El 7 de octubre murió en la ciudad de Buenos Aires, Rada Eichenbaum. Poquísimo se sabe a ciencia cierta de su vida, más que los testimonios que han volcado a lo largo de los años quienes fueron sus discípulos, la mayoría de ellos de exitosas carreras profesionales: Gabriela Alberti, Alejandro Parente, Luis Ortigoza, Iñaki Urlezaga, Hernán Piquín, Margarita Fernández, Silvia Grun, por mencionar a algunos pocos.
Poco antes de su muerte, Franklin A. Blanco, creó una página de Facebook para homenajearla (que lleva su nombre), en la que invita a todos a volcar sus recuerdos. En ella, fue posteando toda la información publicada en internet en referencia a la genial maestra. Luis Ortigoza, Asistente de Dirección del Ballet de Santiago de Chile, expresó: “…gracias a ella yo ingresé al Instituto Superior de Arte del Teatro Colón. Fue más que una gran maestra de ballet, rusa de nacimiento, formó a muchas generaciones de bailarines de Argentina. Su enseñanza no se limitaba solo a la clase de ballet, y siempre nos deslumbraba con sus experiencias que al ser narradas por ella parecían una fantástica película. Gracias Maestra por todo lo que nos enseñaste, por tus conocimientos y por esa cuota de maravillosa locura tan necesaria para los artistas. Gracias por cambiar mi vida, siempre te recordaré”.
Sus alumnos la recuerdan como un ser humano excepcional, que no solamente les enseñaba los pasos del ballet que impartía en sus clases, bajo una estricta técnica rusa. Era recta y exigente, de una entrega absoluta, y sobre todo de buen corazón.