El Ballet del Sur de Bahía Blanca, dirigido por Ricardo Alfonso, presentó un programa especial, protagonizado por Ludmila Pagliero, del 27 al 29 de octubre, en el Teatro Municipal de la localidad bonaerense
Première Danseuse Étoile
Sin duda, los argentinos nos sentimos orgullosos de que nuestro suelo haya dado tantas figuras internacionales de la danza. Ludmila Pagliero, una de estas estrellas, hizo su paso fugaz por Bahía Blanca, invitada por el Ballet del Sur. Delgada, menuda y frágil, los franceses la han adoptado y el Ballet de la Opera de París la ha promovido en 2012 a Étoile.
Aires y Danzas Antiguas (Ricardo Alfonso – Ottorino Respighi)
Compositor y coreógrafo abordan desde la modernidad la música renacentista. Seres que se reúnen para danzar y expresar vivencias, mediante los lenguajes neoclásico y contemporáneo, alternativamente. Sólo algunas evoluciones y connotaciones como las mangas de las túnicas o reverencias cortesanas, evocan al Renacimiento. Hubo un buen nivel en el desempeño de todo el conjunto. Nombres para destacar: Gabriela Noia, Romina Barbieri, Sayoko Hirano y Cristian Velazco.
Enfoque peculiar de un talentoso
En Romeo y Julieta (Bernard Courtot de Boutellier – Piotr Ilich Tchaikovsky) el autor realiza en expresión neoclásica una pintura de sentimientos, plasmando los instantes de la muerte. Julieta despierta de su sueño inducido, descubre a Romeo que yace inerte a su lado y se dirige hacia su propia muerte. Impotencia, desesperación, dolor, ternura, pasión. Ludmila Pagliero encarnó una protagonista plena de fuerza dramática y ductilidad. Grégoire Lansier (Romeo) acompañó eficazmente el lucimiento de ambos. El final invita a meditar, y a vivir el drama en tanto que al goce estético de la síntesis poética: en penumbras, los amantes enlazados en un prolongado e inerte abrazo, envueltos por la bellísima partitura en su paso a la eternidad.
A todo brillo
Equilibrio, giros, salto, batería. El virtuosismo despierta siempre el entusiasmo del público. En Grand Pas Classique (Victor Gsovsky – Françoise Auber), creado en esa concepción que constituye una prueba de eficacia para primeros bailarines, Carolina Basualdo y Gorky Flores desplegaron destreza y señorío con amplitud.
Julieta y Nikiya
El rol dramático de Julieta contrastó con el lirismo, la pureza de línea y la mesura académica que requiere la Nikiya de Marius Petipa en La Bayadera (música de Ludwig Minkus), aquí mostrada en versión de Ricardo Alfonso con reposición de Bernard Courtot. Ludmila Pagliero sorteó con soltura las dificultades técnicas y expresó con delicadeza los sentimientos de su frustrado amor. La acompañó con acierto Manuel Martínez (Solor), con muy buen desempeño de las tres sombras: Romina Barbieri, Estefanía Segovia y Gabriela Noia. El cuerpo de baile, enmarcó con calidad y de manera impecable, a los protagonistas.
El vestuario fue apropiado en cada caso, con buena realización del cuerpo técnico correspondiente. Si bien la iluminación fue correcta hubieran dado más brillo a las evoluciones en el proscenio, un par de seguidores que se han echado de menos. La Orquesta Sinfónica Provincial al mando del maestro Federico Sardella, fue cálida e imprescindible.
Fin de temporada
El Ballet del Sur finalizará su temporada 2016, en diciembre con Carmina Burana. Una conjunción de los cuerpos estables provinciales radicados en Bahía Blanca: Ballet, Orquesta y Coro unidos en un espectáculo al aire libre, en el puerto de Ingeniero White.
Proyectos para 2017
Estrenos, programación y gira. Balletin Dance conversó con Ricardo Alfonso, director titular del Ballet del Sur, quien anticipó para el próximo año el estreno de La Sylphide (Bournonville) con la actuación de Ludmila Pagliero, y una gira a Chile. El resto de la temporada incluirá obras contemporáneas y neoclásicas, uno o dos títulos de repertorio clásico y se continuará con las funciones didácticas, vieja práctica de los cuerpos estables.