La Compañía de Danza sin Fronteras, integrada por artistas con y sin discapacidad motora, estrenó a fines de enero en El Camarín de las Musas, Cartografías Porteñas, dirigida y creada para la agrupación, por la coreógrafa colombiana Laisvie Andrea Ochoa
En conversaciones con Balletin Dance Laisvie Andrea Ochoa, multifacética artista, comentó que el proceso de creación de Cartografías Porteñas fue intenso y el resultado maravilloso, por tres razones: la eficiente producción, por trabajar con un cuerpo de bailarines especialmente sensibles, que se conocen mucho y por el tiempo que, con antelación, dedicó al planeamiento y organización de las ideas.
Usted es psicóloga ¿Su obra apunta a la curación?
Esa pregunta me la hice desde que empecé a bailar, pues estudié psicología primero y luego me apasionó la danza. Lo obvio era convertirme en danza-terapeuta, pero había otra búsqueda dentro de mí. Constato que la danza tiene un poder emancipador, cambia nuestro modo de ser y estar en el mundo, modifica sanamente nuestra alma y nuestro cuerpo. Pero no enfoco mi trabajo en algo terapéutico, sino esencialmente artístico y pienso que me gustaría que tuviese un rol más bien político.
Laisvie Andrea Ochoa se ha especializado en creación multimedia y ha obtenido una diplomatura en dirección de cine, herramientas que, felizmente, han marcado sus coreografías. A pesar de que la historia de la video-danza es relativamente incipiente en Colombia y siendo aún muy joven (no llega a cumplir cuatro décadas de vida), su pieza Táctil ya está contemplada en ese registro.
¿Se siente realizada con ese temprano reconocimiento?
Espero seguir siendo una artista joven (risas) y que la vida me permita seguir creando. Este segundo viaje a Argentina lo motiva una pieza compuesta para la Compañía de Danza sin Fronteras. Es mi primera obra creada para un elenco internacional (integrado por Candelaria Iocco, Gabriela Torres, Lucrecia Rosseto, Pablo Pereyra, Mariano Landa y Francisco Siquot). Mariana Chiliutti, directora general del elenco, estuvo a cargo de la producción y asesoró el proceso; acto que agradezco profundamente.
¿Cómo se siente más cómoda, en el rol de coreógrafa o de video-artista?
Esa es otra pregunta que me hago también. Me encantaría poder ocupar ambos roles, pero, esta vez, tres semanas eran insuficientes para encarar esa otra arista, así que delegué esa tarea en Lucas González, fotógrafo de la compañía. Para mí es vital registrar ese elemento fílmico en cada pieza que ideamos.
Usted funge como subdirectora de El CuerpoeSpín, la revista de la danza y las artes escénicas de Colombia ¿Cómo es su desempeño en esta labor?
Es una edición impresa y digital que plasma reflexiones sobre las artes escénicas y, por supuesto, la danza integradora, o inclusiva, como dicen acá. Es un espacio de diálogo abierto entre bailarines, coreógrafos, fotógrafos, escritores, dramaturgos, críticos y teóricos que, con su aporte, construyen conocimiento y recogen la historia actual de la danza y las artes escénicas en mi país.
Usted dirige en su país la Corporación ConCuerpos ¿cómo surgió esa experiencia?
Justo este año nuestra organización cumple una década. Surgió por la necesidad de incluir a personas diferentemente capacitadas en el mundo de la danza. Tenemos tres frentes de acción: el área artística ocupada por una compañía profesional; el área pedagógica, con clases permanentes en Bogotá, en la que también instruimos a futuros formadores dentro del concepto de inclusión; y un área investigativa que fomenta la reflexión y el debate sobre la importancia de la inclusión en la danza. Hace varios años logramos el apoyo del Ministerio de Cultura.
¿Existe una verdadera toma de conciencia, en cuanto a la importancia de la inclusión, de las personas diferentemente capacitadas, dentro del arte y otras áreas de la vida social?
Se han logrado cambios, pero aún falta un largo trecho, sobre todo en Latinoamérica, con algo tan básico como es lo meramente arquitectónico. Paralelamente, hay muchas limitaciones en las mentes prejuiciosas, gente que ni mira normalmente a los ojos de una persona discapacitada o, en algún grado, diferente.
“Mi viaje anterior a Buenos Aires, en el año 2015, fue con nuestra Compañía ConCuerpos, a raíz del Primer Encuentro de Danza e Integración Latinoamericana ideado por Mariana y su Compañía. Esa experiencia fue única, pues descubrimos muchas agrupaciones que trabajaban con perfiles similares, aunque desconocíamos nuestras obras. Definitivamente, somos un movimiento a nivel regional”.
En América Latina, la danza que nace para registrarse audiovisualmente goza de buena salud. Muestra de esto son los diversos festivales de videodanza, locales e internacionales, que se dan cita en nuestra región desde los años 90s. Además, en 2006, se creó la primera Red de Videodanza de América Latina y el Foro Latinoamericano de Videodanza, en el marco del Festival Videodanza BA, en la ciudad de Buenos Aires, dirigido por Silvina Szperling.
Cartografías Porteñas de Laisvie Andrea Ochoa, ha sido filmada y promete ser un novedoso aporte a la multiplicidad lingüística del cuerpo, la escena y el movimiento.