In memoriam: Susana Ibañez

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Susana Ibañez y Freddy Romero, en 'Romeo y Julieta' de Oscar Araiz

El 7 de enero murió en Buenos Aires, Susana Ibañez, referente de la danza contemporánea en Argentina.

Fue la maestra y coreógrafa Silvia Kaelher quien lo informó a Balletin Dance para compartirlo con toda la comunidad de la danza.

Susana Ibáñez fue una de las bailarinas del grupo que Dore Hoyer creó en nuestro país en la década del ‘60, luego integró la primera compañía de Oscar Araiz en el Teatro San Martín, trabajó en Alemania y regresó a la Argentina para desempeñarse como docente.

Tomó sus primeras clases de danza recién a los 21 años en Buenos Aires. Luego de alguna experiencia individual se formó con Estela Maris en el Estudio de Ana Itelman y rápidamente amplió sus clases con técnica clásica e incluso con la propia Itelman.

Pronto debutó escénicamente, en el ciclo de Jóvenes Valores, con coreografías de Delfy Kaplan, Sara Pardo y Noemí Fredes (que luego se llamó Septeto de Danza) e incursionó en la docencia, impartiendo clases a principiantes.

En 1963 participó en la experiencia Amigos de la Danza, entre 1968 y 1971 integró la primera compañía dirigida por Oscar Araiz en el San Martín, en 1971 el Ballet del Teatro Nacional Cervantes y siempre bajo las órdenes de Araiz de 1973 y 74 integró Troupe que debutó en el Teatro Odeón de Buenos Aires.

Continuó sus clases con Fedora Aberastury y disueltos los grupos de Araiz continuó perfeccionándose con Itelman y Renate Schottelius, a lo que sumó el trabajo musical con Guillermo Mazutti y vocal con Raquel Sonne.

En 1987, cuando tenía 53 años y se desempeñaba como asistente de dirección del Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín (entonces dirigido por Mauricio Wainrot), Johann Hans Kresnik la invitó a unirse a su troupe en Heidelberg, Alemania, en calidad de maestra, asistente y… bailarina (invitación que llegó a través de su amigo Roberto Giovanetti).

Al poco tiempo la compañía se trasladó a Berlín, donde Susana Ibañez continuó como bailarina, “es difícil ser a la vez maestra y compañera”, afirmaba hace una década en una entrevista. Allí permaneció hasta 2001 cuando resolvió renunciar a la compañía. Incursionó en el mundo del doblaje en películas de cine y en radio, actuó en una película y luego de varios viajes a Buenos Aires, regresó a su país natal.

Fiel seguidora de la técnica del trabajo energético de Fedora Aberastury (sistema consciente para la técnica del movimiento), dictó clases a bailarines, actores y músicos.

En Alemania, estrenó junto a Rubén Szuchmacher un homenaje a Ana Itelman. Él había publicado en 2004 el libro “Archivo Itelman” que preparó desde 1992 (tres años después de la muerte de la coreógrafa).