Existen personas que causan admiración, por su forma de ser, por las cosas que consiguieron, por su nivel de empatía, por su generosidad, y también por los años vividos con plena actividad.
Carlos Manso es uno de mis principales referentes en ese sentido y cumple años en mi mismo mes. Ha tenido varias vidas en la misma vida, cada una de ellas exitosa en sí misma, con el sentido de éxito que entendemos quienes realizamos acciones que exceden nuestra propia necesidad de existencia individual.
Podríamos decir (que él mismo me corrija cuando lea este escrito), que fue un joven pianista apasionado y corajudo. Prefiere más hablar de sus investigaciones que de sus propias memorias. Becado en Brasil en épocas de suprema juventud, vivió experiencias profundas, conoció gente fuera de la media normal. Viajó a España (pienso que ya estaría enamorado de sus artistas mucho antes de nacer), acompañó a músicos cantantes y bailarines a través de su piano. Poco a poco, se iba transformando en el inquieto investigador, que como un Sherlock Holmes, logra desentrañar hasta el más mínimo detalle de sus admirados y geniales artistas.
También fue pintor, de cuadros, sobre todo se destacó en obras de estilo naif. Que se encuentran en colecciones particulares, museos y en muchísimos libros de arte. Su casa está llena de ellos abarrotando las paredes junto a otras interesantísimas muestras que conllevan relatos históricos, que me ha encantado conocer.
En su otra vida, ha escrito las biografías de varios genios. Tiene, además, una memoria increíble y ha presenciado el estreno de varias obras que nosotros conocimos por los libros de historia. Hasta él mismo se ríe cuando hablamos de la biografía de María Ruanova: cientos de páginas para retratarla lo más precisamente posible, con datos e información que logró recolectar por todos lados, documentos, testimonios, programas de mano y algún que otro libro, claro está.
También su casa está atiborrada de libros. No solamente están donde habitualmente reposan en las casas, en las estanterías. Están por todos lados!!!
Y tal vez lo que más me ha llamado la atención, porque soy bicho de archivo, ha sido su colección increíblemente inmensa de programas de mano de todos los espectáculos que ha visto en su vida. ¿Se imaginan ustedes el lugar que ocupan?
Y, también lo cuente o no, en cada una de estas vidas ha recibido reconocimientos y distinciones. Tantas que no puedo enumerarlas.
En la foto de Alicia Sanguinetti, que acompaña este escrito, se lo ve recibiendo el Premio María Ruanova 2022, junto a Beatriz Durante.
Comunicación
Desde que vine a vivir a España, con Carlos me mantengo en comunicación frecuente, porque maneja súper bien la computadora, lo aprendió hace años por su vocación de historiador o de investigador. Además de escribir y escanear, nos mandamos mails, siempre cariñosos. Es un hombre culto y asertivo, y además de cultivar su mente, siempre que puede, va todos los días al gimnasio. En épocas de pandemia, les alquiló la bicicleta fija para no perder su entrenamiento, es que es cierto que los años no pasan solos y caminar cuesta cada día más. Es muy obediente con los consejos médicos, algo que se nota sin necesidad de que lo cuente.
Un día me confesó: “Yo, un viejo, busco la paz, basta de enfrentamientos. La Patria es una sola y a ella nos debemos”. Yo voy guardando los consejos de estos grandes amigos que la vida me regaló, seguramente sepa usarlos cuando llegue el momento oportuno.
Cumpleaños
Y así fue, que el año pasado, para celebrar su cumpleaños, resolvió viajar a España para festejarlo con su “segunda familia”. Hacía tres años que no realizaba tremendo cruce del Atlántico.
“La excusa fue estar en los 75 años de la fundación del Mayor ‘Ntra. Sra. de Guadalupe’ de Madrid, donde viví desde 1962 a 1967. Y fue un emotivo encuentro en un Congreso de ‘Guadalupanos’, donde por viejo fui nombrado Decano”, me cuenta Manso, en uno de sus últimos mensajes. Pero claro, que no se quedó quietecito ahí, “tuvimos 2 paseos de jornadas completas a Salamanca y a Aranjuez. Pude viajar con el brazo firme de un sobrino-nieto Ripa, del campo, de Gral. La Madrid”.
Estuve en Pamplona “para ver mi familia materna Ripa”; en Granada se reencontró con “viejos amigos del Archivo ‘Manuel de Falla’ y de la ‘Casa-Museo Federico García Lorca’ (donde tuve un agasajo), entidades a las que estoy ligado desde 1976 y 1993 respectivamente.
Ese viaje terminó en Barcelona. “Allí hospedados en casa de Mariona Agustí Badía de Bonet (97 años) hija de mi Maestra Conchita Badía (1897-1975) donde me celebraron, el 10 de septiembre, con hijos, nietos y bisnietos, mis 94 años”.
Claro que sí, su cumpleños fue “muy feliz” con su familia catalana, como le gusta decir. Ellos fueron exiliados en Buenos Aires “desde 1938 a 1946 en los años del Maestro Falla, Rafael Alberti, Paco Aguilar, Julián Bautista, Alejandro Casona, entre muchos más”.
“En Barcelona volví a comprobar el progreso de construcción del Templo Expiatorio ‘La Sagrada Familia’ (también al que estoy muy ligado) un Canto a Dios y a la Naturaleza, inspirada creación de Gaudí, que admiro desde 1962”.
Su actividad
Además de redactar artículos para destacadas revistas de historia, de música, teatro o danza, Carlos está siempre disponible para aportar sus conocimientos y su tiempo a instituciones que lo reclaman. Ahora mismo, “estoy escribiendo otro libro sobre bailarines para el Consejo Argentino de la Danza”.
También lo invitaron “a escribir para una colección de ‘Intelectuales españoles que vivieron en la Argentina’, que publicará la Editorial Luz Castillo en ‘arteXarte’. “Yo escribí sobre la trágica catalana Margarita Xirgu (1888-1969) a quien conocí, y sobre Manuel de Falla (1876-1946) de quien escuché sus conciertos por Radio El Mundo y los transmitidos desde el Teatro Colón, en 1939”.
Por otro lado, “estoy esperando las pruebas para corregir, de mi Epílogo, en una adaptación que el periodista-músico Pablo Gianera del diario ‘La Nación’ hizo de mi libro ‘Imperio Argentina’.
Como ves, siempre inquieto estoy”.
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Nota del 24/05/23: la Editorial Luz Castillo ya publicó Xirgu y de Falla.