La eficiencia de una clase o ensayo va a estar determinada por una correcta planificaciĂłn, por la nutriciĂłn y la preparaciĂłn fĂsica que ha realizado el bailarĂn o estudiante, por la entrada en calor y por la comprensiĂłn plena de las actividades que deberá realizar
Todo comienza cuando nuestro sistema nervioso central envĂa una orden motora a los mĂşsculos. Esto inicia la contracciĂłn muscular y por consiguiente el movimiento. Habrá cambios sĂşbitos, como el aumento de la frecuencia cardĂaca y respiratoria; y se irán agregando, el aumento de la temperatura, la sudoraciĂłn y la vasodilataciĂłn perifĂ©rica para mantener una temperatura corporal adecuada. Al transformar la energĂa quĂmica de los alimentos en energĂa mecánica para movernos, se genera una enorme producciĂłn de calor (el 70 %) que habrá que saber eliminar (es fundamental la hidrataciĂłn).
Nuestro organismo posee varios mecanismos para generar energĂa y realizar ejercicio. Imaginemos un auto que funcione con distintos tanques de combustibles (elĂ©ctrico, gas, gasoil y nafta premium) algunos sirven para ir más rápido y otros para ir más lejos ahorrando energĂa. La maravilla de nuestro cuerpo es que tiene todos esos tanques en las distintas cĂ©lulas y que los puede utilizar simultáneamente segĂşn los requerimientos. La picardĂa es no entrenarlos metodolĂłgicamente y en consecuencia no alcanzar el potencial que cada uno posee.
En reposo se requiere el uso de muy pequeñas cantidades de grasas. Fosfocreatina para actividades muy intensas y de poca duraciĂłn (10 segundos) como saltos, giros y breves carreras en el escenario. Para sostener una secuencia de pasos y saltos durante 1 minuto utilizamos la glucosa en ausencia de oxĂgeno. Y para una actividad más prolongada utilizamos la oxidaciĂłn de azĂşcares, grasas y proteĂnas en cantidades que varĂan segĂşn la intensidad y duraciĂłn.
Resulta fundamental preparar a cada uno de esos sistemas como si fuera un ensayo y entrenar el aporte de los diversos sustratos energéticos que llegan desde los alimentos.
Entrada en calor
Es imprescindible realizar una entrada en calor y elongaciĂłn previo a la clase y/o ensayo, porque esto posibilitará que las enzimas que intervienen en las reacciones quĂmicas sean activadas, que se incremente el liquido sinovial que protege cada articulaciĂłn, que la capacidad contráctil y la producciĂłn de fuerza y resistencia de los mĂşsculos sea Ăłptima, que se activen los mecanismos reguladores de la temperatura corporal en pos de la termoeficiencia (muy determinante para el rendimiento), que la frecuencia cardĂaca y respiratoria permitan el aporte de oxĂgeno a todos los grupos musculares. Finalmente será fundamental la preparaciĂłn que nuestro cerebro va realizando para “comprender” y asimilar los movimientos que a continuaciĂłn se le solicitará al cuerpo.
La entrada en calor favorece que actĂşen en armonĂa los sistemas de producciĂłn de energĂa, de ejecuciĂłn de movimientos y que exista una respuesta fisiolĂłgica facilitada para realizar un gesto tĂ©cnico.
OptimizaciĂłn de una clase
ResultarĂa inconcebible realizar una clase sin tener en cuenta el tipo de piso, o el uso de zapatillas de danza adecuadas, o un equipo de sonido (o pianista acompañante), pero increĂblemente, la preparaciĂłn fĂsica, nutricional, emocional y las nuevas tecnologĂas son poco consideradas.
Cada clase debe ser planificada para que resulte eficiente. Tener a un alumno concentrado, entrenado, bien alimentado, motivado, con la mente y el cuerpo enfocados en el objetivo propuesto, va a permitir que el aprendizaje sea más rápido. Además, esto evitará repeticiones interminables que generan cansancio muscular (con las consiguientes tendinitis, distensiones y desgarros musculares), fatiga mental (con pĂ©rdida de psicomotricidad que produce mayor cantidad de tropiezos y caĂdas) y finalmente un desgaste emocional (con pĂ©rdida de motivaciĂłn, que es el motor de nuestras acciones).
Existen tĂ©cnicas modernas que permiten entrenar una mente paras estar preparada para la tolerancia a la frustraciĂłn y para la superaciĂłn. Resulta imprescindible conocer las cualidades emocionales y las herramientas que posee cada uno para diseñar su aprendizaje y no dejarlo Ăşnicamente relacionado a una cuestiĂłn instintiva en la metodologĂa de la enseñanza (que lloren por la emociĂłn de comprender un sentimiento artĂstico y el sentido del esfuerzo y no por palabras recriminatorias que no aportan soluciones).
Ser enfático no es lo mismo que estar enojado.
Ciclos de alto nivel de exigencia con un alumno bien preparado son suficientes para comprender cĂłmo debe realizarse tal movimiento o variaciĂłn.
Ser riguroso no es lo mismo que ser esquemático.
Las evidencias cientĂficas demuestran que ver videos de lo que se le propone a un alumno, permite que el cerebro “aprenda” sin necesidad de tantas repeticiones. Las clases son innovadoras, si cada uno entiende por quĂ© están haciendo lo que se les solicita y por quĂ© fue necesario que entrene tales cadenas musculares o la forma de nutrirse. Deben estar en sincronĂa todos los sentidos para que llegado el momento del escenario, el cuerpo y la mente estĂ©n en estado de fluidez
El descanso debe estar incluido en lo que llamamos una clase, y la hidrataciĂłn y nutriciĂłn, con alimentos especĂficos para la recuperaciĂłn son muy importantes… por ejemplo, la enzima glucĂłgeno sintetasa está particularmente activa en los primeros 30 minutos post-ejercicio, ella permite que la glucosa se transforme en glucĂłgeno.
GlucĂłgeno
Es la manera en que se deposita la glucosa (principal fuente de energĂa) en el hĂgado y en el mĂşsculo, para quienes realizan danza es imprescindible que esas reservas estĂ©n completas. La glucosa utilizable en sangre es muy escasa, unos 5 gramos, cada gramo de glucosa entrega 4 calorĂas, es decir que existen disponibles unas 20 calorĂas (subir 60 escalones).
En el hĂgado hay unos 100 gramos de glucĂłgeno (400 calorĂas) y en el mĂşsculo, segĂşn el nivel de entrenamiento, entre 200 y 400 gramos (800 a 1600 calorĂas): las reservas de glucĂłgeno son limitadas. Además es importante tener presente que el glucĂłgeno hepático se afecta con el ayuno, gran parte se gasta al dormir (una persona que duerme 8 horas puede gastar 300 cal) y que se utiliza casi exclusivamente para brindarle glucosa al cerebro y a los glĂłbulos rojos (transportan el oxĂgeno a los mĂşsculos). Esto significa que realizar clases en ayunas es desaconsejable, porque los mĂşsculos tienen glucĂłgeno pero el cerebro no, lo cual va a provocar irritaciĂłn, debilidad, desconcentraciĂłn, incoordinaciĂłn y un riesgo de lesiones incrementado.
Dos horas de clases con alta intensidad agotan todas las reservas de glucĂłgeno del cuerpo, y si no se reponen producen un vaciamiento que va a perjudicar mucho a quien realiza tareas que requieren una exquisita coordinaciĂłn fina. Aumentan las hormonas catabĂłlicas que convierten proteĂnas del mĂşsculo en glucosa para obtener energĂa (se pierde masa muscular: autocanibalismo). Aumenta el cortisol circulante favoreciendo el depĂłsito de grasas a nivel subcutáneo, deprime el sistema inmunolĂłgico y además provoca que el cerebro tenga una predilecciĂłn marcada y casi incontenible, por alimentos calĂłricos con alto contenido en grasas que no van a beneficiar el rendimiento en absoluto.
Por ejemplo, una bailarina de 49 kg y 163 cm de estatura que posee 20 kg de mĂşsculo, gasta unas 2000 calorĂas en su actividad, tiene reservas de 1200 calorĂas… entonces, o repone con algĂşn alimento (preferentemente liquido o semisĂłlido) durante los descansos, o limita su actividad y no entrega el máximo de sus posibilidades (y no sirve tanto el ensayo), o comienza a generar una lesiĂłn.
Asà como se ensaya una secuencia de pasos y giros (y alterarlos modifica el movimiento buscado), deberá planificarse el tiempo y el tipo de alimentación. El vaciamiento de glucógeno explica muchas lesiones y desórdenes en el momento de elegir los alimentos.
Adecuarnos a las nuevas demandas con creatividad y dedicación, con división de tareas y creando lazos de afinidad permitirá que la salud y la excelencia sean una meta, una búsqueda y un hábito.