MĂșltiple Vida

0
178
Un momento de imågenes de La vida de Ella (Pedroli y Lesgart). Foto: gentileza de Mariana Blutrach y Daniel Böhm

Una vida recorre instancias de simultaneidad mientras se la vive, enfoques de andar a la vez con lo imaginario, lo ensoñado, lo onírico, la memoria y lo concreto. La vida de Ella, espectåculo con idea y coreografía de Mariana Blutrach y dirección suya junto a Daniel Böhm, se estrenó en El Portón de Sånchez

 

Los intĂ©rpretes (Romina Pedroli, Gustavo Lesgart, Federico Ottavianelli “Vruma”, junto a una niña, rol a cargo de Catalina Godoy DÂŽOrta o Alina Keselman, a los que se suma un pianista, ValentĂ­n Jarach) transitan la pieza solapando diversos discursos que abarcan el video, la danza, el teatro y la mĂșsica. Caracterizado por sus directores como “espectĂĄculo polifĂłnico”, la yuxtaposiciĂłn de lenguajes se articula tambiĂ©n con superposiciones espaciales, temporales y mentales. En efecto, esto Ășltimo, la metĂĄfora de lo mental expuesto en imagen y presencia, da cuenta del entramado de apreciaciones de quien vive esa vida.

“Ella”, quien la vive, es comprendida en la continuidad de la obra como mostrada en su acto presente, sus evoluciones danzadas y algunas teatrales, como tambiĂ©n en una suerte de entrada a sus discursos espirituales o especulativos: se ven algunos sueños, momentos de ensoñaciĂłn y tramos de recuerdos. Todo esto que, con distintos recursos expresivos (imĂĄgenes proyectadas sobre un telĂłn traslĂșcido, superposiciĂłn de acciones y planos con extrañamiento de perspectivas), se da a la vista y queda expuesto, ademĂĄs, con un juego desplegado en piezas musicales: jazz, Bach y mĂșsica ad hoc (Facundo GĂłmez).

La construcción desarrolla un tono predominantemente hieråtico, sin ser cerradamente solemne. Si bien se ponen en escena situaciones emotivas, claramente propuestas, el modo de su muestra se sostiene en un distanciamiento: no terminan de haber notables alegrías o tristezas, no se llegan a extremar angustias o placeres. La manera en que se da el trabajo, en los fragmentos que lo constituyen, no responde a una prolija o cronológica ilación de tipo anecdótica o de una narrativa tradicional. Recortes de esa vida, sin embargo, alcanzan a montar un cuadro que abarca al personaje, delimitåndolo en sus posibles expansiones. Quizå lo dominante sea lo ensoñado, ese estado de la vigilia en que lo imaginario, los recuerdos, la proyección de deseos y temores se instalan en cómo alguien se enfrenta a sus condiciones y circunstancias.

En función, la destreza y potente interpretación de Romina Pedroli dominó la velada. El resto de los intérpretes, ajustados y correctos, acompañaron a la protagonista con buenos desempeños.

La riqueza y poĂ©tica de la obra se sostiene y afirma en la nociĂłn que expone: una vida tiene y es mĂșltiples aspectos simultĂĄneos que carga cada quien.

ArtĂ­culo anteriorGabriela Pucci en San Juan
ArtĂ­culo siguienteNuevo ciclo
RomĂĄn Ghilotti
Actor, director, coreĂłgrafo, dramaturgo, escritor, poeta. Prof. de teatro. Prof. de expresiĂłn corporal. Prof. de composiciĂłn coreogrĂĄfica (UNA). Periodista, crĂ­tico (Balletin Dance).