Salir del Ruedo es la propuesta coreográfica de Laura Azcurra y Mariana Astuti que utiliza el flamenco como lenguaje, pero a la vez revaloriza el ser nacional, sin lunares, ni mantones, ni objetos que ilustren la simbología flamenca
Continúa los domingos de agosto en el Portón de Sánchez, Salir del Ruedo, resultado de nueve meses de composición, asistidos por Ana Frenkel. En una entrevista con Balletin Dance Laura Azcurra detalló esta obra, ganadora del subsidio Prodanza 2017.
El ruedo es el ámbito donde se juega la vida el torero, y a la vez entretiene al público ¿Cuál es en el significado de salir del ruedo de dos bailaoras?
Es justamente salir de un lugar de pelea, donde se juega la vida. Salir del espacio de entretenimiento. La obra fue pensada y concebida junto con Mariana Astuti, como apropiación del flamenco en las dulces aguas del Río de la Plata. Siendo dos mujeres de este territorio, con mucha experiencia en el flamenco como folklore, tradición pura de España, con todas las reglas que eso lleva: vestido a lunares, peineta, flecos, flores, castañuelas. Pero esto no tiene nada que ver con aquello, porque nosotras no tenemos nada que ver con eso. Después de 15 años de buscar y probar, de habernos puesto todos esos vestidos, ahora contamos una historia armada con estructuras fijas como es un palo flamenco con el cante (llamada, cante, falseta), que se mueve sin dejar de tener esa organización. Salir del Ruedo es salir de la forma, de lo establecido, de lo esperando, de lo obvio, de lo cómodo, de la etiqueta. El vínculo de estas dos mujeres transita distintos estados como la competencia, la necesidad de ser igual, la necesidad de ser distintas, una pelea interna con una misma y con la otra. Romper las formas para encontrar nuestra propia manera de contar.
¿A qué se debe el uso del vestuario de cuero?
Es un vestuario muy particular, muy singular. En la primera parte usamos pantalones y chaquetas de cuero para ponderar la industria nacional, porque el cuero tiene que ver con la Argentina, ‘la vaca’. Por otro lado, el cuero es la piel y es declararnos autóctonas, industria Argentina, no ‘made in España’. Y vinculado a lo rockero y transgresor también.
¿Cómo lo recibió el público durante las funciones del mes pasado?
Lo recibió muy bien, lo agradeció. Primero porque vieron dos intérpretes que dejan todo en el escenario y pasan por diferentes estados, no solamente con danzas; hay un vínculo que favorece que aparezca la teatralidad y hay una historia. El diálogo entre ellas es musical, físico y teatral. En una parte Mariana dice un texto que habla sobre la apropiación de algo que no corresponde a un territorio propio, y es como una invitación al debate en el flamenco y en otros órdenes de la vida. El público agradeció la valentía de una propuesta distinta que tiene como leitmotiv al flamenco. Ambas venimos de un espacio bastante puro del flamenco, que cada una decidió romper por separada y eso nos unió. También consideramos que no sentimos que sea auténtico y genuino bailar como dos chicas de Triana, porque no lo somos. Nos encanta el flamenco, nos inspira y nos dio una base, pero ahora estamos saliendo de eso, de la cueva, del gueto, Salir del Ruedo. Es una aventura y esperemos que sirva de inspiración para resignificar el flamenco en Buenos Aires.