para la realización de esta nota.