Analía González hace bailar a ‘Matilda’

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Analía González coreógrafa de Matilda. Ph: gentileza prensa.

La destacada coreógrafa y directora cumple un sueño con este desembarco a lo grande en la comedia musical. El desafío de trabajar con niñas y niños, y la búsqueda de “humanizar el movimiento”.

No hay dudas de que ‘Matilda’ será uno de los grandes títulos de la cartelera teatral de este año en Buenos Aires. Por la historia que narra y por la envergadura de la producción, la puesta local del musical con libro de Dennis Kelly, música y letras de Tim Minchin, basado en la mágica novela de Roald Dahl, ya es un suceso de taquilla aun antes de haber debutado.

La fórmula del éxito se compone de un cuadro protagónico convocante (Laurita Fernández, Agustín ‘Rada’ Aristarán, José María Listorti, Fernanda Metilli), un ensamble con mucho recorrido en el género y una treintena de niñas y niños talentosos que se alternarán en tres elencos.

La etapa de audiciones fue larga y luego armamos una escuela con los chicos preseleccionados. Ph: gentileza prensa

Pero detrás de esa ‘cara visible’ del fenómeno ‘Matilda’, y de las cuatro empresas que se asociaron para producirlo (Go Broadway, Ozono, MP y Carlos y Tomás Rottemberg), emerge un equipo creativo de reconocido prestigio en todas sus aristas, que incluye a la directora de la Compañía en Movimiento (CEM) y El Choque Urbano en el diseño coreográfico.

Sobre el proceso que antecedió al estreno de estos días en el Gran Rex cuenta la artista que “fue muy intenso, especial y único; nunca había vivido algo así. Comenzó en octubre del año pasado con las audiciones, algo que es atípico en producciones de esta envergadura, que se trabajan en dos o tres meses de ensayos. Sin embargo, nosotros hicimos un proceso de formación, con les niñes sobre todo. La etapa de audiciones fue larga y luego armamos una escuela con los chicos preseleccionados. Nuestra área, la danza, era la más débil en ellos porque se buscó que canten y actúen, y en un tercer plano, que pudieran bailar. La obra es muy exigente y le dimos prioridad a otras cuestiones. En ese ‘que puedan bailar’ es donde nosotras, Rosario Asencio y yo, tuvimos que formarlos.

-¿Les resultó complejo?

-No, porque nos permitió descubrirlos individual y colectivamente, saber cómo funcionaban como grupo, incentivarlos al trabajo colectivo casi sin conocerse. Fue un proceso muy rico tanto en el sentido profesional como en lo humano.

Analía González, cumple un sueño con este desembarco a lo grande en la comedia musical. Ph: gentileza prensa

ANTECEDENTE

Podría decirse que por su recorrido artístico y el estilo de danza que cultiva, la incorporación de Analía González a un proyecto de este estilo resultó cuanto menos llamativa. No obstante, con el mismo equipo creativo había trabajado ya en la puesta de ‘School Of Rock’, otro mega musical de Broadway cuya versión argentina se frustró con la pandemia. Ella lo explica de este modo: “Con Ariel (del Mastro, el director) nos conocemos hace muchos años y creo que sentimos una admiración mutua. Siempre que nos cruzábamos nos decíamos que teníamos que trabajar juntos. Y dentro de mis pendientes estaba también hacer un musical. Es un rubro que yo no habito pero que, habiendo trabajado con El Choque Urbano, no lo considero ajeno a mí. Más allá de que El Choque no haga estrictamente comedia musical, hay algo que me resulta familiar; quizás sea la convergencia de lenguajes. Cómo integrar el trabajo de músicos y actores, y a la vez hacerlos bailar es algo que vengo madurando con ellos hace veinte años. No obstante, no había trabajado nunca en un ‘musical'”.

-¿Se desanimó con la cancelación de ‘School Of Rock’?

-Fue duro. Llegué a tener un ensayo con los chicos, sólo uno. Ya en ‘School…’ mi coequiper iba a ser Rosario, que venía trabajando en musicales con Ariel y en otras obras de esta envergadura. Este es más ‘su’ rubro. Eso también me dio la confianza de que juntas podríamos llevar adelante este proyecto.

-El trabajo con artistas que no son estrictamente los bailarines que quizás usted hubiese elegido, ¿qué desafíos le plantea?

-Toda dificultad y el abismo de no saber si las corporalidades y los deseos de las personas con las que voy a trabajar se asemejan a los míos, me generan un vacío que me encanta. Es un vacío que me invita a renovarme y replantearme mi forma, mi mirada. Incluso a manejar mi frustración. Es un desafío que resulta hasta necesario para que uno también se renueve como creativo. Porque si no, tiende a repetirse. A veces me canso de mí misma: esto ya lo viví, ya lo sentí, ya lo vi… Entonces esta dificultad de trabajar con otras posibilidades corporales y con otros deseos es saludable. Yo le doy mucha prioridad a lo que le pasa al intérprete con la propuesta que tengo para brindarle. Lo que más deseo es que el intérprete se enamore de esa propuesta y la pueda vivir y disfrutar. Porque generar eso en el intérprete es generarlo después en el público.

-También entra a jugar lo que el intérprete tiene para proponerle a ustedes en este proceso, ¿verdad?

-Sin duda. Lo interesante es enfrentarse al abismo de entablar el diálogo. Uno debe saber hablar y escuchar, y en ese camino entender por dónde va la cosa. Sobre todo en una obra como ‘Matilda’, donde hay un abanico muy amplio de posibilidades entre los artistas, niños, ensamble, protagonistas. Y donde, a la vez, tenemos tres elencos, algo que es inusual.

En este punto, Analía González celebra poder trabajar con “un equipo maravilloso de producción y dirección, muy amable, que nos dio mucha libertad, con el que transamos en muchas decisiones para llegar al mejor resultado, algo que no siempre ocurre”.

Se siente agradecida asimismo de contar con el apoyo de las familias de los más de treinta chicas y chicos que participan en la obra, “que son, también ellas, protagonistas. Al trabajar con niños las familias son indispensables en la contención, la voluntad, el seguimiento. Sin su acompañamiento, no sé si esto hubiese sido posible. El amor que hay puesto en este proyecto es lo que hace que finalmente pueda suceder”, sostiene.

‘Matilda’ será uno de los grandes títulos de la cartelera teatral de este año en Buenos Aires. Ph: gentileza prensa

SOMOS UNO

Esa filosofía de trabajo en equipo es la que le impide disociar su aporte del de Rosario Asencio en el diseño coreográfico. “Somos una, trabajamos a la par”, responde. “Lo que iba a ser de una forma terminó siendo de otra porque el proyecto nos devoró. Y más allá de que yo tenga el rol de directora coreográfica siento que con Rosario fuimos muy a la par”.

-¿Cuánto de la versión original de ‘Matilda’ en teatro se verá en Buenos Aires?

-El trabajo coreográfico es muy cultural, está muy relacionado con la forma de ver la danza y la estructura que tiene en cada país. Desde el primer momento Ariel me dijo que lo que le pasaba cuando veía mi trabajo con otros grupos quería que suceda acá. Quería humanizar el movimiento, que tuviera argentinidad. Y eso me permitió buscar en lo simple, lo amoroso de la corporalidad. El abrazo, el cuerpo blando, la mirada, la risa, la conexión. El pedido de Ariel fue para mí un disparador y una guía fundamental. El hecho de ‘romper los cuerpos’ quizás sea la diferencia que existe con la versión de Londres o la americana, donde el lenguaje de movimientos es más duro.

-¿Qué se lleva de este proyecto?

-Hace muchos años que no trabajaba con una dirección. Mayormente, yo trabajo dirigiendo o compartiendo ese rol. Entonces hay algo de volver a ser dirigida que me renovó y me dio una escucha distinta que siento que necesitaba. Creo que a partir de ahora voy a buscar más eso porque me nutre mucho, me renueva. Por otra parte, me llevo algo de haber vuelto a conectar con los niños en la creación que me ablandó la escucha, el cuerpo, la mirada, la pretensión también. Creo que en estas circunstancias uno le otorga otro valor a lo espontáneo, a lo libre, a lo ingenuo, que es necesario en la creación. Por último, me llevo la enseñanza de que no hay un ‘monstruo’ que no sea posible sacar adelante si uno trabaja en equipo. Y me refiero al tamaño de una obra. Con ‘Matilda’ revaloricé mucho eso, el trabajo en equipo, el proyecto común, el escucharse. Si eso sucede no hay nada inalcanzable.

-No hay duda de que repetiría la experiencia. ¿Tiene algún proyecto en carpeta?

-Ayyyy…(risas). Primero pensaba que sería cumplir este sueño pendiente y ya, pero ahora estoy abierta a que vengan, que vengan de a uno.

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Daniel Sousa
Licenciado en Periodismo (USAL). Es Subjefe de Redacción y Editor de la sección Espectáculos del Diario La Prensa, de Buenos Aires. Además, es responsable del sitio web de noticias de Radio Meridiano (Mercedes, BA). Escribió en las revistas Fortuna, Danza Europa y Américas (Reino Unido), Destino Zero (España), Buenos Anuncios, Ohlanda, Buzz, OrientAr, TravelArg, Off, y en el Diario Perfil. Ligado a la danza desde su niñez, fue integrante del Ballet Salta y realizó giras al exterior con distintas compañías de tango y folklore. Es jurado de los Premios Hugo al Teatro Musical y miembro de la Asociación Premios Chúcaro a la Danza Folklórica.