El Buenos Aires Ballet (BAB) presentó un programa de ballet clásico, de método clásico y con intérpretes clásicas, entre las cuales, Maricel De Mitri, con su feliz regreso a la escena luego de su retiro del Teatro Colón.
Abrió el espectáculo la suite completa del tercer acto de La Bella Durmiente del Bosque. Una selección de bailarines del Colón y del Argentino de La Plata (Beatriz Boos, Milagros Niveyro, Romina Panelo, Romina García, Mora Capasso, David Gómez y Emanuel Gómez) realizó esta presentación deslumbrante, con técnica envolvente emociones desatadas.
Este concepto tomó protagonismo en la segunda mitad de la noche: The Return of Ulysses, una pieza creada por Christian Spuck para el Royal Ballet of Flanders, fue interpretada por Sofía Menteguiaga, quién fue primera figura de la compañía europea, y Jiva Velázquez, junto a la mezzosoprano, Alejandra Molino que deleitó al público con el aria When I am laid.
La adaptación de la escena es uno de esos momentos que no se borrarán de la retina fácilmente a los asistentes. Una performance hipnótica que paralizó la sala, y al concluir, el teatro estalló en ovación.
Romina Panelo y Emanuel Gómez llevaron adelante la variación neoclásica, Sonata del Rosario (Rosary Sonata) sobre música de Heinrich Von Biber. Los bailarines realizaron un diálogo de lenguaje no verbal. La conexión entre ambos desplegó calidez e intimidad en el ambiente. Julieta Zabalza y David Gómez dieron vida a Elegante Sport, una pieza que sedujo por su expresión corporal y la sutileza de la danza contemporánea. Seguido por Claroscuro que dió lugar nuevamente a Velázquez y Menteguiaga.
BAB es una compañía independiente desde hace una década. Uno de sus objetivos institucionales es que la danza pueda ser apreciada transversalmente por diversas clases sociales.
El cierre fue una de las joyas de la noche, Maricel De Mitri interpretó Tangos olvidados con coreografía de Carlos Trunsky. Nos encontramos con una emotiva metamorfosis que inició alegre con lenguaje arrabalero. Maricel comenzó la transición con un vestuario acorde: chaleco y pantalón negros, zapatos rojos y brillantes que roban miradas. Su partner, un baúl melancólico, le ofrece un tutú romántico, blanco y el cambio de imagen que la llevará hasta el final de la obra.
Desde un inicio se puede apreciar la calidad y tiempo de trabajo invertido. Tal como lo detalló Federico Fernández: “En principio pensamos detenidamente quiénes serán los bailarines, en base a eso se arman programas, propuestas y si hay coreógrafos nuevos se priorizan sus necesidades. La realización es siempre conjunta: si bien yo voy con la propuesta armada cuando lo ofrezco, estoy abierto a cada bailarín y coreógrafo para cambiar, modificar o sumar. Esa es sin dudas una virtud del BAB, estamos en constante movimiento y con todas las voces (danzas) incluidas”.
Además, Fernández se refirió a la importancia de mejorar las políticas laborales en el panorama de la danza: “Tener nuestro sindicato es fundamental y aún no se ve un horizonte claro en este tema. La decisión es política porque seguimos desamparados de derechos laborales, especialmente los del ámbito independiente y privado. Desde el sector oficial, provincias, nación y CABA hay algunas cosas que nos dan marco como trabajadores del estado. Los demás sectores están lejos de tener signada laboral en todo sentido.
Federico Fernández, su director, dijo en diálogo con Balletin Dance que “un contenido artístico más abarcativo: desde los grandes clásicos, obras neoclásicas y contemporáneas y otras tantas montadas especialmente para BAB. La diversidad de público está a su vez, en la diversidad de propuestas, además de entradas lo más económicas posibles. Creo que entender la danza como trabajo y parte identitaria es fundamental para construir políticas que preserven y desarrollen al sector”.
Menteguiaga expresó a su vez que el BAB “es un espacio que nos permite a todos los artistas (pertenezcamos a compañías oficiales, seamos freelance, que nos hemos retirado entre comillas), seguir expresando nuestro arte de alguna manera y mostrar lo que sabemos hacer. Es realmente hermoso contar con un lugar donde todos trabajamos desde el amor y el compromiso”.
El Buenos Aires Ballet (BAB) deslumbró al público con un programa que combinó ballet clásico y contemporáneo, con base técnica exquisitamente clásica. Con su compromiso de hacer que la danza sea accesible para todos, el BAB se posiciona como un espacio inclusivo donde los artistas pueden expresar su arte y compromiso. Este elenco continúa construyendo un horizonte artístico más amplio y brindando un lugar para que los bailarines sigan mostrando su talento y amor por la danza.
Próximas funciones:
OLAVARRIA
Teatro Municipal
Sábado 17 de junio 21hs
BAHIA BLANCA
Gran Teatro Plaza
Domingo 18 de junio 20hs
VIEDMA
Centro Cultural
19 de junio 21hs