Marina Otero, desnuda una historia de vida

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"Recordar para vivir" de Marina Otero. Ph: Ale Carmona.

Por Constanza Ortiz

“Fuck Me” se presentó como la tercera parte del proyecto “Recordar para vivir” de Marina Otero, una obra que busca construir una narrativa inacabable sobre su propia vida que realizará hasta el día de su muerte. El estreno tuvo lugar el martes 9 de enero en el Teatro Metropolitan de Buenos Aires y fue el puntapié de una gira que incluirá Lisboa (Portugal), París (Francia) y Bruselas (Bélgica).

La función comenzó de manera impactante, con un desfile de cuerpos desnudos que caminaban entre el público, acompañados por la voz del legendario Sandro entonando “Porque yo te amo”. Este preludio, con la intensidad de la canción y el escenario iluminado en rojo, creó un ambiente intrigante para lo que siguió. Es que “Fuck me” se ofrece como una narración rica en personalidad, explorando la vida de Marina Otero a través de deseos, fantasías, miedos y duelos, expresados a través de la danza, la actuación y el canto en vivo.

Las secuencias de movimientos de los intérpretes sobre el escenario revelaron diversidad individual en sus expresiones físicas y una gran dosis de valentía por parte de cada uno.

Fuck me” propone una experiencia teatral intensa y visceral. Ph: Diego Astarita.

Considerando que los intérpretes están desnudos, que no cuentan con ninguna protección para sus cuerpos, ciertos movimientos (como el salto con split hasta el piso en loop), requieren una combinación de destreza física, exhibición artística y cierta osadía. Esta elección agrega un elemento de riesgo a la performance, creando una experiencia visualmente impactante para el público.

En otro momento, cuando un intérprete mete su panza hasta que se deforma hacia adentro, revelando las costillas como si quisieran salirse de la piel, refleja la intensidad y dedicación de los artistas hacia sus personajes. Este tipo de performance, demanda un compromiso absoluto con la ejecución y la narrativa que se está presentando.

Marina Otero, directora y autora de la pieza llegó a escena con un marcado y lento paso a paso que evidenció la dificultad para trasladarse. A pesar de la notoria molestia en su caminar, Marina demostró un esfuerzo admirable por estar presente aquella noche y compartió con la audiencia detalles íntimos de su reciente cirugía por sus tres hernias de disco. A pesar del dolor físico que experimentaba, su discurso mantuvo una claridad y mensaje intactos.

El contraste entre la vulnerabilidad física y la fortaleza mental de Otero, sumado al contexto de su obra, probablemente generó una experiencia impactante para el público presente, desdibujando los límites entre la realidad y la ficción. La intimidad expuesta en la representación, donde la vida de la coreógrafa se convierte en una especie de improvisación coreografiada, agrega una capa de autenticidad y conexión emocional a la obra.

El hecho de que se continúe experimentando incluso después del estreno oficial (ajustando acciones, ritmos, luces y música), adquiere un significado especial al considerar que la temática de la obra es la propia vida de la autora. Un ensayo virtuoso en constante evolución, donde la investigación y la experimentación persisten incluso después de haber montado la producción.

“Siempre me imaginé ocupando el centro de la escena, como una heroína vengándose de todos y todo. Pero el cuerpo no me dio para tanta batalla. Hoy dejo mi lugar a los intérpretes. Voy a mirar como ellos prestan su cuerpo a mi causa narcisista”, dice Otero en el programa de mano. Una cruda honestidad y una reflexión sobre la naturaleza del arte y la representación.

Siempre me imaginé ocupando el centro de la escena. Ph: Maca Denoia.

Varias escenas son acompañadas por videos proyectados, para recorrer toda su vida conectando episodios de manera artística. Explicó que sus hernias fueron el resultado de una escena en la que golpeaba su cuerpo contra el suelo múltiples veces hasta quedarse “dura”, algo de superación y motivación, para dedicarse al arte a pesar de las adversidades.

La colaboración entre los cinco intérpretes, conocidos como “Pablos”, su capacidad para comprender y acompañar los requisitos de la directora, así como su disposición para abrir sus corazones en la meticulosa ejecución de las máximas de Marina, contribuyen a tejer una narrativa rica y compleja, que la audiencia puede entrelazar con sus propias vidas.

“Fuck me” propone una experiencia teatral intensa y visceral, que describe emociones universales, con elementos inesperados y emotivos que dan un cierre impactante a la experiencia teatral.