Nuevo Libro

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Mujeres que bailan es una nueva propuesta, de Gabriel Vaudagna Arango, que integra la danza, la niñez y la historia. De manera simple una serie de dibujos de bailarinas componen el “cuaderno flamenco para colorear” y van relatando a través de sus vestuarios, sus cuerpos, sus posiciones, la evolución del baile en España durante el siglo XIX y la construcción estética del baile flamenco de hoy.

Este trabajo surge a raíz de la investigación llevada a cabo para el libro de El Vito (2020), en el cual a través de la observación de la pintura costumbrista fui encontrando cómo son los cuerpos de las Mujeres que bailan, y cómo van siendo modificados cada año. Los pintores registran los cambios y algo que me llamó la atención fue descubrir tres momentos claves de la historia.

Figurines: Antonia.

El primer momento -las boleras-, las pinturas de las primeras décadas del 1800 y hasta 1840, retratan bailarinas con identidad conocida; asi aparece Fanny Elssler, Dolores Serral, Petra Cámara, Pepa Vargas, Manuela Perea, La Campanera. Bailarinas boleras y bailarinas de jaleo, etc., algunas de ellas se van a convertir con los años en las primeras flamencas, a excepción de la primera que solo hace bolero.

Luego, un segundo período, al que yo llamo de las Anónimas -mediados del siglo XIX- los pintores retratan mujeres en escena de baile, en distintos espacios y lo importante aquí es lo que bailan, pero no quiénes lo bailan. Aquí las mujeres son un objeto decorativo, la pintura dice: Bailando el Vito, o Bailarina de Jaleo, o Bailando el Ole, etc.

Figurines: Jaleo.

Luego un tercer período -las flamencas-, podemos situarlos después de 1870, en donde las bailarinas suben a los Cafés Cantantes, aquí vuelven a tener identidad nuevamente, los pintores dicen: Pastora Imperio bailando, etc…  Aquí surgen mantones, batas de cola y otra serie de elementos constitutivos de la danza.

Estos períodos aparecen reflejados en la pintura, en la prensa y en los relatos. Aquí el cuaderno para pintar también sigue esta línea cronológica, aunque ficcional parte desde 1830 a la actualidad. Incluso explorando algo de la vanguardia del baile flamenco en las últimas imágenes.

El objetivo del libro es también educativo y que quien lo pinte pueda observar todos esos elementos que componen la danza, castañuelas, mantón, zapatos y ver como los cuerpos también están incluido en los relatos estéticos.

Figurines: Petra.

Por otro lado, el nombre de Mujeres que bailan, parte de un texto de Théophile Gautier que publica en 1840, Viaje a España, en donde él comenta «Las bailarinas españolas, aunque no tengan el acabado, la corrección precisa y la elevación de la bailarina francesa, le son, a mi modo de ver muy superiores por su gracia y su encanto (…) Conservan los contornos y las redondeces propias de su sexo. Tienen aspecto de mujeres que bailan y no de bailarinas que son dos cosas bien distintas».

Me pareció muy interesante como el poeta define a unas y otras bailarinas, y creo que Mujeres que bailan también incluye un componente pasional y enérgico, eso lo podemos ver en los mismos dibujos.

Mujeres que bailan es la extrapolación de aquellas pinturas puestas ahora en un cuaderno para pintar. Colaborando, de alguna manera, a visibilizar la danza, aportando un material destinado, principalmente, a todas esas niñas bailarinas que hacen posible que la danza siga existiendo.

Un libro imperdible.

El libro está disponible desde agosto en Argentina.