25 de noviembre de 1936, Washington, Estados Unidos – 18 de marzo de 2017, Texas, Estados Unidos
Trisha Brown fue una de las coreógrafas y bailarinas más aclamadas e influyentes de su tiempo, su obra innovadora cambió para siempre el paisaje de la danza. Comenzó los estudios de danza en su ciudad natal, y se graduó del Mills College (California) en 1958. Se trasladó a Nueva York en 1961, donde se inició en la improvisación coreográfica. En la gran manzana se formó con Merce Cunningham y descubrió los principios de John Cage, que adoptaría para su propia creación.
A lo largo de su carrera investigó sobre diferentes conceptos, que podrían encasillarse por etapas. Sus inicios coreográficos la alentaron a mostrar sus obras en espacios no convencionales (fuera de los teatros), sus esfuerzos por inventar un lenguaje de movimiento abstracto original (que fue uno de sus logros singulares) se vieron consolidados al utilizar su propio cuerpo, lenguaje e imágenes para provocar y catalizar las improvisaciones de sus bailarines (que ella estructuró como coreografías). Desarrolló la improvisación memorizada que le permitió seguir danzando durante el resto de su carrera. Luego llegaron sus colaboraciones con Robert Rauschenberg, la expansión del virtuosismo físico hasta llegar a los límites de lo posible, ahondar en las diferencias de género (su método de entrenamiento sigue utilizándose en varios centros de danza de la actualidad). Desandar aquello para volver a cero, centrarse en el silencio, llegar al movimiento del inconsciente, bailar de espaldas, volver al clásico, crear óperas (a partir de 1990) descubrir la tecnología y el mundo de los robots (con el que se retiró de los escenarios en 2008), en un camino de experimentación y reinvención constante.
Con su compañía (fundada en 1970, que continúa perpetuando el legado de su fundadora) actuó en cantidad de teatros en Europa y Estados Unidos y a partir de 1979 sus coreografías integran el repertorio del Ballet de la Ópera de París y del Ballet de Lyon, entre otros (etapa de proscenio). Se le han dedicado ediciones enteras de festivales de danza contemporánea en Francia (influenció a dos generaciones de la Nouvelle Danse) e Italia.
Además, Trisha Brown se destacó en el arte del dibujo. Sus obras fueron expuestas en museos y galerías de arte de Europa y Estados Unidos e integran el patrimonio de grandes museos (Reina Sofía de Madrid, de Arte Moderno de Nueva York, Centro de Arte Walker de Minneapolis, Centro Georges Pompidou de París, entre otros).
Por su destacada carrera ha recibido cantidad de galardones, de los que se transcriben unos pocos: fue la primera mujer en recibir el codiciado MacArthur Genius Grant (1991), cinco becas de la National Endowment for the Arts, dos becas John Simon Guggenheim, Chevalier dans l’Ordre des Arts et Lettres por el gobierno de Francia (1988, Officier en 2000 y elevada a Commandeur en 2004), Medalla Nacional de las Artes (2003) y ha recibido numerosos doctorados honorarios.