¡¡¡Qué Año!!!
Si bien en la Argentina 1966 fue un año muy complicado políticamente hablando, en el ambiente folklórico ocurrieron hechos que marcaron la vida de todos sus protagonistas. Entre ellos Miguel Angel Saravia junto a María Martínez formaron el Ballet Inti Huasi, que al año siguiente se llamaría para siempre el BAFA, Ballet de Arte Folklórico Argentino
En enero de 1966 Polo Román ingresaba a Los Chalchaleros en reemplazo de Cocho Zambrano y en diciembre Pancho Figueroa reemplaza a Dicky Dávalos. Marián Farías Gómez deja a Los Huanca Hua, igual que su hermano el Chango Farías Gómez quien forma el Grupo Vocal Argentino. Cesar Isella se va de Los Fronterizos siendo reemplazado por Yayo Quesada. Personalmente, tengo la gran oportunidad de debutar en el Ballet de Santiago Ayala “El Chúcaro” y Norma Viola, y lamentablemente nos deja el musicólogo Carlos Vega, cuando Miguel Angel Saravia y María Martínez fundaban el actual Ballet de Arte Folklórico Argentino.
Parece mentira que hayan pasado cincuenta años, que en la vida de una compañía de danzas se debería multiplicar por dos, tres o más, pues sabemos lo que cuesta -en todo sentido- armar y mantener ininterrumpidamente, un grupo de danzas. Es muy laborioso preparar cada cuadro de cada puesta en escena, desde la idea, la selección musical, la composición coreográfica, la realización del vestuario (amplificada por la cantidad de bailarines, y en muchos casos, como en el BAFA, con distinta vestimenta en un mismo cuadro).
Vamos al festejo. El Ballet de Arte Folklórico Argentino, celebró su medio siglo de existencia, con una función realizada el miércoles 12 de octubre en el hermoso Teatro Niní Marshall de la localidad de Tigre, provincia de Buenos Aires. Estuvieron presentes autoridades del Municipio e invitados especiales, entre los que se contaba quien escribe junto a otros artistas y amigos como Hernán Rapela, Roberto Rimoldi Fraga, Raúl Palma, Oscar Rueda Avellaneda, y también la que fue esposa de un gran actor y mejor persona como fue Luís Medina Castro, Nilda de Castro, a quines nos entregaron un poncho recordatorio con el escudo del BAFA bordado, en conmemoración de las Bodas de Oro. Un hermoso gesto de los directores.
El espectáculo de tres horas de duración, comenzó con una coreografía del Himno Nacional Argentino, muy bien lograda sobre una versión musical moderna que no se corría de los parámetros originales. Continuó un recorrido por casi todos las obras del repertorio del BAFA: El Evangelio Criollo, Zamba del Poncho (primera coreografía del año 1966), A Don José Francisco de San Martín, Acuarela de Antaño, Estampa de Tango, A Don Martín Miguel de Güemes, Norte , Violín y Danza con Malambo, Estampa de Pampa y Cielo, Duendes de Cuecas y Malambos.
Los cuadros fueron intercalados con proyecciones que incluían saludos de amigos de la agrupación, muy sentidos y sinceros (Silvio Soldán, Juan Carlos Saravia, Cuti Carabajal, Paola Parrondo y Antonio Tarragó Ros, entre otros), fotografías de la historia del ballet y un video con los premios obtenidos durante toda su trayectoria.
Participaron también cuatro parejas de tango de gran nivel, que habían integrado la agrupación en otras épocas: Jimena Toñanez y Gonzalo Bogado, Florencia Méndez y Pedro Zamín, Yésica Esquivel y Ariel Leguizamón, Valeria Eguía y Roberto Canelo.
Párrafo aparte merecen los actuales directores del Ballet, Paula Saravia y Cristian Batista, excelentes bailarines, que estuvieron pendientes de todo lo que ocurría en el escenario, mientras salían a bailar con diferentes atuendos en cada cuadro, y siempre con una sonrisa y una fuerza que se transmitía hasta la última fila.
Como broche de cierre de la noche, más de veinte parejas que integraron el elenco en diferentes momentos, bailaron con una fuerza y una alegría, que a más de uno nos hubiera gustado estar en ese momento sobre el escenario (entre ellos, me cuento, por supuesto). No podría haber sido mejor el final. Como un volver a vivir en breves minutos, un recuerdo mental de la historia de cada uno de ellos, que reflejaban un franco agradecimiento, en cada giro, mudanza o vuelta, para sus queridos directores Mary y Miguel Angel.
Para finalizar, envío felicitaciones a María Martínez y Miguel Angel Saravia por las Bodas de Oro del BAFA, y un favor: no dejen de invitarme para las Bodas de Diamante.