Veinticinco años de Danzamérica Analizados por su directora Cristina Sánchez.
A mediados de los ‘90 Villa Carlos Paz se hizo protagonista de una renovación de la danza. Desde Córdoba se gestó Danzamérica, un puente hacia Europa y el mundo para jóvenes bailarines que desean proyectar su futuro profesional en certámenes internacionales. Los resultados han sido de excelencia.
“Decidimos realizar aquel concurso inicial por una sugerencia del Congreso Internacional de Danza (CIAD). Jamás imaginamos el camino que íbamos a recorrer. El comienzo fue con gran éxito, pero más sencillo y seguro que las producciones que transitamos en estos dos últimos años”, señaló a Balletin Dance su presidenta Cristina Sánchez.
Con énfasis agregó que “el protagonismo no fue buscado ni pensado, surgió solo. Quienes pasaron por Danzamérica encontraron orden, transparencia y un trabajo de búsqueda profesional que se realiza durante los doce meses del año. Eso es lo que se hace visible durante el certamen. Nuestro mayor objetivo es guiar la danza de América Latina a los escenarios del mundo”.
Muchos de los participantes lograron insertarse en compañías internacionales o en institutos de formación que les permitieron adquirir conocimientos valiosísimos para el desarrollo de una carrera.
Las estadísticas recogidas por Sánchez dan cuenta fiel de esto.
Danzamérica sirvió de trampolín, a un promedio de tres jóvenes por año, al célebre Prix de Lausanne, Suiza, entre 2003- 2015.
Allí obtuvieron los galardones mayores Mayara Magris (2010, hoy solista en Royal Ballet) y de Adhonay Soares da Silva (2012, en la actualidad primer bailarín de Stuttgart Ballet).
Otros obtuvieron becas de estudio: Junor Souza (2005, hoy primer solista en English National Ballet), Kleber Rebello (2006, principal de Miami City Ballet), Edson Barbosa (2011, principal de Joffrey Ballet Chicago) y Wilma Giglio (2009, solista del Royal Danish Ballet), por citar sólo algunos casos.
“Los ojos del mundo están puestos en los talentos de América Latina. Por eso nuestro propósito es elevar los niveles técnicos y artísticos en maestros y bailarines de Argentina y Latinoamérica”, expresó Sánchez.
“Tenemos la exclusividad de llevar adelante el primer certamen nacional que celebra 25 ediciones. Podemos decir misión cumplida”, subrayó.
La difícil situación económica de la Argentina planta duda acerca del futuro de todas las actividades “dentro y fuera del arte”, alertó Sánchez.
“Es imposible planificar a largo plazo. La situación económica se encarga de no permitirnos concretar proyectos importantes. Por eso digo que en 1995 era más fácil soñar y concretar”, sentenció.
La innovación es también marca de esta productora cordobesa. “En 2014 creamos el Curso Intensivo de Capacitación para Maestros y Bailarines en Alta Competición que se realiza en mayo. Participan del mismo reconocidos docentes argentinos y del exterior”, explicó Sánchez.
Y en 2017 agregaron también el Gran Premio América Latina (GPAL), una competencia internacional de ballet con selección por video, que se desarrolla paralelo a Danzamérica. Ésta incluye ocho días de prácticas y ensayos. Esta iniciativa distribuye becas de estudios para escuelas del exterior a unos 30 finalistas, seleccionados por jurados de Estados Unidos, Alemania, Rusia y Brasil.
“Ambos desafíos (Danzamérica y el GPAL) conllevan un único propósito: buscar la excelencia en la danza y continuar la misión de enviar bailarines al mundo”, concluyó.