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El Duro Camino para Brillar en el Escenario

Por Luisa Heredia

 

El Seminario de Danzas Nora Irinova, escuela de ballet de la Provincia de Córdoba, tiene 55 años de vida. La carrera de formación del bailarín dura ocho años, de duro trabajo, y aún no logra ofrecer a sus egresados un título de validez oficial

 

El Seminario de Danzas Nora Irinova brilló en abril con la puesta En un Lugar de la Mancha en el marco de los festejos de los 125 años del Teatro del Libertador. Esta institución, que depende de la Agencia Córdoba Cultura de la provincia mediterránea, nació en 1961 para cubrir la necesidad de bailarines profesionales en las filas del Ballet Oficial. Desde hace cuatro años está bajo la dirección de María Esther Triviño, ex bailarina del cuerpo oficial.

De los cien alumnos que cursan la carrera en la actualidad, sólo el 25 por ciento son varones, y egresan en promedio unos cinco bailarines anualmente. En diálogo con Balletin Dance, Triviño señaló que cada año se presentan “unos ochenta chicos para audicionar para el ingreso a primer año, de los que se seleccionan alrededor de quince”. La directora se mostró entusiasta al informar que desde hace unos tres años, “están ingresando varones de 9 y 10 años para los primeros cursos”, cuando históricamente se acercaban recién después de cumplidos sus quince años.

El examen de ingreso es muy estricto: “Nos fijamos si hay condiciones naturales, flexibilidad, estructura física armoniosa, capacidad de salto, tendones aptos, un pie correcto y rotación”, destacó Triviño. Para ello utilizan técnicas que ella aprendió del preparador físico del Ballet Nacional de Cuba, José Candia. “Nos dio una batería de ejercicios para evaluar en el ingreso y así minimizar los errores de tomar a alguien que puede llegar a lastimarse en el futuro, por no tener las condiciones físicas adecuadas”, agregó.

La escuela funciona en el mismo lugar que la compañía profesional provincial, el Teatro del Libertador de la capital cordobesa, y así, el espacio disponible “es poco”, aseguró la directora, “es como un Tetris, donde todo tiene que encajar perfectamente porque sino alguien se queda sin clase”, agregó.

 

Cuerpo docente cohesionado

María Esther Triviño cuenta con un staff de catorce docentes, que se reparten en las asignaturas de técnica clásica, contemporáneo, audio perceptiva, preparación física, historia de la danza, repertorio y partenaire. Ellos son: Karina Castillo, Jordana Chacar, Patricia Ferrer, Silvina Pino, Cecilia Clos, Marcelo Mangini, Noel Rohner, Sasha Ananiev, Valeria Brizuela, Mar Mur, Laura Galante, Evelin Jure y Darío Rodríguez. “Trabajamos en equipo con una misma visión para optimizar al máximo los recursos (dinero, espacio y tiempo) y lograr los mejores resultados”.

Triviño aseguró que el maestro forma al alumno “como bailarín (la técnica y la conducta) y como persona (para que amen lo que hacen). Esta profesión requiere disciplina, y desde los primeros años de estudio “se nota quien tiene vocación, y contra viento y marea, quiere hacer la carrera”.

 

El camino al éxito

Los alumnos del Seminario Nora Irinova tienen una muestra a fin del ciclo lectivo con dos funciones, pero año a año van sumando varias ocasiones para salir al escenario. “Hacemos didácticos, visitamos escuelas y también hospitales”, explicó Triviño, y destacó la reciente visita de los alumnos a la sala oncológica del Hospital de Niños de Córdoba. “Además hacemos muestras internas, para padres y los mismos alumnos del Seminario”, agregó.

El bailarín debe ser “humilde para aceptar las correcciones, orgulloso de la hermosa profesión que eligió y ambicioso”, esbozó la directora al delinear esta profeisón. Y completó: “cuando digo ambicioso quiero decir que no le puede dar lo mismo estar último que primero, que siempre tiene que tener un espíritu de superación. Sólo el bailarín sabe lo que es mirarse al espejo para llegar al ideal de la perfección técnica sin descorazonarse”.

 

Apuesta a futuro

Para finalizar la entrevista la directora del Seminario expresó dos deseos, que aún permanecen en el tintero: que la institución sea una escuela integral “que a la mañana tenga la currícula de cualquier escuela y a la tarde las materias de danza”, y que “el título que obtengan sea oficial, para que habilite a los egresados para dar clases y tener puntaje docente, como los licenciados de composición coreográfica de la Universidad Provincial de Córdoba.”

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Periodista especializada en crítica de danza y gestora cultural certificada por la Universidad Nacional de Córdoba. Desarrolló su actividad durante 13 años en el diario La Voz del Interior y posteriormente en otras publicaciones como Revista Nueva, Diario La Mañana de Córdoba y Diario Alfil. Colabora con Balletin Dance desde sus comienzos hasta la actualidad.