La obra Sizigia, ganadora del concurso Jóvenes Coreógrafos de la Fundación Julio Bocca, fue presentada junto con Flyplats los domingos de julio en Viceversa Arte en Convivencia. Balletin Dance dialogó con sus directores
La entrega hacia la danza contemporánea, la condición de coreógrafos emergentes y una amistad, son algunas de las cosas que tienen en común el director de Sizigia, Nicolás Miranda, y su colega creadora de Flyplats, Sabrina Wehner.
La sala completamente a oscuras dio inicio a Sizigia, el relato bailado de un eclipse solar, cuya puesta de luces de diversos colores ocupó un lugar fundamental. Se trata de la primera pieza dirigida por el formoseño Nicolás Miranda (con asistencia de Matías Mancilla) que creó, para exponer en la edición 2015 del Concurso Jóvenes Coreógrafos de la Fundación Julio Bocca, donde resultó ganador. “Estar apadrinados por la Fundación para mí fue súper importante”, explicó el artista, que además es integrante de la Compañía Nacional de Danza Contemporánea.
El bailarín reveló a Balletin Dance que, debido a la escasez de tiempo que disponía para presentar el proyecto, ideó el boceto mientras viajaba desde Buenos Aires para trabajar en el Teatro Argentino de La Plata. De allí que uno de los elementos que componen el espectáculo sea un árbol, inspirado en los sauces que están ubicados al lado de la autopista. En esos días, además, estaba leyendo un libro que hablaba sobre unos hermanos mellizos, en el que uno representaba al sol y el otro a la luna. “Eso para mí fue un disparador”, dijo el director que junto con la bailarina Verónica Bozzano interpretó su propia creación. “Con Verónica nunca habíamos bailado juntos, nos fuimos conociendo en el proceso de montaje. Entonces, hubo mucha improvisación que, por suerte, ni bien aparecía quedaba, porque no queríamos que perdiera su esencia”, detalló.
Uno de los requisitos para poder concursar, era que la performance no fuera muy extensa. Por lo tanto, Miranda decidió estrenarla en una función compartida con Flyplats (que ya había debutado en la primera edición del Festival Verba, en febrero de este año). “Yo también tenía una pieza corta, entonces de alguna manera era una fusión perfecta”, recalcó la directora y coreógrafa de esa obra, Sabrina Wehner, que es primera bailarina del Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín (compañía de la que también forma parte la asistente de dirección, Erika Zimmermann). Por otro lado, integró el Balletto di Milano en Italia y el Ballet Víctor Ullate en España. “Siempre tuve la suerte de poder vivir de esto”, señaló la joven que desde los doce años viaja por el mundo gracias a la danza. Por consiguiente, atravesó muchas situaciones dentro del aeropuerto, escenario donde transcurrió Flyplats (que significa, justamente, aeropuertos). “En todos esos momentos en los que yo estaba sola, tomando esa decisión de irme y dejar todo lo que ya tenía asegurado, me encontraba con muchas emociones que intenté reflejar en la pieza”, relató a esta revista.
Su trabajo fue interpretado por el grupo Covar (Compañía de Varones de Argentina), conformado en esta ocasión por Francisco Morán, Rodrigo García, Maximiliano Castasegna, Armando Ressi y Gonzalo Santander. “El sexo masculino tiene algo que a mí me atrae mucho a la hora de componer”, confesó y continuó: “tiene una energía que a mí me llama la atención”. Cada intérprete encarnó diversos estados emocionales, pero particularmente, uno de ellos que personificó a la impotencia, dejó atrás sus limitaciones y pegó un grito de liberación, además de haber ido quitándose la ropa durante la función. “En el transcurso él se va despojando de mucha carga”, comentó Wehner al respecto.
Contrariamente, en Sizigia, Bozzano comenzó su interpretación con el torso desnudo y se fue vistiendo, maquillando y cambiando de vestuario en escena. “Nos parecía muy poético ver cómo ella se iba trasformando en esa mujer, que representándose a ella misma, simultáneamente, representaba al sol. Porque nunca dejamos de ser Vero y Nico en esta historia”, expresó Miranda. “Uno llega a la vida así, despojado de muchas cosas y esa escena representa su nacimiento”, finalizó.
Dos relatos de contenido muy diverso, ligados a las vivencias de sus creadores, quienes a través de la danza contemporánea, contaron historias.