Hágalo Usted Mismo

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Binetti bajo la nevada. Foto: Sandra Cartasso

En el Centro Cultural San Martín se presentó Notas para la Montaña, trabajo de creación conjunta de Quio Binetti y Gustavo Lesgart, con interpretación de la primera

 

La construcción de determinaciones espaciales en la escena, partiendo de esquemas básicos que, poco a poco van adquiriendo un sentido posible de representación, constituye el trazado argumental del trabajo.

Partiendo de un dispositivo escénico en el que se presentan objetos y aparatos útiles, más precisamente utilitarios, durante el transcurrir espectacular se edifica un paisaje. Un par de caballetes, algunos listones de madera de menos de 2 metros cada uno, un ventilador de pie, un proyector, tres bolsas con confeti inauguran el ámbito en el que la bailarina (Binetti) intervendrá.

Personaje de pensamiento proyectivo, de cálculo de constructora, al comienzo ubica sobre el suelo los listones a modo de planteo planigráfico, diseño que, desde el piso propone lo que luego elevará a lo tridimensional. Se trata de una organización espacial que iría desde la imagen mental de esa mujer que arma el ámbito hacia la instauración del esquema (la montaña sintética) habitable.

La sucesión de aspectos, a lo lago de la obra en función, ofreció a una pausada y activa Binetti llevando y combinando los elementos para erigir su montaña. Con los caballetes y tirantes construía elevaciones y perspectivas con inclinaciones que fueron modulándose hasta armar esa sintética montaña buscada. En las proyecciones, las imágenes mostraban ese tipo de paisaje. Lo que se veía se reforzaba entre aspectos icónicos de la naturaleza (las proyecciones) y el esquema que Binetti montaba, dando conducción o paso de lo imaginario a muestras de ese mudo de altura, figuras que representaban ese esquema paisajístico montañoso. La intérprete agregaba a su disposición de palos en ángulos e inclinaciones, que daban vértices en fuga a lo vertical, pequeños objetos (por ejemplo una figura de un alce o algunas de pinos) que, apoyados sobre los tirantes y expuestos a la iluminación del proyector creaban sombras de un posible perfil hacia horizontes de la pequeña cadena montañosa simulada. También efectos de viento (ventilador), nieve (confeti) y cambios en la iluminación general apoyaban esta imaginería icónico-escenográfica.

En términos de movimiento, sostenida en acciones elementales, abocada a la tarea constructiva del dispositivo, de a tramos la bailarina desplegó algunos juegos expresivos de desplazamientos y sostenes de su presencia, por ejemplo, bajo una nevada cayendo.

En síntesis, el esquema sintético que genera Notas para la Montaña solapa la conducción de signos que propenden a observar el despliegue de un imaginario, juego poético entre la inocencia lúdica (infantil y adulta) y la laboriosidad y empeño para levantar un mundo-objeto que se pone en funcionamiento (en este caso el paisaje habitado), como un hacer parecido a las utilidades que se alcanzan sobre instructivos del tipo “hágalo Ud. mismo”, maneras de imponer un poco del deseo propio.