En septiembre del año pasado, el nuevo director de la Ópera Nacional de París, Alexander Neef, encargó la elaboración de un estudio sobre discriminación en la institución, al historiador Pap Ndiaye y a la secretaria general de la Defensora de los Derechos Constance Rivière. El meticuloso informe se presentó el lunes 8 de febrero de 2021 y puede descargarse de la web del coliseo francés.
Y por primera vez en la historia, en el desfile de la gala inaugural que se transmitió por internet a todo el mundo el 30 de enero, el vestuario fue adaptado al tono de piel de los diferentes alumnos: medias y zapatillas adecuadas al color de blancos, mestizos y negros. Una lógica que en Cuba se utiliza desde el inicio mismo del ballet.
Dicen que los teatros de ópera son un fiel reflejo de la sociedad en la que están inmersos. Y si bien este tema debería haber aflorado mucho antes, lo cierto es que el joven alemán (45 años) Alexander Neef no tardó un día en poner manos a la obra sobre la cuestión del racismo en la Opera de París. Asumió el 1º de septiembre, antes de lo planeado, en el 350º aniversario de la institución, en medio de huelgas (convocadas por los bailarines por el posible cambio jubilatorio), al inicio de la segunda ola de contagios causados por la pandemia del coronavirus (y el cierre del teatro) y con una situación financiera en déficit sin precedentes.
Los acontecimientos paso a paso
El verano pasado, siete miembros de la Ópera de París, encabezados por Binkady-Emmanuel Hié, jefe de proyectos de eventos y relaciones públicas de AROP, Les Amis de l’Opéra (Asociación para la Difusión de la Opera de París fundada en 1980), escribieron un manifiesto sobre la diversidad racial en el teatro, para iniciar una reflexión interna sobre el tema, hasta entonces silenciado. A finales de agosto se envió a todos los empleados (1895 personas), para que firmaran aquellos que estaban de acuerdo con visibilizar esta cuestión (se contabilizaron 400 firmas).
Unas semanas después, Neef (quien prácticamente recién asumía) encargó el informe sobre la diversidad dentro de la Ópera a lo largo de su historia.
Un artículo publicado a fin de año en el diario Le Monde, contribuyó a generar cierta confusión en relación a obras del repertorio clásico tradicional que incluyen modelos raciales (propios de otros siglos) como La Bayadere, El Lago de los Cisnes o El Cascanueces. En esa entrevista Neef decía que habría que revisar esos títulos.
El informe se presentó a comienzos de febrero. Más de 60 páginas que repasan la historia del coliseo, con variadas propuestas para implementar inmediatamente y a largo plazo, que permitirán resarcir siglos de injusticia y discriminación. Entre ellas, la incorporación de alumnos de diferentes orígenes en la escuela de ballet.
Informe Sobre la Diversidad en la Ópera Nacional de París
El escrito comienza así: “El 25 de mayo, el asesinato de George Floyd en Minneapolis desató una ola sin precedentes de manifestaciones contra el racismo.
La mayoría de las principales instituciones culturales estadounidenses (teatros de ópera, museos, teatros, etc.) y otras en Europa manifestaron entonces su simpatía por el movimiento Black Lives Matter y se comprometieron a reflexionar en profundidad sobre las formas de discriminación racial y de racismo que existen en el mundo cultural. Algunos han hablado de “Blackwashing” para señalar los efectos cosméticos de estas declaraciones, que de hecho requieren ir acompañadas de acciones concretas a medio y largo plazo. Por otra parte, del lado francés, aunque también se estaban llevando a cabo manifestaciones y surgían animados debates sobre la “cancelación de la cultura”, los establecimientos culturales inicialmente mantuvieron un cauteloso silencio. En este contexto, la dirección de la Opéra National de Paris quiso, el verano pasado, confiarnos una misión sobre cuestiones de diversidad.
Neef les pedía analizar y reflexionar sobre el racismo y aseguraba que “nuestro deber es representar en nuestros escenarios la diversidad que existe en nuestro mundo”.
Roselyne Bachelot: Ministra de Cultura de Francia
El 13 de enero de este año, la ministra de cultura francesa aseguró a la prensa que la Opera de París requería reformas importantes en su estructura. En un artículo recopilado por Élodie Maurot y Emmanuelle Giuliani, Bachelot informaba que ella misma había encomendado paralelamente a Georges François Hirsch (ex administrador de la Ópera de París), y a Christophe Tardieu (ex subdirector del establecimiento) un análisis sobre la discriminación cuyo diagnóstico no se hará público, pero servirá para la futura toma de decisiones desde el gobierno, los trabajadores y la dirección.
Para la ministra la discriminación “es un tema fundamental, tanto en la Ópera como en otros lugares, que merece ser incluido en la agenda”, y ciertas medidas pueden tomarse inmediatamente, “como la provisión de maquillaje y la asistencia a la peluquería” para cada tono de piel y naturaleza del cabello. “Y, hay que decirlo, absoluta intolerancia y sanción ante posibles humillaciones por la procedencia de los artistas”.
“Por otro lado, la polémica sobre la supresión de determinadas obras que algunos querían suscitar me parece inconsistente. Ciertamente no se trata de eliminar grandes piezas del repertorio como los ballets La Bayadère o El Cascanueces, sino de contextualizarlas, explicando sus códigos históricos y culturales”.
Más información en la web oficial: https://www.operadeparis.fr/en/artists/ballet
En Alemania
En el Ballet Estatal de Berlín, la bailarina francesa Chloé Lopes Gomes aseguró que había sufrido claras muestras de racismo en la compañía alemana, cuando en octubre le indicaron que no renovarían su contrato. Su hermano es bailarín de la Opera de París.
La joven de 29 años, formada en Niza, Marsella y en la academia del Bolshoi de Moscú, integró el Ballet de L‘Opéra de Nice, el New English Ballet Theater, el Béjart Ballet Lausanne y desde 2018 en Berlín.
En conversación con la BBC, Lopes Gomes reconoció que había sido la primera bailarina negra contratada por el Ballet Estatal de Berlín.
“Yo me eduqué en la igualdad de oportunidades y me dediqué al ballet sin ser consciente de mi color de piel, y no es que no tuviera miedo a ir por las calles de Moscú cuando era estudiante en el Bolshoi, ya que la gente se me quedaba mirando, pero nunca me faltó la beca de baile y mi profesor me adoraba”, explicó.
Ella hoy todavía figura como integrante del cuerpo de baile en la web de Berlín.
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