La edición 2017 de la Bienal de Danza de Venecia, fue el First Chapter bajo la dirección artística de la coreógrafa canadiense Marie Chouinard, con un programa cuatrienal enfocado en la danza contemporánea internacional que incluye diversos proyectos artísticos y también educativos
La Bienal de Danza de Venecia tuvo lugar del 23 de junio al 1º de julio y llevó la danza al aire libre, de día, para toda la población, con entrada gratuita, en los campos que son plazas arboladas y con antiguos muros. Durante la noche, en los espacios teatrales del Arsenale, donde antiguamente se creaban las naves que recorrían el mundo y desde hace ya un largo tiempo tiene lugar la Bienal de Arte, de Música, de Teatro, de Arquitectura y de Danza en distintos períodos. También hubo en la edición 2017, films de danza y encuentros, al final de cada espectáculo se ofreció un diálogo con un periodista y el público.
El primer evento de la Bienal fue la entrega del León de Oro a la trayectoria, a Lucinda Childs, la bailarina y coreógrafa norteamericana, de la que se mostró Katema en el Campo Sant’Agnese (de día, sin luces) y Dance II de 1979, revisitado en 2010, con música de Philip Glass. Estructurado enteramente en diagonales, con un esquema simple de caminatas, hacia adelante y hacia atrás, con giros en dedans y en dehors, acumulados con un lenguaje de movimientos, que podría encasillarse dentro de los nuevos “clásicos” de la historia de la danza contemporánea, en los tiempos de la Judson Dance Theatre. Sol Lewitt, desde diferentes ángulos, interviene con un film en blanco y negro, al mismo tiempo y sincronizado con la acción de los bailarines que están en escena en vivo.
De la inmensa programación ofrecida en el festival, sobresalió una artista única, intérprete magnífica, con una personalidad magnética y una fuerza interior extremadamente intensa. Se trata de Louise Lecavalier, bailarina y coreógrafa canadiense, que mostró en Venecia So Blue, un solo y duo autorreferencial junto al excelente bailarín Frédéric Tavernini.
Durante tantos años de presenciar espectáculos de danza en diversos países, con diferentes generaciones de artistas, no he visto un manejo de las dinámicas, de las variadas energías que pueden enriquecer el movimiento con tanta claridad, como ocurre con los grandes creadores, aquellos que han marcado un camino especial. Y Louise Lecavalier crea desde este pilar de la composición coreográfica que muchos han olvidado o han desconocido.
Otro destaque fue Mr. Gaga, ofrecido en la sección de Films 2017, que narra la vida y obra del extraordinario Ohad Naharin, uno de los coreógrafos israelíes más originales y creativos, con una gran inspiración poética y emocional, director artístico de la Batsheva Dance Company.