Giselle, el clásico romántico de todos los tiempos
El Ballet Estable del Teatro Colón abrió la temporada 2022 en abril con el ballet ‘Giselle’, con la genial coreografía del argentino Gustavo Mollajoli (1935-2019). Con la flamante nueva dirección de Mario Galizzi, quien ya había ejercido ese cargo en dos oportunidades anteriormente.
Fueron diez funciones para cuatro Giselle: Macarena Giménez, Nadia Muzyca, Camila Bocca y Natalia Osipova (Royal Ballet de Londres) y cinco Albretch: Juan Pablo Ledo, Federico Fernández, Gerardo Wyss, Nahuel Prozzi y Daniel Camargo (Ballet Nacional Holandés).
Llegaron nuevos buenos aires a la compañía, de la mano de Giselle y Galizzi, que se reflejaron en cada una de las funciones a las que asistió quien escribe (5, 12, 17 y 19 de abril). Un ballet completo, junto a la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires bajo la batuta del andaluz Manuel Coves y la sala colmada de un público entusiasta, que dieron un marco perfecto para este clásico del ballet.
Néstor Asaff y Martín Miranda oficiaron de coreógrafos repositores, fueron los responsables del trabajo diario con la compañía. Mientras que las bailarinas principales prepararon sus roles con la prestigiosa maestra argentina Didi Carli, invitada especialmente por Galizzi para esta ocasión. Y esa experiencia fue reconocidamente fructífera para la performance del elenco local.
La noche del estreno, los roles protagónicos estuvieron a cargo de Macarena Giménez debutante en este rol y Juan Pablo Ledo un histórico de la casa. Giménez transitó los dos actos con solvencia técnica y conmovedora interpretación, demostrando una vez más y en cada personaje que le toca interpretar, que su arte no tiene techo.
Camila Bocca estuvo acompañada por Nahuel Prozzi como el Duque Albrecht. Desde sus inicios en la compañía, Bocca se ha caracterizado porque su técnica no falla, pero esta vez también pudo mostrar un rico abanico de matices interpretativos en su Giselle, que dan cuenta de que ese es el camino acertado.
Natalia Osipova merece un capítulo aparte. Su Giselle fue tan terrenal y humana como nunca se vio anteriormente en las versiones clásicas puras. Su interpretación en el acto blanco fue sublime. Conmovió, desafió a Myrtha y protegió a su amado del poder de las Willis.
Daniel Camargo, de refinadas líneas estuvo a la altura de las circunstancias. Es un bailarín de grandes calidades y cualidades artísticas. La ejecución y la altura en los entrechat six dejó sin aliento a los espectadores de la sala que lo premiaron con una ovación.
La noche del 19 de abril fue muy especial para Nadia Muzyca: se despedía del escenario del Teatro Colón y lo hizo junto a su compañero de ruta Federico Fernández.
Muzyca y Fernández disfrutaron cada paso, cada gesto, cada variación, cada mirada, cada nota musical. La complicidad de saber que esa era la última función, que esa noche era el final y también el principio de muchas otras cosas buenas que seguramente llegarán en la vida de Muzyca.
Los tres Albretch locales fueron sólidos partenaires, seguros y atentos con sus parejas, pero también muy diferentes entre sí.
Fue una grata sorpresa volver a ver a Dalmiro Astesiano en un papel protagónico como el de Hilarion: fue interpretativamente convincente de principio a fin. Edgardo Trabalón también salió airoso de un rol que conoce muy bien.
El Pas de paysan, en la versión de Mollajoli tiene un gran protagonismo. Camila Bocca y Maximiliano Iglesias lucieron una técnica pulida y precisa, hubo complicidad, frescura y armonía entre los dos en todo el pas de deux.
Otros elencos en este dúo fueron: Ayelén Sánchez junto a Alejo Cano Maldonado y Rocío Agüero con Maximiliano Iglesias.
Myrtha, la Reina de las Willis fue interpretado por Ayelén Sánchez y Paula Cassano. Ambas bailarinas cuentan con el temperamento y poderío que este rol requiere, lograron transmitir respeto en cada gesto, fueron sobrias y exactas musicalmente, en ambas, sus grandes saltos no dejan de sorprender a la audiencia.
El cuerpo de baile realizó un buen trabajo en todas sus presentaciones. En el comprometido segundo acto, las Willis se movieron en masa con coordinación y exactitud en los dibujos coreográficos trazados en el escenario. Quizás y aunque en algunos escenarios mundiales se haya dejado de usar, un poco de talco blanco en los cuerpos de las bailarinas hubiera aportado un toque más al clima fantasmal.
La compañía tuvo un muy buen comienzo de temporada con un título completo y complejo, después de estos dos años de pandemia y de trabajo limitado. Todo promete que sus próximas funciones a finales de junio serán para no perdérselas. Ofrecerán un programa mixto integrado por ‘Sinfonieta’ (Jirí Kylián-Leos Janácek) y ‘Carmen’ (estreno mundial de Alejandro Cervera con música de George Bizet, junto a la Orquesta Estable del Teatro Colón dirigida por Javier Logioia Orbe).