La compañía inglesa de ballet, trabajaba desde 1976 en la Markova House, los estudios de Kensington, edificio que había sido construido como parte de la Casa de la Reina Alexandra, para albergar a 130 alumnas del Royal College of Music. Y si bien durante estos años se fueron haciendo mejoras edilicias no alcanzaba para las cuantiosas actividades.
Pero a fines del mes pasado, anunciaron la terminación de su nueva sede. Un edificio moderno construido expresamente en London City Island uno de los barrios más nuevos de Londres, que compartirán con el Escuela (fundada en 1988 en Makarova House, pero que había sido trasladada por cuestiones espaciales) “estamos muy entusiasmados de que nos alojemos bajo un mismo techo una vez más”, dicen las autoridades.
El nuevo edificio de cinco pisos (de unos 28.000 m2), incluye siete salas de ensayo de gran tamaño con tecnología de avanzada, un gran estudio de producción con las dimensiones y la parrilla de luces del escenario, que permitirá ensayar con escenografía. Además, un taller de vestuario, con sala de tintura y zapatería, dos espacios de aprendizaje y participación, una piscina de hidroterapia, gimnasio y estudio de pilates para el bienestar de los bailarines, una green room[1] y amplios vestuarios de bailarines (con vestuarios públicos separados), amplio acceso de público con cafetería y espacio para exposiciones.
La Escuela por su parte, contará con su propio salón de conferencias, estudio de rehabilitación, gimnasio y sala verde. Según Tamara Rojo, directora del ENB, las nuevas instalaciones transformarán su forma de trabajar al brindarles “un espacio sin precedentes para desarrollar artistas de clase mundial y crear un ballet excepcional, que compartiremos con más personas que nunca”.
[1] En el mundo de los teatros la sala verde es un espacio de espera para los artistas cuando no están en el escenario.